Capítulo 16.

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Pov Horacio

Colgué la llamada de mi teléfono luego de disculparme varias veces con Claudio y lo dejé en la mesada.
Luego caminé hasta la sala y me senté en el sillón junto a Volkov que me observaba atentamente.

— Ya he cancelado — dije devolviéndole la mirada.

— V-vale — me respondió bajando la mirada.

Al contrario de su actitud unos momentos antes, ahora se veía bastante tímido o vergonzoso.
Conociéndole, tenía razones para estarlo.
Aunque tampoco podía quejarme, tenerlo ahí conmigo luego de confesarme que me necesitaba era completamente nuevo para mí y realmente había alegrado mi corazón de una forma única. Deshizo aquel dolor que se había plantado en mi interior algunos días atrás e incluso de antes.

— Volkov — le llamé acercándome un poco más a él en el sillón.

— ¿Mmm? — lo ví un poco nervioso por mi cercanía, pero no se movió.

— Bésame — pedí dirigiendo la mirada a sus labios.

Tal como si lo hubiera estado esperando, llevó una mano a mi nuca y acercó nuestros rostros una vez más.

Sus labios se unieron con los míos y comenzó un beso medio torpe al principio, que luego se convirtió en un roce completamente dulce y placentero. Me sentí más relajado y mis sentidos fueron inundados.
Conforme pasaban los segundos, sentía que el beso comenzaba a volverse más húmedo y él no tardó nada en tomar el control.
De un momento a otro la temperatura en mi cuerpo se elevó, sentí su lengua abrirse espacio en mi boca para encontrarse con la mía y así comenzar un beso más intenso.

Un jadeo de me escapó y antes de darme cuenta ya lo tenía encima mío devorándome la boca. Sus manos comenzaron a tocar mi cuerpo sin permiso, aunque tampoco lo necesitaban. Al igual comencé a acariciar su torso por donde pude.
Intentaba seguirle el ritmo mientras ahogaba mis jadeos en sus labios, mi corazón latía como loco y mi respiración de agitó de una forma muy rápida.
La nueva sensación de saborear sus labios me estaba matando, era lo más delicioso que había probado nunca.

Desde ese momento supe que estaba perdido. Que con aquellos besos podría conseguir de mí lo que él quisiera.

— Joder — jadeé sobre sus labios para luego dejar mi espalda apoyarse por completo en el sillón.

Volkov se acomodó bien encima mío y me dedicó una mirada con aquellos ojos azules que me atraviesan el corazón sin piedad.

Y así, con su cabello gris cubriéndole ahora parte de la frente, con su respiración agitada, sus mejillas teñidas de rojo y un hilo de saliva deslizándose por la comisura de sus labios... Me dedicó una sonrisa.

Si mi corazón desde antes ya se había acelerado, ahora tenía miedo de que latiera tan fuerte que él pudiera escucharlo.
Es que me dejó sin aliento tan sólo con ese gesto... Esa sonrisa. Joder, es que era mi perdición.

— Fóllame — pedí completamente perdido, aún observándolo en una adicta ensoñación.

Aquella petición en verdad se me escapó de los labios, pero siguiendo el impulso de mis deseos.

— 10-4 — me respondió sin dejar de mirarme por un momento.

Lo siguiente que sentí fue su húmeda lengua pasearse por mi cuello, haciendo que mi piel se erizara a la vez que cada vez era mayor el calor que bajaba a mi entrepierna.

Su diestra fue desabotonando mi camisa botón por botón con una lentitud algo desesperante y una vez que terminó con ello, siguió descendiendo para desabrochar mi cinturón y siguiente mis pantalones.

¿Trato? ~ [ Volkacio ] ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora