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Aquellos pequeños calleron con cuidado de nuevo en sus camas y abrieron los ojos al instante, se miraron entre ellos y el primero en hablar fue Lukas.

—Sopa de veneno, estoy seguro que esto ya lo había sentido antes.— Lukas se cruzó de brazos haciendo una mueca adorable y Brayan se acomodó detrás de él abrazandolo.

—Así es Lukas, de hecho esto ya había sucedido pero ustedes no se acuerdan de nada.— Hablo el castaño de ojos morados con verde.

—¿Y por qué tu si lo recuerdas?.— Hablo un chico de boina azul con un tono frío y seco mientras se cruzaba de brazos haciendo que Brayan suspire.

—Ya es momento de que os cuente algo...— Todos los niños se acercaron a donde estaban Brayan y Lukas.

—¿Sabéis por que estáis aquí?, ¿el por qué no conocéis a vuestros padres?, la respuesta es simple, ellos ni siquiera saben que somos sus hijos. Hace mucho tiempo Merlon me encontró en una cueva, completamente solo y según el nací de las rocas, suena extraño y difícil de creer pero así es, Merlon me contó la historia y todo lo que era la profecía de este pueblo mágico, nosotros somos los hijos de nueve héroes que de hecho ya están aquí, cada uno tiene la combinación de los poderes de aquellas parejas y tiene sus rasgos, nosotros somos comos los siguientes elegidos por los dioses, cada uno nació de algo, más no de un vientre.—

—¿Se podría saber quiénes son nuestros padres?, me gustaría conocerlos ya que dices que están aquí.— Hablo una chica de cabellos naranjas llamada María.

—Nop, si os lo digo vosotros iriais corriendo a donde ellos y eso arruinaría la profecía, todo va a su tiempo, ellos deben enterarse de que ustedes son sus hijos, no al contrario.— Aquello que dijo Brayan hizo que María sacara una pequeña navaja de su bolsillo, pero Ángel quien era su hermano la detuvo tomándola de la muñeca.

—Entonces somos parte de la profecía ¿no es así?.— Alexander hablo y Brayan asintio con la cabeza.

—Por ahora solo nos queda esperar a que todo lo escrito se haga realidad, solo espero las cosas no se desvíen.—

—Si las cosas van por otro camino, ¿qué sucedería?.— Lukas hablo nuevamente elevando su rostro para ver al castaño detrás de él.

—Según el otro lado de la profecía, el pueblo desaparecería en llamas y nosotros moriríamos siendo olvidados, al igual que nuestros padres. Deben tener mucho cuidado con vuestras acciones a partir de ahora y no trateis de investigar quienes son vuestros padres si no queréis terminar mil metros bajo tierra, y si os llego a ver en alguna de esas yo mismo os mató por tontitos.— Dicho esto aquellos niños se dispersaron dejando solos al más pequeño y al mayor de todos.

—Brayan, puerco...—

—¿Que pasa peque?.—

—Nada, olvidalo, ¿podríamos ir a por algo de comer?.—

—Claro, busquemos algunas manzanas.—

Dicho esto los dos chicos salieron en busca de comida, caminaban por aquel gran bosque y Lukas daba saltos de un lado a otro bastante feliz y divertido, lo que era típico de el, aquello hizo que Brayan soltara una pequeña risa.

—¡Mira, creo que son manzanas!.— Grito el más chico mientras corría a toda velocidad dejando atrás al más grande.

—¡Lukas espera, debes dejar de hacer eso!.— Brayan corrió tras el pequeño tratando de alcanzarlo pero choco contra la espalda de alguien y esto hizo que retrocediera.

—Lo lamento mucho.—

—No te preocupes, no es problema pequeño.— Rubius le dio una sonrisa a Brayan y aquel castaño de ojos morados y verdes al ver con quien había chocado trato de mantenerse calmado pero no podía, quería hablar pero las palabras no le salían.

Los Elegidos (Karmaland 4) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora