4to Capítulo

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    Desde su ventana, el "Hechicero Supremo" se encuentra apreciando la vista panorámica que le ofrece el Santuario que tanto protege, una dicha que muchos apreciarían desde ahí se puede ver la Estatua de la Libertad muy detalladamente, aproximadamente dan las 6:45 AM, este es el momento ideal para reflexionar, ordenar muy bien sus pensamientos, este no fue muy agradable con la protectora de su novia, posiblemente este reflexionando sobre lo que hizo, no pudo dormir por la culpa que carga, no se puede regresar al pasado pero si enmendar el presente para que el futuro no vuelva a ocurrir.

  Esto no lo hizo por aquella mujer, sino por María Hill, quien se marchó con su heroína y protectora a un lugar que desconoce por los momentos, la ex Directora de SHIELD, se encuentra muy apenada por el mal trato que le hizo su novio, no merecía un desprecio como tal, otros hombres se quedarían callados y ofrecerían su total ayuda.

  Una sonrisa se dibujó en su rostro, al sentir la presencia, detrás de él, indago sin ver quién está detrás, sus pensamientos le aconsejaron que es María Hill, quien viene a hablar con él, tal vez sea eso—me siento muy apenado, amor mío, tu amiga no merecía tal desprecio de mi parte, discúlpame, mi comportamiento no es de un caballero, sé que estas escuchando esto ya varias veces, no quiero perderte—se disculpaba Strange, revelando lo que siente en estos momentos.

  María no dijo nada, se quedó callada completamente, lo único que se escuchaba eran las pisadas de unas botas aproximándose a Strange, las pisadas se oirían cada vez más cerca, unas manos femeninas muy bien cuidadas y pintadas con un manicure negro, hacen el abrazo a Stephen que de inmediato besan las manos de Hill—me alegra saber que me has entendido, no peleemos más, te quiero María, por ti daría mi vida sin pensarlo—le susurraba Strange, cerrando los ojos, sintiendo la presencia de su novia, le bastaba para estar tranquilo. 

  María continuaba callada, lo beso en el cuello dejando su marca personal o más bien su marca de labios en el cuello que beso recientemente, lo que hizo despues fue acerca su boca a su oido para susurrarle—entonces porque no te mueres aquí mismo—...

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  María continuaba callada, lo beso en el cuello dejando su marca personal o más bien su marca de labios en el cuello que beso recientemente, lo que hizo despues fue acerca su boca a su oido para susurrarle—entonces porque no te mueres aquí mismo—contestó secamente Hill.

  Strange sintió ese desprecio, lo cual le permitió abrir los ojos, hizo a un lado aquella mujer, volteo para llevarse una gran sorpresa, Strange utilizo sus anillos, permaneciendo en un modo de ataque—¿Quién eres tú?... ¿Cómo has entrado aquí?—preguntaba Stephen.

 ¿Cómo has entrado aquí?—preguntaba Stephen

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Maestra del Mal (María Hill & Stephen Strange)  [Concluida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora