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- Seguro habrás hecho ejercicio...- Alexia le acarició el brazo derecho.
Era tan incomodo tenerla a su lado de esa forma. Tan apegada a él, y con intenciones de seguir hablando sobre su aspecto corporal.. Lú solo miró.
- No mucho. - respondió Cornelio.
A su otro lado tenía a Lú. Intentó fijarse en lo que hacía, en que comía la Birria al igual que él, sabía que algo le molestaba. Y no dudaba qué.
- ¡No mientas! - se rio sola, golpeando el hombro de Cornelio con amabilidad. Como si este hubiera hecho o dicho algo gracioso. Maria volvió a la mesa, después de a ver colocado más Birria en el plato de Martín, su esposo. - si te vez muy bien...
- Tú crees? - Cornelio le sonrió. En un intento por seguir la conversación.
- Por supuesto... - le respondió Alexia. Al igual que él esbozó una bonita sonrisa.
- Mi hija tiene razón. - sentenció María. La anciana codeó a Martín, queriendo que este también diera su opinión al respecto. Pero él solo siguió comiendo. - pero aquí la única que nos puede afirmar si eso es cierto es Lú... - María la miró con una sonrisa pícara, mientras que Alexia se aguantaba las ganas de pedirle a Lú que se fuera de su casa. Ya mucho era con saber que era la novia de Cornelio. Las bonitas mejillas de Lú enrojecieron.
- En realidad no hace mucho ejercicio. - mintió ella. Pues él podía pasarse todo el día haciendo barras o planchas. Y además... por otras cosas..
- Perdona? - Cornelio arqueó una ceja, mirando a Lú.
- Eso, que no haces mucho ejercicio. - volvió a decir ella. Esta vez mirándolo divertida. Cornelio amaba sentir esa bonita química entre los dos.
'Y quién es el que te lleva por las noches en sus brazos cuando te quedas dormida en el diván?' Pensó él..
Alexia se puso de pie. Observó que el plato de Cornelio ya no tenía ni un rastro de Birria por lo que se inclinó a su lado para recogerlo.
- Yo pienso que estás muy bien. - le dijo al estar cerca de él. ' Jo.der'. Pensó. 'Que bonitos senos. Redondos y provocativos' . Intentó no fijarse en ellos mientras ella recogía el plato de su sitio. No podía dejar de admitir que Alexia se había vuelto realmente buena.
- De veras? - fue lo único que se le ocurrió preguntar. Esta vez mirándola completamente. '¡NO LO HAGAS!' Se dijo así mismo, intentando desviar la mirada. Pero para su pésima mala suerte, Lú sí había notado lo que había atraído la atención de Cornelio. Alexia se fue hasta la cocina. Lú se puso de pie.
- Muchas gracias por la cena. - agradeció una vez puesta en pie. - a sido un gusto.. - observó a los ancianos. 'Pero atino, zo.rra'. - conocerlos...
Y de esa forma salió de la casa de los Bojorquez. Cabreada. Sí, oh sí. Por supuesto. Esto le costaria muy caro a Cornelio.