-8-

167 26 3
                                    

Los chicos caminaban y caminaban mientras el sol se ponía cada vez más en lo alto, el estómago de un hambriento castaño sonó haciendo que este formara un pequeño puchero con sus labios y el oji morado solo hacía a un lado algunas ramas que se atravesaban en su camino, cada uno iba hablando de diferentes temas para evitar pensar en el hambre que tenían y Vegetta se empeñaba en buscar algo que los ayudara a ubicarse.

—Dios Vegettita por favor un descanso tío, llevamos caminando muchas horas y estamos hambrientos joder.— Menciono un castaño de sudadera negra sentándose en el suelo contra un árbol.

—Si Vegetta, tiempo por favor.— apoyo ahora un peli negro con piercings quien recostaba su cabeza en las piernas de Luzu mientras ponía las puntas de sus dedos contra la palma de su otra mano como si de un partido se tratase y el fuera el árbitro, el castaño asintió con la cabeza acariciando el cabello negro y suave del chico recostado en sus piernas mientras el otro sonreía cerrando sus ojos disfrutando de las caricias.

—Bien, un pequeño descanso, pero tenemos que continuar luego.— Sin dudarlo todos asintieron tirándose al suelo y recostandose en la hierba de aquel bello bosque, los pájaros cantaban y el sol estaba en lo más alto, los grandes árboles hacían la sombra perfecta y el viento fresco chocaba contra ellos de forma cálida.

Poco después los nueve chicos retomaron su camino, nuevamente se encontraban caminando sin rumbo y a paso lento por el cansancio y el hambre, el sol estaba muy cerca de esconderse pero tenían algo de tiempo aún para buscar al menos un refugio o alguna cueva, pero para la suerte de los nueve muchachos dos pequeños niños se encontraban jugando no muy lejos de donde ellos estaban, lo que era una muy buena señal ya que significaba que habían más personas allí y podrían ayudarlos.

—Ay, perdón señor.— Menciono un pequeño niño castaño con un mechón dorado quien había chocado contra Auron, el pequeño se separó sobando su cabeza con la yema de sus dedos y el más grande le dio una sonrisa agachandose para estar a la altura del niño.

—¿Te encuentras bien calvito?.— Hablo un Auron amable y el niño levanto un poco la mirada para mirar aquel.

—Ey!, yo no estoy cal-. — El pequeño no pudo continuar pues se sorprendió mucho al ver con quien estaba hablando, se separó un poco y una sonrisa de oreja a oreja adorno su rostro.

—¡No puedo creerlo es usted!.— Menciono el castaño dando vueltas alrededor de un peli negro confundido.

—Calma pequeño.—Menciono Luzu y Auron tomo al niño en brazos para que se calmara y dejara de saltar por todos lados.

—¿Como es tu nombre calvito?.—

—Me llamo Lukas.— Dijo sonriente el pequeño y Luzu quien estaba al lado de Auron también le sonrió.

—El nombre te queda.—

—¡LUKAS ¿DONDE ESTAS?!.— Se escuchaba a otro niño gritando el nombre del pequeño que tenía Auron en brazos, el peli negro bajo al pequeño y ahora su amigo se acercaba a él bastante preocupado.

—¡Brayan!, mira quiénes son, ¿los reconoces?.— Un pequeño Lukas emocionado señalo a los nueve chicos haciendo que Brayan se sorprendiera y fijara su vista en el oji morado y el de pecas.

—Oh por los Dioses, Lukas, tenemos que llevarlos al pueblo.— Menciono Brayan y el pequeño Lukas se acerco a Luzu tomando su mano para que lo siguiera.

Brayan caminaba al frente haciendo de lado las ramas y ahora aquellos se encontraban caminando hacia el pueblo, al llegar se dirigieron al ayuntamiento, subieron las escaleras y lo primero que vieron fue a un anciano de bata azul organizando algunos libros en una estantería tranquilamente, el mayor de los pequeños aclaro su garganta llamando la atención de aquel anciano con cabellos blancos.

Los Elegidos (Karmaland 4) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora