The IMPERFECTS [#1]

D O S

CAPÍTULO 02: Completo desastre.

Las personas tienden a juzgar sin antes detenerse a pensar.

Sin tomar en cuenta a aquellos a los que juzgan.

Nosotros no todo el tiempo éramos lo que aparentábamos frente a los demás, es decir, la mayoría del tiempo si lo éramos, pero había ocasiones en las que no.

Sé que probablemente lucíamos como un grupo de fracasados, chicos a los cuales no les importaba nada ni nadie, pero se equivocaban.

El problema era que la vida nos había golpeado tan duro tantas veces, que simplemente ya no quedaba casi nada por lo cual preocuparse.

Todos nosotros teníamos algo que nos intimidaba, recuerdos y experiencias dolorosas que nos atormentaban.

Aquellos chicos. Esos a los que llaman fracasados, los que aparentemente son una decepción para todos, ellos eran mi familia y daría todo por ellos sin dudarlo.

Quizá sí éramos un desastre, quizá cometíamos muchos errores, pero eso es lo que significa ser humano.

Nadie puede ser perfecto, pero aparentemente nadie más que nosotros lograba entenderlo.

—¿Es cierto?

Parpadeé saliendo de mis pensamientos.

Miré a mi costado y me sorprendí por la mirada que Alexandra me daba. Me miraba como si en cualquier momento fuese a colocar las manos sobre mi cuello y estrangularme, característica rara en ella.

Intenté fingir que no me interesaba nada de lo que ella dijera. Tomé mis cosas y comencé a caminar por el solitario pasillo.

Ella suspiró y me siguió de cerca pero a una distancia considerable.

—¿Es verdad que dejaste el equipo de debate?

Frené mis pasos, giré y la miré.

—Sí lo hiciste —afirmó decepcionada —Conozco esa mirada Kara, por dios.

No me agradó el tono que su voz obtuvo, como si estuviese decepcionada de mí.

—¿Qué querías que hiciera? —salté a la defensiva. —Tú misma sabes que desde el principio me obligaron a entrar —respondí sintiendo la necesidad de explicar mis acciones ante ella.

Me miró dolida y dejó caer sus hombros derrotada.

—Lo sé. Pero creí que tal vez después de haber ganado el año pasado este año también te quedarías.

—Número uno: el año pasado solo llegamos a las regionales. Y número dos: no me gusta debatir.

—Pero te gusta discutir con las personas.

—No cuando hay reglas de por medio.

Ella suspiró dándose por vencida y dio un paso más cerca de mí.

Sentí mi cuerpo estremecerse ante su cercanía. Sin poder evitarlo mi mirada recorrió su rostro, apreciando todas y cada una de sus finas facciones.

Ella se relamió los labios y fue ahí cuando aparté la mirada al notar lo inmersa que su presencia me tenía, y el peligro de estar en un lugar muy público.

—¿Acaso fue por mi culpa?

Su voz sonó rota y su mirada brillaba con arrepentimiento.

Mi piel se erizó y me mantuve en silencio.

—Escucha Kara, lo que pasó entre nosotras no tiene por qué afectar todo lo demás. Sé que probablemente no quieres saber nada de mí ahora, pero necesitamos aclarar esa situación.