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Y sí

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Y sí. Siempre le habia gustado Cornelio.  Desde la primera vez que lo había visto conducir esa Ducati Panigale V4, saliendo con una que otra chica en Obregón. Siempre le había parecido un Dios, capaz de tratarla como se merecía. De extasiarla tanto como podía en la jo.dida cama. Con tan solo verlo la estremecía por completo, de pies a cabeza. Pero Cornelio siempre había tenido otros gustos. Otro tipo de tentaciones. Incluso le habían
advertido que era uno de esos hombres que te folla.ban bien la primera vez y te dejaban con ganas, pero nunca confirmaban la segunda cita.

- ¡Cornelio! - corrió a abrazarlo. Sus padres la miraron desde atrás.

Siempre habían sido muy cercanos a Cornelio. No como unos padres, si no como unos simples amigos. En especial Martín, el padre de Alexia.

- Qué haces por aquí? - aplastó
sus grandes senos sobre el torso de
Cornelio. Quería demostrarle que ya se había hecho la cirujía para agrandarse los senos y ya no era esa simple niña que él había dejado cuando se había ido a recorrer
el mundo. A secuestrar personas..
que era otra. Madura. Mejor. Y
completamente para él.

-Jo.der... has cambiado tanto.. - fue
lo primero que dijo Cornelio.

Y realmente si lo había hecho. Alexia ya no era una niña. Oh, por supuesto que no. Lo tenía todo en su lugar. Y perfectamente ubicado. No era más la adolescente de quince que se pintaba las uñas y se escapaba de su casa, era una mujer. Le podría haber llevado a la cama de una vez para demostrar con exactitud qué partes de su cuerpo habían madurado.
Pero algo que nunca había sentido
antes, se había apoderado de él. Y era
el simple hecho de amar a una persona. Y no fijarse en nadie más que en ella. Estaba enamorado, y eso.
lo sabía perfectamente.

Alexia bajó la mirada mientras abrazaba a Cornelio, observando que entrelazada su mano con la de alguien más. Miró a Lú.

- Alexia ella es...

- Lú mucho gusto. - se presentó ella misma. Como siempre. Estiró la mano y Alexia se la recibió. Trató de fingir una sonrisa.

- Mucho..gusto...- apretó y
rápidamente soltó la mano de Lú y aprovechó que no se había agarrado de Cornelio todavía, para agarrarlo del brazo e invitarlo a pasar.

- ¡Papá!-llamó Alexia.

-Vaya, vaya... - reaccionó Martín.

Traía la usual camiseta de algodón sin mangas.

- No me lo creo.. así que era cierto que
estabas aqui...

- Todos me dicen lo mismo. - Cornelio
encogió los hombros.

- ¡Joder has crecido!-le golpeó un
hombro y lo invitó a abrazarlo, Cornelio lo hizo sin mayor esfuerzo. La mirada de Martín se centró en Lú ahora. - y...

- Es mi novia. - resaltó él. Y le rodeó
la cintura. La piel de Lú se erizó por completo.

- Es tú novia? - Martín abrió los ojos. -
es un placer.. - le besó la mano de la
misma forma que todos ahí la habían
recibido.- Lú espero que sepas que Cornelio  venía aquí de pequeño, se orinaba en las camas y no aparecia en un mes. - Lú no pudo evitar reír, Cornelio también lo hizo, aunque sin tomarle mayor importancia. - esta es como su casa.

- Llevan mucho tiempo juntos? - María apareció detrás de Martín . Tenía unos cincuenta años igual que Martín, o tal vez menos. Y había dejado la mesa lista para los cinco. María corrió hasta Cornelio para
besarle la mejilla. Era una de las pocas personas que sabía a que se dedicaba él. Y que aun asi le tenia un gran cariño. Sin importar que secuestrara para otras personas.
- estás más grande.

- De veras? Yo me veo igual. -
respondió Cornelio.

- Estás más guapo.. - le volvió a decir
Maria, apretándole una mejilla.             - verdad?-le sonrió a Lú.  Como preguntándoselo a ella en son de
broma. Cornelio la miró a los ojos.

- Mucho.. - Susurró ella. Todos rieron,
menos Alexia.

- Mi nombre es María. - se presentó la
anciana.

- Soy Lú - correspondió ella. Ambas se sonrieron.

- He cocinado tu plato favorito... - le dijo a Cornelio.

- Birria?- preguntó él.

- Como a ti te gusta. - inquirió Alexia.

Comiéndose a Cornelio con los ojos, con la simple mirada. Necesitaba hacerle saber muchas cosas. Y odiaba el hecho de que ahora tuviera novia. Aunque eso... no le importaba mucho...
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Buen día. Dispulcen la demora pero no he tenido una semana buena. Traigo las hormonas al mil, cambios de humor horribles, me siento fatal y tareas con exámenes en cantidad. Una disculpa y subiré mas capítulos.

S-E-C-R-E-T-O-S ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora