Capítulo 3

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  -Bueno chicas les tengo que contar algo- nos dijo Rachel a Sophi y a mí.

  -Suéltalo- dice Sophi

  -Me gusta Dylan, pero no me gusta, o sea sí, pero no. ¿Cómo les explico? Me atraen muchas actitudes de él, es muy detallista y eso me encanta, pero no pues, pero cómo que sí ¿Entienden?-

  Después de reírnos Sophi y yo por unos segundos, caímos en cuenta que debíamos responder algo.

  -Amiga ¿En serio?,por Dios, ya eso lo sabíamos. Te la pasas hablando con él día y noche, te ríes cuando te envía un mensaje, te molestas cuando no te escribe, no soportas que te hable seco ¿Quieres que siga?- le dije a Rachel, que me miraba con cara de sorpresa.

  -Natti tiene razón Rachel, siempre hablas de él, y aunque no lo hayas dicho todas sabemos que te causó emoción el día que se te declaró y lo mandaste a la friendzone-

  Estuvimos más o menos dos horas hablando del romance entre Rachel y Dylan. Tratando de hacerle entender a Rachel que era obvia la situación así ella no lo supiera. Eran las 2:00pm, y el sol estaba de perros. Así que decidimos bajar a la piscina de la casa de Rachel.

  Estábamos en su habitación preparándonos para bajar. Como es normal entre nosotras nos vestimos juntas.

  -Ayy amiga, no es por ser mala, pero tienes unos gorditos bien feos en el abdomen- me dijo Sophi, para nada en tono de broma.

  -JAJAJAJAJAJAJA, es verdad. Tú tienes el cuerpo raro Natti, pareces un helado- dijo esta vez Rachel.

  No les hice caso, ya estaba acostumbrada a que mis amigas me trataran así, siempre tenían algún comentario sobre mi aspecto "estás despeinada", "te vez gorda", "tu cara es rara". Al igual que en mi casa ellas sólo me juzgaban pero por lo menos me escuchaban, cosa que no pasaba en mi casa. Mis "amigas" me prestaban atención y luego daban sus malos comentarios. En mi casa no tengo a nadie que por lo menos escuche, así que es preferible contar para ser criticado, que contar para ser ignorado.

   Luego de divertirnos un rato en la piscina, comimos y nos fuimos a dormir, aproximadamente a las 2:00am.
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   Llegué a mi casa a las 9:10am. Lamentablemente diez minutos después de lo normal. Entré a la casa y lo primero que vi fué a mi mamá sentada en el sofá.

  -Hola mami, disculpa llegué tarde porque había tráfi...-

  -Sí, si. Está bien, igual no me importa- me dijo Beatríz.

   Me sentí fatal con ese comentario, cualquier persona hubiese estado feliz de que su madre no dijese nada con respecto a llegar tarde. Pero a mí me hubiese gustado que por lo menos me fuese dicho algo. Un regaño, una muestra de atención, es todo lo que necesito.

  Mi madre cuando se separó de mi Gabriel, mi padre, ella se entregó entera y completamente a mí. Ella era mi todo y yo era su todo. Pero desde que nació Melody todo cambió, ella le presta toda su atención a Melody. Resuelve los problemas de Melody, quiere más a Melody, le compra cosas a Melody. TODO MELODY.

   Aunque estoy harta de la situación, no puedo hacer nada. Sólo tengo 15 años y no me puedo ir de la casa, así que me toca soportar el infierno que vivo día a día. Mi hermana Sol también es la causante de mis desgracias, ella junto con Melody se ponen de acuerdo para hacerme la vida de cuadritos.

  Ignorando todo subo a mi habitación cansada dispuesta a arreglar mis útiles para mañana. Pongo todo en orden y escuchando "Worth It de Fifth Harmony" empiezo a arreglar mi habitación. Dos horas después observo mi habitación y se encuentra en perfecto orden.

   Tanto ordenar me dió hambre, son las 12:26pm y bajo a cocinar algo a la cocina. Saco los ingredientes necesarios de la despensa y me propongo hacer unas empanadas con queso amarillo. Mientras estoy preparando mis empanadas Melody entra a la cocina.

  -¿Qué haces?- pregunta ella.

  -Cocinando ¿No ves?-

  -A mi no me hables así, o le digo a mi mami que me estás pegando- me responde la repugnante niña.

  -Melody déjame en paz, yo te hablo como me da la gana-

   Sin darme cuenta la mocosa de 8 años se lanzó al piso bruscamente y empezó a gritar como loca. Gritaba sin parar el nombre de su mamá.

  -MAMÁ MAMÁ, NATTI ME EMPUJÓ-

   En ese instante entró Sol y mi madre a la cocina, estaban eufóricas las dos. Melody siguió gritando, pataleando sin parar en el suelo, fingiendo que yo la había empujado.

  -Natti ¿QUÉ LE HICISTE A LA NIÑA?- Me gritó mi madre.

  -Yo no le hecho nada, ella solita se lanzó al suelo-

  -Eso es mentira abuela, ella me empujó porque le dije que me alcanzara un vaso para tomar agua. Yo no le hice nada malo y ella me golpeó-

  Mi madre sin dejarme dar mi argumento se acercó a mí y me dió una cachetada. Me dolió más su forma de ver las cosas que su contacto contra mi cara. Ya era costumbre este tipos de escenas por parte de Melody, pasaban unas cuatro veces por semana.

  -QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE LE PEGAS A MELODY- me gritó Sol está vez.

   Lo peor del caso era la cara de la niña, me veía desde lejos con su cara de cínica. En esos momentos quería desaparecer, olvidar que existe la vida. Hundirme en un hoyo infinito y no salir jamás.

   Me fui a mi habitación llorando, harta de tanta injusticia. Me encerré en mi cuarto. Estoy cansada de que no me quieran. En estos momentos es cuando necesito a Natacha, ella es la única en ésta casa que me entiende. La única persona que de verdad me ama.

   La vida es un sube y baja de emociones pero en la mía sólo hay bajadas y más bajadas.

  Pensando en las desgracias de mi vida, y con los ojos hinchados por fin me hundo en un sueño tan profundo como mi odio por la existencia humana.

Conexión InquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora