The IMPERFECTS [#1]

S E I S

CAPÍTULO 06: Enemigos no amigos.

Estiré la mano por medio de ambos asientos en el auto hasta el botón de la radio y subí deliberadamente el volumen de la música, la cual sonaba al ritmo de Believer de imagine dragons, una de mis canciones favoritas.

Thiago me miró y sonrió divertido mientras tomaba una bocanada de aire antes de comenzar a cantar a todo pulmón el coro.

Sonreí y le arrebaté el pequeño vape de sus manos, lo llevé hasta mis labios para después dejar salir de una bocanada el humo sabor café.

Max giró brevemente su rostro y nos sonrió abiertamente antes de volver su vista al camino.

Me gustaba pasar tiempo de calidad con ambos hermanos pues en ocasiones sentía que nuestras mentes estaban conectadas y pensábamos de la misma manera, estúpidamente iguales.

Normalmente Melissa y Dante eran más difíciles de persuadir para evitar sus "responsabilidades", por esa razón era que nosotros tres pasábamos más tiempo juntos.

Bromeábamos y reíamos entre nosotros mientras caminábamos alrededor de la fuente que decoraba la entrada de uno de los cuatro centros comerciales más "populares" de la ciudad.

—¿Qué ocurre contigo Kara? —preguntó Max mientras dejaba salir el humo del vape por su nariz y boca.

Fruncí el ceño y le arrebaté el aparato.

—¿De qué hablas?

—Bueno, últimamente has estado de buen humor —respondió analizando mi rostro.

—¿A qué te refieres con buen humor?

—A que no maldices o has golpeado a nadie en las últimas semanas —intervino Thiago con un toque juguetón en su voz.

Hice una mueca antes de sonreír estúpidamente. Me encogí de hombros intentando restarle importancia.

—Las últimas semanas han sido muy buenas —me limité a responder.

La verdad era que yo creía haber ocultado bastante bien el buen ánimo que me provoca estar en una relación "formal" con Alexandra, pero al parecer no había hecho un buen trabajo.

Intentar ocultar la felicidad que una persona te trae es mucho más complicado de lo que jamás imaginé.

—¿Acaso se debe a tu padre? —preguntó Max en broma.

Entrecerré los ojos y sonreí sarcásticamente.

—¿Tu madre ha llamado?

Max abrió la boca falsamente indignado y los tres reímos amargamente.

Ellos sabían que mi relación con mi padre se fue a la mierda desde que desapareció sin dejar rastro, también sabíamos de la falta de interés de la madre de Max hacía él. Ambas eran situaciones que nos dolían, pero teníamos permitido bromear con ellas de vez en cuando.

Lo que no te mata te hace más fuerte.

—Quizá debamos comenzar a ir a otro mall —dijo Thiago distraídamente mientras miraba hacía uno de los restaurantes de la zona.

Max y yo también miramos justo a tiempo para ver a algunos de los chicos de la escuela entrar al restaurante, entre ellos Alexandra y Eloy.

—¿Por qué? —preguntó Max restándole importancia.

Thiago se encogió de hombros y ladeo la cabeza.

—Simplemente no quiero ver al idiota de Eloy —respondió en voz baja.