Capítulo 5.

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Pov Normal

El turno de ambos compañeros ya había terminado, luego de un par de días de Horacio insistiéndole al Comisario, y un poco jugando con su mente, este había aceptado aquel extraño trato que el alumno le había sugerido. Aunque no sabía por completo a qué se refería, irían aclarándolo en la marcha. Lo creía molesto, ya que él jamás relacionaría su vida personal con su trabajo, sin embargo aquello le libraría de futuros tres meses con la "supervisión" del alumno favorito del Superintendente, y eso le parecía bastante gratificante.

Ahora ya fuera de servicio, Volkov se encontraba manejando en su propio automóvil a una cafetería que Horacio le había indicado, este último se arregló un par de veces la cresta mirando su reflejo en el espejo del auto.

El comisario dejó su mente comenzar a trabajar y soltó un suspiro sin terminar de entender el comportamiento del menor.

— A ver, Pérez. Usted sabe que hago esto sólo para no pasar tres meses más con usted — Volkov comenzó a recapitular y el contrario sólo asintió con la cabeza — ¿Entonces por qué quiere... salir así extraoficialmente conmigo? —

— Ya se lo dije, porque usted me gusta — contestó el de cresta con simpleza.

— Eso no tiene ningún sentido, no me conoce de nada — el ruso seguía sin comprender la situación para nada.

— Y es por eso que hago esto, para conocerle — Horacio señaló animado en cuanto avistó aquella cafetería a la cual había querido ir desde que había llegado a la ciudad — Vamos, vamos — su voz sonó muy alegre.

Volkov dejó el auto perfectamente aparcado en el estacionamiento del local y soltó un nuevo suspiro, no podía creer lo que estaba haciendo. Quería repeler al de cresta desde que le conoció y ahora estaba paseando con él.

Bajó del auto junto con el alumno, el cual le hacía señas de que se apresurara y se ponía medio eufórico.

— Venga, Volkov — Horacio le tendió la mano en señal de que la tomara.

— Comisario Volkov — le corrigió este, pasando por enfrente suya con los brazos cruzados, ignorando completamente su gesto y comenzando a dirigirse a la puerta del lugar.

El menor tan sólo lo alcanzó y entraron juntos al local, el comisario vio al Horacio tomar lugar en la fila en vez de sentarse en alguna mesa, así que se quedó parado a su lado sin expresión alguna en su rostro.

— ¿Tengo que decirle "Comisario" incluso cuando no estamos de servicio? — preguntó el pelirrojo mirándole curioso.

— Así es — Volkov seguía con los brazos cruzados y sólo sentía la impaciencia de estar en una fila.

— Usted dígame Horacio, que me llame por mí apellido ya me cabrea — el menor pidió mientras observaba ahora ansioso una pizarra más adelante que tenía anotado varios tipos de bebidas.

— ¿Y si le digo "Alumno"? — preguntó ahora el comisario, queriendo picar al adverso.

— Prefiero que me llame así — dijo Horacio volviendo su mirada al más alto.

Víktor no podía creer que su compañero tenía una respuesta para todo, aparte de que nada parecía molestarle en ese día en especial. Aún así sólo negó con la cabeza, estaba cabreándose él por el odio que le nacía al estar esperando, realmente detestaba hacer filas.

— Joder, sólo pídame un café negro. Yo me iré a sentar — Volkov perdió su paciencia y se dirigió a una mesa, dejando al menor esperando solo para hacer el pedido.

¿Trato? ~ [ Volkacio ] ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora