Los Elegidos (Karmaland 4) [Terminada]

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La noche aún continuaba y aquellos dos chicos junto con el pequeño seguían en el suelo de aquel lugar regulando sus respiraciones mientras su corazón amenazaba con salirse de su pecho por la adrenalina del momento, algunas gotas de agua cayeron sobre aquellos tres y luego la lluvia se intensificó empapando por completo a aquellos chicos, Luzu se levantó ofreciéndole a los otros dos quedarse esta noche en su casa ya que era demasiado peligroso y podían pescar un resfriado, todos entraron a aquella linda casa blanca y moderna donde Auron tomo asiento en el suelo cruzando sus piernas y el pequeño Lukas se sentó en su regazo mientras miraba muñequitos en la televisión.

—Bien, a curarte eso Auronsito.— Dijo el castaño que llegaba con un botiquín, aquel se arrodilló para estar a la altura del contrario quien estaba sentado en el piso, Luzu miro por todos lados la herida tratando de buscar la forma más segura y menos dolorosa de sacar la flecha, sin más vueltas el pelinegro al ver lo mucho que se lo pensaba el chico tomo la flecha en su mano y la sacó del tirón, lo cual le dolió demasiado he hizo que ahora le herida sangrara sin parar, Auron soltó un quejido y mordió su labio inferior para no gritar del dolor, Luzu en un movimiento rápido tapó la herida con sus manos apretando con fuerza para que la sangre no continuara saliendo y Lukas simplemente tapó sus ojos con sus manitas para no ver tal imagen.

—Oh shet, No te preocupes se que lo solucionaremos no esta tan mal si lo piensas.— Obviamente mentía, la herida estaba terriblemente mal y a este paso seguramente se infectaría, aquella era muy profunda y Luzu entro en pánico sin saber que hacer tratando de verse sereno, Lukas separo un poco sus deditos viendo la escena y se acercó a Luzu poniendo sus manos sobre las del castaño tratando de calmarlo y también de ayudar, a pesar de que el pequeño lo hacía con buenas intenciones y la escena era tierna pero a la vez perturbante sus esfuerzos eran en vano, aunque no del todo.

Luzu volteo a ver al pequeño niño que tenía al lado, fijo su vista en los profundos ojos con heterocromía los cuales tenían un pequeño brillo, el castaño se calmó mientras aquel pelinegro sentía como todo le daba vueltas y estaba a punto de desmayarse, un fuerte viento abrió la ventana colándose en aquella casa impactando con fuerza el rostro de los dos castaños, estos cerraron sus ojos y Luzu tomo una respiración profunda sintiéndose en completa calma, de repente una luz azul claro rodeo al castaño desordenando su cabello haciendo que aquel mechón que tapaba su cara se hiciera a un lado, Luzu sentía una energía recorriendo su cuerpo y abrió sus ojos notando como aquella luz entraba en su cuerpo bajando por sus manos donde se encontraba la herida de Auron, aquel destello se centró en la profunda herida deteniendo el sangrado, Luzu sorprendido quito sus manos notando como ya no había herida, el castaño se levantó de golpe mientras la luz se esfumaba y el fuerte viento se fue, el pequeño Lukas cerró la ventana y Luzu se sentía raro, bastante confundido pero sentía una sensación nueva pero esta no era mala, rápidamente se acercó de nuevo a su compañero quien tenía los ojos cerrados y estaba tumbado en el suelo.

—¡Auron!, ¡WAKE UP PLEASE WAKE UP!.— Una pequeña lágrima se deslizó por la mejilla de Luzu, tenía miedo y estaba temblando, no sabía lo que acababa de suceder, todo era tan extraño y confuso, tenía miedo de que aquello fuera algo malo y que el fuera el causante.

—Um, como se nota que no puedes vivir sin mi, eh mi niño.— Esa voz suave, ronca y burlona de aquel pelinegro saco de sus pensamientos al atemorizado castaño donde su principal acción fue abrazar con fuerza a aquel peli negro y reír levemente, sin importar las circunstancias aquel no dejaba sus bromas.

—Oh Honey, I was very worried that something bad would happen to you.— Menciono Luzu separándose de Auron y el de piercing lo miro confundido.

—La tuya por si acaso.— Los dos rieron y Lukas se acerco a aquellos dos sentándose ahora en las piernas de Luzu como un bebé.

—Lukas, ¿de casualidad tu sabes que era esa Luz azul?.— El pequeño volteo a ver a aquel que le hablaba e hizo una pequeña mueca.