No pretendo responder a su llamada, ya es el tercer pitido y podrán sonar miles, pero ahí se quedará mi celular, quieto en pacífica paz. ¿Para qué me llama? ¿No entiende que no quiero hablar con nadie?
Sigue sonando mi celular, llamada tras llamada. Lo coloco en silencio, no voy a responder. Mi vida ya es lo bastante miserable como para agregarle el hecho de que tengo que lidiar con un chico al que a penas conozco que me busca y casi me acosa.
Decido aplicar la vieja confiable, le cuelgo a la llamada número 5 y envío mi mejor mensaje...
"-¿Qué quieres?-".
"-Hola Natti, ¿Cómo estás?-"
"-Ajá-"
"-¿Qué te cuesta decirme cómo estás? O por lo menos saludarme-"
"-Sisi, hola. ¿Qué quieres?-"
"-Quiero saber ¿por qué no has ido al colegio? ¿Por qué estabas llorando hoy? ¿Por qué me evades tanto?-""-Siento decepcionarte pero tus preguntas no pueden ser contestadas, no todo en la vida hay que saberlo y a ti te toca adivinar, y si aciertas, igual lo negaré. Buenas noches, suerte-"
Después de eso pude escuchar un par de mensajes más, pero lo ignoré por completo. Me metí en mis cálidas cobijas y caí en un profundo sueño.
"-Hola princesa, dios te bendiga-
-Hola papiiii-
Mi papá es lo más bonito de mi vida, tengo 20 años y me sigue tratando como su niña, me consiente, me mima, me adora, soy la luz de sus ojos.
-Te amo hija, no lo olvides-"Son las tres de la mañana y me despierto consternada por el sueño que acabo de tener. Ya se está haciendo costumbre la presencia de este tipo de sueños. Por lo general mis problemas sentimentales se basan en la falta de afecto que recibo, siempre estoy en una burbuja de odio, de rencor.
A veces pienso en lo lindo que debe ser sentirse querida, que alguien te acepte así como eres, claro que dudo mucho que yo llegue a experimentar eso. Ese sueño me dejó peor de lo que estaba.
Hace frío, me siento sola, no sé qué hacer. El viento entra por mi ventana como grandes y espesas nubes de sentimentalismo, cada hebra de mi cabello que se mueve con la brisa me hunde más en mil pensamientos tristes.
Tomo mi celular, decido leer los mensajes que la molestia de Petter me envió hace un par de horas.
"-Sé que no estás bien, también sé que no quieres hablar con nadie.
Pero en algún momento tendrás la necesidad de hablar con alguien, querrás desahogarte. ¿Y sabes qué? Allí estaré. Aunque no me conozcas ni yo a ti. Buenas noches.-"
Dios... ¿Por qué se comporta así? Fingiendo que yo le importo. Si quisiera hablar con alguien ya le hubiese escrito a Rachel... espera, si lo hice... Pero como de costumbre no me respondió. Ya tengo más de una semana en mi casa, y no he sabido nada de ellas. Al parecer a ellas tampoco les importo.
Sigo pensando en el sueño que me desveló hace unos minutos, no paro de pensar en cómo sería mi vida con mi papá. Si Gabriel me fuese querido por lo menos un poquito. Mi vista se nubla y empiezo a llorar de nuevo. Me siento muy mal, ya no tengo ganas de nada, me siento en el limbo de mis pensamientos.
La verdad si me gustaría hablar con alguien, pero es muy tarde, son casi las cuatro de la madrugada, mi hermana no durmió hoy en cada. Mi mamá sigue desaparecida, a Sol no le importo. Me quiero ir de ésta vida.
Por muy estúpido que parezca se me ocurre hablar con Petter, es la única persona que me ha ofrecido su consuelo, y la verdad quiero hablar hablar con alguien. Soy muy cerrada con mis cosas pero siempre hay un momento y lugar donde todo que creías de una manera, simplemente se transforma.
Dejo mi orgullo de lado, y sin importar la hora le escribo un mensaje
"-Hola-"
*¿Enserio? Hola, ¿sin nada más?* Si, sólo se me ocurrió decirle eso. No se qué más decirle... *Quizás un ¿Cómo estás?, Disculpa la hora*. Ok. Tengo que dejar de hablar con mi subconsciente, es raro hacerme preguntas a mi misma, más aún sabiendo que no voy hacer nada de lo que yo misma me respondo.
"-Hola, Natti. Buenas madrugadas. ¿Y eso que me escribes a ésta hora? Mejor dicho ¿Y eso qué me escribes?-"
Ok. Me respondió. ¿Ahora qué?. *Dile que tuviste un sueño feo que te dejó intranquila, y quieres hablar con alguien*. No. No le diré eso, no quiero su lástima. *Sé más cordial entonces. Pregúntale cómo está*. Sí, eso mismo.
"-¿Cómo estás?-"
Eso es raro, ¿responder una pregunta con otra pregunta no es de mala educación?. No me importa.
"-Yo bien, aunque me despertaste. Por el contrario asimilo que si tú me escribiste a mí, es porque tú no estás bien ¿O me equivoco?-"
"-Estás en lo cierto, no me caes bien, ni un poquito si quiera. Pero en estos momentos me siento fatal y hace unas horas te ofreciste tu comprensión y la verdad la necesito en estos momentos-"
"-Perfecto, te veo en la puerta de tu casa en 10 minutos. Se puntual-"
¿QUÉ? ¿Cómo que en mi casa en diez minutos? No puedo dejar que me vea así. Son las cuatro de la madrugada, ¿Cómo rayos va a venir a mi casa? Definitivamente él está loco.Le envío varios mensajes rápidos, diciéndole que olvide el tema, que no venga a mi casa, qué no puede venir a mi casa en la madrugada así como así. Qué no estoy de humor para ver a la gente (aunque nunca lo estoy), pero es inútil no me responde, él va a venir quiera o no.
No pienso abrirle la puerta, no voy a dejar que me vea con la cicatriz, de ninguna manera. Me quedo en mi habitación, no creo que sea tan imbécil para tocar el timbre a tales horas.
"-Estoy abajo-"
Recibo su mensaje.
"-te dije que no vinieras, es de madrugada ¿Estás loco?-"
"-Para dejar salir los sentimientos no hay hora, tú me necesitas y aquí estoy. Ahora baja-"
"-No voy a bajar, ahí te podrás quedar esperando-"
"-No vine aquí por nada, o bajas o voy a empezar a pegar gritos con tu nombre-"
"-No te atrevas hacer eso, me pueden regañar por tu culpa-"
"-Entonces baja y ábreme la puerta-"
-"No voy a bajar a abrirte nada-"
"-Bueno tienes diez segundo para abrirme la puerta, o empezaré a gritar-"
Mi hermana me va a matar si escucha gritos y es lo último que quiero en estos momentos. Tendré que bajar.
*NATTIIIII*
Se escuchó el primer gritó, NOOOOOOO. Bajé a toda velocidad las escaleras, si seguía gritando me podía dar por muerta.
Abrí la puerta...
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Conexión Inquebrantable
Teen FictionEste libro muestra la vida de Natti, una chica de quince años con un pasado turbio, un presente difícil y un futuro inefable. Ella conocerá el amor por primera vez, y éste amor la ayudará a combatir sus miedos interiores y exteriores. Él la salvará...