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Lú se estiró en la cama

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Lú se estiró en la cama. El sol le dio en la cara, era bajito... pero si llegaba a fastidiarle un poco la vista.
Se dio vuelta palpando con las manos
a Cornelio, pero en cambio no encontró nada. Dónde podía estar a tan tempranas horas de la mañana? Pero claro... olvidaba que su auténtico novio era un madrugador. Así que decidió levantarse de ahí y ponerse a buscarlo.

 Así que decidió levantarse de ahí y ponerse a buscarlo

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Cornelio le facilitó el trabajo. Entró a la habitación. Escondió una pequeña
bolsa tras su espalda y la dejó en la
mesita de noche.

-Tú, levantada a esta hora? - Cornelio
arqueó una ceja. Estaba tan guapo. A
esas horas siempre se ponía más de
lo normal. Tenía un aire matutino,
una frescura en el rostro, una bonita
sonrisa.

- Te busqué... pero no estabas.. - Lú
señaló la cama con la vista.

-Había salido un rato. - se acercó a ella, rodeándole la cintura, adueñándose de sus finas caderas. A él en cambio le gustaba verla con ese aire ligeramente desarreglado. Somnolienta. Aún con ganas de tirarse a la cama y dormir un poco más.

- A dónde?

- A ver a Alexia...

-Ah?

- Es broma, nena. - le besó la mejilla. A Lú no pareció hacerle gracia aquella bromita. Simplemente había empezado a aborrecer ese nombre, y a la persona. - fui a hacer unas compras, no hay nada aquí.

- Mnh.. - Lú sobó sus manos sobre el torso de Cornelio. - es una pena...

- Pena? por qué?

- Te quería encontrar a mi lado... -
suavemente posicionó sus labios sobre el cuello de Cornelio. Él cerró los ojos, disfrutando del dulce contacto entre su boca con su piel. Tragó saliva. Sabía como hacerlo enloquecer.

 Sabía como hacerlo enloquecer

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- Aquí estoy... - le susurró.

Levantó la tira izquierda de sus braguitas. Lú le apretó el cuello, esta
vez besándole los labios ligeramente,
rozándoselos, haciéndolo provocar,
jugueteando de pronto con su lengua,
confundiéndolo... ¿Qué quería?

- Dímelo..antes que te tumbe sobre
esa jo.dida cama muñeca...

- Qué es lo que te atrae de esa pu.ta de
Alexia?- le preguntó entre besos.

- Jo.der. De nuevo con eso?

- Dímelo.

- No me atrae nada, no me gusta.- detuvo sus besos para poder centrarse
en sus ojos. Lú lo miró, tan inocente.
- me gustas tú. - posicionó sus manos
bajo su cintura, tocándole el culo con
ganas.- Lú, tú...tú me fascinas...

- Mientes... - fue ella quien lo tumbó
sobre la cama.

Antes de subirse a su cuerpo, fue hasta la puerta para cerrarla con seguridad, sin temor de que Axel  volviera a entrar

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Antes de subirse a su cuerpo, fue hasta la puerta para cerrarla con seguridad, sin temor de que Axel  volviera a entrar. Esta vez nadie lo interrumpiría. Gateó sobre la
cama hasta llegar al cuerpo de Cornelio, tendido y esperándola con el pe.ne erecto. Con ganas. Ganas inmensas por meterse dentro de su cuerpo. Penetrarle tanto como podía. Sus finas piernas se posicionaron a los lados, sentándose sobre el vientre de Cornelio - ella te gusta...

- Te lo juro que no... - él le apretó el
rostro para poder besárselo. - sabes
que me muero por ti gatita. Solo por
ti... - sonrió plácidamente.

Volvió a sentarse sobre él. Mordió su
labio inferior al sentir ese enorme
bulto bajo su feminidad. La aplastó
más. Cornelio gimió.

-Que bonito... - Lú bajó la mirada, ahora jugueteando con la erección. Cornelio pensó que moriría. Que explotaría en cualquier momento. - te duele?

- Mucho... sácala...- le pidió.

- A veces me pregunto... - le desabrochó el pantalón. Cornelio soltó un respiro.

- ¿Qué piensas cuando hago esto?- bajó la cremallera de su pantalón, adentro la exuberante erección de Cornelio. La sobó por encima. Masajeándosela.

- Que eres simplemente la mujer
perfecta de todo este pu.tísimo mundo. -le dijo, observándola masajearle el pe.ne.- oh sí.. - cerró los ojos.

Lú volvió a sonreír. Se inclinó un poco hacia abajo, chocando sus senos contra el torso de Cornelio, para
así sacarle por completo los pantalones. Se los bajó.

- ¿Te gusta así? - le preguntó ella. Sus
finas manos tocaron sin descaro y por
completo el pe.ne de su guapo novio.

- Sí, sí...si -la feminidad de Lú volvió a chocarle la polla. Y lo que él no podía soportar era que aun ambos se encontraban con ropa interior. Pero no dejaría que Lú termine. Tenía un plan mejor. - es mi turno... -la bajó de encima de su torso con delicadeza.

Lú se quedó tendida sobre la cama...

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Hola preciosas hoy no las he saludado, así que holi que tengan un gran día.

S-E-C-R-E-T-O-S ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora