S-E-C-R-E-T-O-S ²

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Lo besó. Los labios. Las mejillas. La nariz. Y él se dejó besar. Como un bebé. Como un niño que acababan de perdonar, o al menos eso creía. Pero ella no dijo palabra. Nada. Solo siguió besándolo hasta llegar a levantarle la camiseta y tocar su remarcado abdomen. Una erección se formó entre los pantalones de Cornelio. Él la tomo de
la cintura. La acarició. Abrazándose de ella y cargándola ligeramente.
Sentía una ligera calentura que se
paseaba por su cuerpo al sentir las
manos de Lú sobre su piel, acariciándola, tocándolo como solia hacerlo... la besó de nuevo. Y cargándola llegó hasta el filo de la cama, cerrando la puerta de la
habitación con sus pies. La acostó. Ella lo miró. Observó su erección. Grande..tan colosal como siempre, no le sorprendia.. pensar que la había tenido entre los labios... sus braguitas también estaban mojadas. Cornelio podía percibirlo. La conocía tan bien. De pies a cabeza. Cada centímetro de su cuerpo. Cada olor de su anatomía.

-Te amo.. - le repitió. Desnudándola
con facilidad. Ella se dejó hacer.
Cerrando los ojos débilmente mientras Cornelio la tocaba toda. De pies a cabeza. Dejándola sin ropa para él. Para que pudiera penetrarla como quería. Ella hizo lo mismo. Disfrutando de cada segundo de aquel magnífico cuerpo -estás bien? - preguntó Cornelio, ya teniéndola desnuda bajo su cuerpo también desnudo.

-Si.. - susurró ella por fin. Y no habló
más. No habló más por que se pondría
a llorar. Cornelio se introdujo en su boca de nuevo, esta vez invadiéndola con su húmeda lengua. Lú se estremeció. Sintió el glande de
Cornelio rozar su entrada. Apretó los
labios. Cornelio la paseó de arriba hacia abajo, produciéndole ganas de más, haciéndola extasiarse al punto de coger sus nalgas y apretarlas para que pudiera penetrarla de una vez por todas.

- ¿Quieres hacer esto?- le preguntó de
nuevo. Y es que la conocía tanto que
podía percibir que algo le sucedía. Que algo no andaba del todo correcto.

- Si. - le apretó el rostro con las manos, le besó la boca tan desesperadamente que hasta el mismo Cornelio se sorprendió. - hazlo.. lo necesito...

Cornelio sintió que parte de las cosas
volvían a ser como antes.

-También lo necesito.. - admitió él.
Fijando sus labios sobre el cuello de Lú los presionó, ella soltó un ligero gemido. - te necesito a ti junto a mí siempre...toda la vida...entrelazó una mano con la de ella. Lú le abrazó la espalda con la otra mano, presionándolo, haciendo que sus senos se apretaran sobre su
torso... Cornelio gimió involuntariamente. Lú conocía cada cosa que lo hacía enloquecer. Era perfecta. - perdóname por no ser la persona indicada para ti y...- susurró ahora. Lú solo reflejó sus ojos sobre los de él. - por ser la persona que
más te ama en el mundo...

Cornelio le apretó las caderas con las
manos. Las bajó llegando a los muslos de sus piernas, las cogió y las abrió ligeramente. La observó. Diosa. Preciosa y de él... de pronto, su grandisimo pe.ne se hundió entre su feminidad haciéndola gemir
repentinamente. Lú contrajo las caderas. Cerró los ojos con fuerza. Y aunque todo parecía normal... algo no andaba bien.....
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Amigas esto de verdad llega... Porque cosas pasan y las decepciones si son reales...