Bajo al primer piso donde se encuentra el italiano hablando con Fabrizio. Al darse cuenta de mi presencia ambos me miran de arriba abajo aunque la mirada del italiano es más intensa.
—¿Estás lista? —Pregunta este.
—Sí.
—Bien, Fabrizio cuídala y lleva algunos hombres para que se queden cuidando a sus padres.
—Está bien, señor.
Salgo de la mansión con Fabrizio detrás, subo a la camioneta que en seguida comienza a moverse sobre la carretera. Saco mi teléfono y busco el chat de WhatsApp de la fiscal.
Buenas tardes.
¿Gala, cómo
estas? Me enteré
de la explosión,
llamé a la policía y
les explique que
eres testigo fundamental
de un caso y ellos dejaron
de hacer preguntas.Estoy bien. ¿Qué
pasará ahora?Debes ir al programa
de protección a testigos
hasta que llegue el
día del juicio.No, ya estoy a salvo.
Le escribo para
informarle que estoy
bien y que tengo
un plan.¿Plan? ¿De qué
estás hablando?Fingiré mi muerte.
¿Qué?
Es la única forma
en la que podré vivir
tranquila este mes.¿Cómo harás eso?
No se preocupe.
Debo dejarla.Está bien,
ten cuidado.Mi vida está en peligro, la vida de las personas que amo están en igual peligro y no tengo idea de cómo protegerlas. Adriano me ha ayudado, no sé por qué lo hace, pero sé ha portado bien. Aun así tengo miedo de lo que pueda pasar si testifico. Por otro lado, quiero hacer justicia por la familia del señor que falleció aquel día sobre el asfalto. Mi cabeza es un caos en estos momentos, no dudo que lo que estoy haciendo, está bien, sé que sí, pero... ¿Vale la pena el riesgo? No lo sé, pero haré justicia.
El auto se detiene en frente de la casa de dos pisos donde viví hasta cumplir la mayoría de edad.
—Fabrizio, espérame aquí. Entraré sólo por unos minutos —Le ordeno a este antes de bajar del auto. Voy hasta la puerta de entrada, toco el timbre y luego de unos minutos aparece mamá.
—Cariño —Me abraza. —¿Cómo estás? ¿Estas herida? —Pregunta mientras vamos hasta la sala de estar donde está mi padre.
—Mamá, estoy bien. No me pasó nada, vine a hablar con ustedes y necesito que me escuchen ya que no tengo mucho tiempo.
—¿De qué hablas? —Pregunta papá cuando me siento a su lado.
—Con mi testimonio encerraré a alguien muy peligroso y por eso ha tratado de hacerme daño, pero un amigo me está protegiendo y lo hace bien. Por la explosión pensamos en un plan y creemos que fingiendo mi muertes estaré a salvo, al igual que ustedes.
—Hija, es una mala idea.
—No, mamá. Esa es la mejor decisión que puedo tomar. Quiero hacer justicia por el hombre que mataron y no me detendré hasta ver su asesino encerrado.
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Eres tú
Teen FictionLa vida le había quitado a Adriano lo que más quería, su padre y hermano. Sin embargo, una noche aparece la pequeña Gala quien derrumbar todos los muros de su alrededor y lo convierte en un hombre diferente, sin mencionar que es la única capaz de ha...