Capítulo 6

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   Terminó el día, y como es costumbre mis amigas y yo vamos a salir a tomar un café. Tenemos tres años con esa rutina. Todos los lunes al salir del colegio vamos a la cafetería.

   Mis clases fueron bastantes incómodas puesto que Petter está en el mismo curso que yo y compartimos todas las clases. Aún sigo sin entender su comentario "salvar a damiselas en apuros". ¿Qué quería decir? ¿Eso iba dirigido a mí?. Sin darle importancia a eso decido salir del aula de clases a buscar a Sophi y a Rachel.

   Las busco en la cafetería, en sus aulas, en los baños, en la cancha deportiva. Pero sin resultado alguno. ¿Dónde se metieron?,tomo mi celular y marcó el número de Rachel, escucho el tono de voz. Marco al teléfono de Sophi y recibo una respuesta al vacío. No me responden. ¿Sabes qué? Yo me voy sola a la cafetería, tal vez ya estén allí.

  La cafetería queda a unas dos cuadras del colegio. Llego a la cafetería y al entrar no noto la presencia de mis amigas. Probablemente se quedaron en alguna clase particular o algo así. Yo sí tengo ganas de tomarme un capuchino. Me dirijo a la caja pago mi café y me siento en una de las mesitas que tienen vista a la avenida.

   Saco mi libro favorito del bolso "bajo la misma estrella" y entre páginas y páginas me pierdo en esa emocionante aventura de amor desenfrenado.

  -Hola- escucho e ignoro a la voz que suena en mi subconsciente.

  -Hola- repite esa misma voz.

  No me queda de otra que subir la vista de mi emocionante libro y ver quién interrumpe mi sección personal de dramatismo romántico.

  -ahh, tú. Hola- le digo sin interés alguno a Petter, que sin permiso alguno se sentó frente a mí con un expreso en las manos.

  -¿Siempre eres así de amargada?- me dijo aquel chico de ojos cafés.

  -¿Eso te importa?-

  -¿Te cuesta mucho hablar con la gente?- me dice Petter con una sonrisa en su rostro.

  -Mira, yo sé que me defendiste y ciertamente me salvaste aquella noche pero no te creas que por eso tienes el derecho de dirigirme la palabra. Ahora sí me disculpas estoy leyendo. Gracias- le dije bajando mi vista hacia el libro y colocándome mis audífonos para lograr una ignoración completa.

   Noté de reojo que se alejaba de la mesa. Por fin...

   Pasaron dos minutos y la tranquilidad desapareció nuevamente.

  -Volví- dijo Petter, sentándose nuevamente frente a mí.

  No levanté la vista, aunque lo escuchaba a la perfección no tenía ganas de hablar ni con él ni con nadie. ¿Por qué insistía tanto?.

  -Sé qué me estás escuchando- dijo.

  -No me ignores, mira te traje un batido de mora, tú favorito- dijo otra vez.

  No pude contener más mi modo ignoración y levanté la vista.

  -¿Qué quieres? ¿No te habías ido?- le dije en un tono neutro.

  -Si me iba, pero me dió lástima dejarte aquí sola sentada y me provocó comprarte tu batido favorito para ver si cambias ese humor de perros que traes-

  -Yo no necesito tu lástima, y si estoy sola es porque quiero, no me interesa tu batido en lo más mínimo- le dije, levantándome de la silla y saliendo de la cafetería. Dejándolo allí sólo.

   Sigo sin comprender porqué me sigue hablando. Salgo de la cafetería y me voy a mi casa.

   Entro en mi hogar de pesadillas y no veo vida notable. No tengo ni idea de dónde está la gente de ésta casa. Me dirijo a la cocina y me preparo algo de comer. Luego subo a mi habitación.

  Conecto mis cornetas de música y al ritmo de "Break Up Song de Little mix" me doy una ducha, al salir me coloco unos shorts de pijama y un suéter largo. Ordeno mi escritorio de tareas y empiezo a realizar las actividades académicas que asignaron el día de hoy.

  Son las cuatro de la tarde y por fin termino mis tareas. Intento llamar nuevamente a mis amigas para saber de su paradero, las he llamado durante todo el día pero no me contestan. ¿Dónde estarán?.

  Sin nada que hacer, bastante aburrida, me propongo a practicar algo que me apasiona mucho. El baile, nunca bailo, la verdad es que no sé bailar, pero desde pequeña amo bailar. Cuando estoy sola en casa (así como ahora) aprovecho para practicar algunos pasos. El baile es mi sueño frustrado, siempre he querido estar en una academia de danza. Pero no cuento con el apoyo de nadie. Y la verdad no le quiero dar más trabajo y responsabilidades a Natacha.

  Me coloco una camisa sin mangas más corta por el calor, y busco en internet coreografías de distintas canciones. Coloco la de "Don't call me Up de Mabel" y empiezo a bailar. Uno dos tres, cuatro cinco seis, siete y ocho.

  Me sumergí en mis sueños mientras bailaba, se puede decir que es un poder que yo poseo, mientras bailo me pierdo en la música.

  Escucho la puerta de mi habitación, salgo de mis pensamientos y abro la puerta.

  -Dice mi abuela que bajes a comer- me dice Melody.

  -Ya voy- le respondo.

  -¿Qué es eso qué tienes allí?- pregunta la intrusa

  -¿Qué?-

  -¿Eso es un tatuaje?- me dice.

   Coño, lo vio, ¿Qué le digo?. Se lo va a decir a mi mamá, y ahora sí me van a matar. ¿Cómo se me ocurrió ponerme una camisa sin mangas?.

  -No, obvio que no, es marcador- le digo y le cierrro la puerta en la cara, para que no siga observando.

   Siento como se marcha detrás de la puerta, me doy un baño para deshacerme del sudor producido por una hora y media a baile. Cuando estoy saliendo de mi cuarto de baño particular, escucho la puerta de nuevo.

  Envuelta en la toalla, solo con la pantis puesta abro la puerta.

  -¿Cómo es eso que tienes un tatuaje?- me dice mi madre al otro lado de la puerta, con una cara de demonio desenfrenado. Ahora sí me va a matar sin duda alguna.

  Y sin duda alguna quiero matar a Melody.

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  Hola, espero les esté gustando la historia, espero su voto y sus comentarios ♥️.

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