Maestra del Mal (María Hill & Stephen Strange) [Concluida]

3er Capítulo

  Lo que voy a mostrarles a continuación pueda que hiera la sensibilidad de muchos de los lectores que se encuentran leyendo esta novela. La siguiente foto es una muestra de cómo quedo el rostro de Valerie, luego del encuentro con sus compañeras de clases.

  De nada sirvió defenderse, la desventaja numérica no le favorecía, eso no es todo lo que recibió, su vestimenta fue cortada bruscamente, la falda cortada parcialmente, presuntamente la hayan violado en el proceso, una injusticia lo que le han hecho, pero Beauchamp no denuncio a ninguna de las autoridades, ni los directores, sigue creyendo que por ser extranjera la ley no la acobija como el resto de los ciudadanos, prefirió callarlo e irse lentamente de la universidad, caminando en la calle por su demacrado aspecto, no llevaba su mochila, solo su traje, caminando descalza, las personas la ven pero no se preocupan por ella, hasta sus zapatos les fueron robados. ¿Acaso nadie no va a hacer nada?, me temo que no.

  Solo ella puede hacer el cambio, su camino la llevo hasta una puerta, perteneciente a una casa extravagante, única en aquella avenida, la cual pueden ver en este momento.  

  Es un lugar del cual nadie se atrevería a pisar, es una mansión abandonada, la leyenda cuenta que hubo una maldición que cayó en este hogar, quienes residían murieron misteriosamente, a pesar de esto, nadie se ha atrevido a entrar a ella, con la única excepción de nuestra protagonista de turno, quien toca aquella puerta usando el anillo que se extiende por la puerta, bastó de tres toques, nada más, sintió un aire detrás de ella que la hizo voltear de inmediato.

  Solo una distracción nada más, para despistarla, la puerta se abrió por sí sola, apenas volteo, ya la puerta ahora estaba abierta, este era el momento de escapar o seguir con su curiosidad, Valerie se armó de valor y entro a aquel hogar, simplemente entró, la puerta volvió a cerrarse, como si alguien estuviese ahí, pero a la vez no, ¿La habrá cerrado un fantasma?, ya no importaba, Valerie estaba dentro.

  No había nada y mucho menos nadie en aquella sala abandonada, con muebles y sillas desordenadas por doquier, era como si una tormenta las hubiese desordenado, las telarañas la acobijaban, la única luz activa era la del sol, que cubría aquellas ventanas—¿Hay alguien aquí?—habló Valerie.