Among us ; Rubegetta

Capítulo 16 "Que todo arda"

Auron dejó de presionar cuando vio el cuerpo de Samuel derrumbarse sin fuerzas.

Se acercó apenas para comprobar su respiración y al no sentir ni oír nada sonrió satisfecho.

Se puso de pie y camino hasta la salida.

Colocó la combinación que Luzu le había dado y la puerta corrediza se abrió de par en par.

Antes de que pudiera dar un paso afuera algo lo sostuvo por el hombro y una aguja se enterró en su costado repetidas veces en tan solo un segundo.

Si tan solo se hubiera quedado unos segundos más para comprobar realmente que Samuel había muerto...

—Todo será más fácil si dejas de huir, te lo prometo —la voz de Luzu sonó lejana y Rubén apresuró su paso.

No se atrevía a mirar detrás.

Ni siquiera sabía cómo había conseguido escapar de Luzu pero lo había hecho.

Recordaba como el cuerpo del de traje cian había comenzado a crecer y su estómago se había abierto en dos como una boca hambrienta.

Sus pies habían actuado solos y de un empujón había echado a correr en dirección a la salida.

Ahora lo perseguía por el patio y todas las instalaciones estaban cerradas salvo oficina.

Sintió como sus pies se hundían en la nieve y lo alentaban cada vez más.

—¿Cuánto piensas seguir corriendo Rubén? No queda nadie más que pueda ayudarte en esta base. He ganado.

Avanzó con paso firme dejando sus huellas bien marcadas en la nieve y miro atrás.

Luzu había crecido en tamaño, media más que él y por su estómago abierto se asomaban unos tentáculos rojos listos para atraparlo.

Para su suerte la puerta de oficina estaba abierta.

Entro tan rápido como pudo y tropezó cayendo en el piso limpio.

Temía dirigirse hasta enfermería y que aún siguiera cerrado así que decidió bajar hasta administración.

Delante de él distinguió la puerta de la sala de especímenes.

El propio Luzu le había dicho que tenía que accionar un botón para abrirla y luego de eso tendría que esperar apenas unos segundos para que se cerrará.

Aun oyendo los pasos del impostor a sus espaldas presionó el botón y la puerta se abrió de par en par.

Entro rápidamente y cayó al suelo.

Se arrastró hasta que su espalda chocó con la pared y observo como Luzu justo entraba a administración.

Maldijo en voz alta y cubrió su cara con sus manos.

Lo tenía a unos centímetros de él cuando la puerta se cerró de repente y oyó como el impostor se chocaba contra ella.

—Vamos Rubén, no tengas miedo —lo alentó Luzu.

Una nube blanca de químicos y desinfectantes lo empapó para descontaminarlo y la puerta a su derecha se abrió.

—No soy tu verdadero enemigo —advirtió Luzu.

Rubén no lo escucho y salió de la pequeña entrada donde el túnel de la sala de especímenes se abría.

Detrás de él oyó como la puerta se cerraba y echó a correr por el pasillo.