Maestra del Mal (María Hill & Stephen Strange) [Concluida]

9no Capítulo

   Un portal se ha abierto en algún lugar de aquella isla paradisiaca, los primeros en entrar son seis druidas quienes cargan cada pareja tres baúles militares de gran peso, ambos se ordenan en filas dejándolos a un lado de la basta arena, estos se voltean para darle la cara a las personas que vienen llegando en este momento—como venía diciéndoles, tengo la seguridad que esto les agradará, no será como una cacería habitual aquí en esta isla paradisiaca se encuentran dos bestias licantropías, confió ciegamente que van a exterminarlas, ambas me generan un problema, tengo la confianza que Uds. se van a encargar de todo—mencionaba Karla Amadeus quien venía delante de dos peculiares personas. 

   Les presento a los Hermanos Wayne-Stone, o como se les conoce como la "Hermandad Wayne Stone"; muy bien no son hermanos de sangre, eso no les dio excusa en crear un grupo exclusivo para ellos dos, un trabajo que no todos tomarían, ambos se conocieron en un orfanato, donde fueron abandonados por sus padres originales en Wimbledon (Londres), se dieron cuenta que ambos tienen mucho en común, les llamaban la atención la "atracción paranormal", toda su infancia y parte de adolescencia aprendieron mucho de este ámbito.

  Joanne Wayne (30 años de edad) era quien se encargaba de leer e investigar y su hermano adoptivo Jacob Stone (33 años de edad), sus habilidades eran más jalar el gatillo, en pocas palabras este se encargaba de la armería, no crean que terminaron mal, si querían entrar al negocio de cazadores de monstruos, tenían que ir al único lugar del continente europeo, donde encontraría bestias inimaginables que nadie se atrevería a retar, mudando sus operaciones en Transilvania.

  Pero como suelen ocurrir, en todo existen los sacrificios, durante una caza Jacob perdió su mano derecha al ser mordido por un hombre lobo, por suerte logro sobrevivir de la maldición, al cortar con un machete su mano, dejándola inoperativa, para que este no se transformara en un hombre lobo, es por eso que lleva solamente una mano robótica. 

 Los hermanos dejaron caer sus mochilas pesadas a la arena, sintiéndose cómodos, se recostaron sobre la arena, pero aún el portal continuaba abierto, Karla realizaba gárgaras a su garganta para volver a tomar la atención de sus empleados—no voy a decirles como matarlos, asumo que saben cómo hacerlo, como mi manera de gratitud les obsequiare a mis seis aprendices, ellos les servirán para cualquier tarea que necesiten—veía a sus aprendices pero solo en una se detuvo, quitándole la capucha—Valerie te traje aquí, no por excursión, sino que aprendas como la naturaleza de estas bestias, mañana espero tener a ambas cabezas aquí en esta isla, pórtate bien, y si hacen algo estúpido tienen mi permiso para darles un balazo a la cabeza—advirtió a todos, volvió al portal para regresar, dijó todo lo que tenía que decir a ellos, siendo clara en lo que harán.