Capítulo 18 (Final).

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Pov Normal

Ese día al salir del trabajo, Horacio observó a Volkov con detenimiento y marcó en sus labios una amplia sonrisa ansioso por lo que restaba del día.
Aquel día era importante, sí que lo era.

Cumplían tan sólo dos meses de estar saliendo, pero eso no era lo que le emocionaba, sino que por primera vez desde que conocía al ruso, por fin ese día había accedido a llevarlo a su departamento.

El de cresta mantuvo su vista fija en su pareja mientras este conducía, ¿Cómo podía verse tan apuesto tan sólo conduciendo?

—¿Qué quieres cenar? —preguntó Volkov sin quitar su vista del camino.

—No lo sé, ¿Prefieres que pidamos comida o mejor preparamos algo? — Horacio lo miró curioso y notó cómo el contrario se tensó un poco.

—No voy a mentirte, no sé cocinar — confesó el ruso mirándole de reojo.

Horacio soltó una risa burlona y llevó una mano a taparse la boca cuando vió cómo el comisario fruncía el ceño molesto por su reacción.

—Vale, vale. Lo siento —el menor mantuvo su sonrisa cuando tuvo la respuesta en su mente —Vamos al supermercado a comprar unas cosas y yo cocino —

—¿Sabes cocinar? — preguntó Volkov, ahora curioso y cambió de destino en el gps del automóvil.

—No soy el mejor, pero sé algunas cosas — el menor sacó su teléfono en busca de ideas y se quedó pensativo —A decir verdad... no sé si se me da bien o no -—

—¿Cómo es eso? — el ruso estaba algo confundido por la respuesta ajena.

—Gustabo comió lo que yo cocinaba sin chistar durante... mucho tiempo — el menor sonó algo nostálgico pero en ningún momento borró su sonrisa — Nunca se quejó, pero tal vez era porque no tenía de otra —

— No te preocupes... —Víktor notó el tono de su voz y quiso aligerar el ambiente —Yo sí me voy a quejar si no me gusta —

Horacio levantó la vista para cruzarse con una sonrisa burlona en la cara del comisario y no pudo evitar soltar una carcajada conforme con esa respuesta y con lo bellísimo que le parecía aquel hombre aunque le dijera algo así.

— Ah pero con otras cosas sí que no te quejas — soltó el menor con picardía, logrando que el comisario se sonrojara al instante — Ahí lo dejo —

Los comentarios del de cresta y sus coqueteos eran impredecibles, llegaban en cualquier momento agarrándolo desprevenido. Aunque... Eso había sido así desde un principio, sólo que ahora sí les tomaba más importancia y lo hacían avergonzarse un poco. Horacio disfrutaba mucho esto.

Minutos después, ambos caminaban por los pasillos del supermercado.
Horacio sostenía una canasta en una mano en la cual iba colocando las compras y se paseaba de un lado a otro sin cohibimiento alguno.
Cada tanto se quedaba parado un momento esperando a que el comisario le alcanzara, ya que este iba caminando detrás suyo con las manos en los bolsillos y con un aire muy imponente.

Volkov sabía que Horacio llamaba mucho la atención, era muy alegre y enérgico. Hablaba alto y sonreía mucho, por ello estaba acostumbrado a que muchas miradas giraran a verlo cuando el alumno estaba simplemente siendo él mismo.
Pero últimamente su mente había agregado algo a esa lista. Giraban a mirarle también porque era atractivo.
Y odiaba pensar en el hecho de que fuera esa la razón por la cual muchas miradas se dirigieran también a su persona cuando se le acercaba.

"¿Se preguntarán si soy su pareja?"

— Horacio, ven — le llamó Volkov, logrando que el nombrado volteara en su dirección y se acercara.

¿Trato? ~ [ Volkacio ] ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora