Un Futuro Contigo (Cinco Y Ocho)

Griddy's

-¿Donde esta Vanya?- entra Allison a la cocina.

-Se fue- le dice Klaus con una guitarra en la mano, a saber de dónde lo abra sacado.

-Que lástima- dice cinco.

-Sí.

-Una gran mansión, 42 habitación y 19 baños, pero no hay ni una sola gota de café- dice cinco.

-Papá odiaba la cafeína, ¿Recuerdas?- le digo con aburrimiento.

-también a los niños y nos tuvo a todos nosotros.

-Saldre en el auto, necesito un taza de café.

-¿Puedo ir contigo?, No he comido nada en todo en todo el día.

-vamos.

-Espera, ¿sabes manejar un auto?- le cuestiona Allison, mientras me pongo de pie.

-Sé hacer de todo- le contesta- dame tu mano.

Pero no alcanzé a contestarle ya que derrepente nos encontrábamos sentados dentro de auto.

-Dios, creo que voy a vomitar.

-Ya se te pasará.

Bajo la ventana del auto para que entre un poco de aire para que pasara el malestar, mientras cinco manejaba el auto.

Al rato llegamos a las afueras de Griddy's Dougthnut. Al entrar cinco me abre la puerta como lo había hecho hace un rato.

-Gracias- le digo esta vez con una sonrisa de agradecimiento.

Nos sentamos en donde estaba la barra, cinco tocaba la campanilla pero nadie aparecia para atendernos. Por la puerta aparece un hombre mayor que se notaba que venía de algún trabajo, se dirigió al asiento al lado de cinco.

-Lo siento el fregadero se tapó, ¿Que desea?- le preguntó al hombre que acababa de entrar, que descortés de su parte porque nosotros habíamos llegado primero.

-Traeme un eclair de chocolate.

-¿Le traigo al niño un vaso de leche o algo?- pregunta la mujer al hombre.

Yo ya estaba riéndome suavemente para que cinco no lo notará.

-El niño quiere un Café, negro.

-Lindo chico- dice la mujer al hombre, cinco solo le sonríe con una gran sonrisa- y ustedes señorita.

-Oh, yo quiero un té y una dona de vainilla.

La mujer después de anotar la orden se gira y hace su trabajo.

-Deja de hacer eso, ahora tú me das miedo- le digo a cinco.

-Estamos empatados entonces.

-No recordaba que el lugar fuera tan feo, no he venido en años.

-Recuerdas que siempre veníamos y comíamos donas a reventar.

-Claro y Klaus era el primero en correr al baño.

-Eran buenos tiempo ¿no?- le pregunta al señor.

-¿Supongo?

La señora vuelve con nuestra comida, ya quería probar esa dona.

-Yo pago por ellos- dice el hombre.

-Gracias- le decimos cinco y yo.

Luego de tomar el primer sorbo cinco me pregunta.

-¿Y qué tal África?

-Bien.

-¿Bien?, Estuviste en África y me dices ¿Bien?, Leí tu libro y se nota que tuviste grandes historias.