___ Todavía no puedo creer que estés aquí ___ mencionó con sus ojos entrecerrados abrazándose con fuerza del cuerpo que se hallaba a su lado. Camila abrió sus ojos y sonrió, besó su frente y acercó aún más sus cuerpos.
___ Y yo no puedo creer que me esperaras ___ besó sus labios ___ Y aquí estamos... como siempre debimos estar.
___ Y siempre estaremos, ¿no es así?
Había temor en aquellos ojos verdosos. Camila asintió sin borrar su sonrisa hasta que el recuerdo de Dylan y su patético estado de locura provocaron que se perdiera en sus pensamientos, su mirada nuevamente cayó en la ojiverde para luego tragar de manera pesada.
___ Dylan intentó matarme... por eso estoy así de herida ___ susurró bajando la mirada ___ Dylan está peor de lo que imaginé Lolo, no sé qué hacer para ayudarlo y no sé cómo olvidar todo lo que hizo... a veces siento que de verdad lo odio.
Sintió como sus manos fueron sujetadas con fuerza. Un par de labios se posaron sobre su frente, dos brazos cálidos abrazaron su cuerpo y ella finalmente pudo tranquilizarse. Lauren la apoyaba en silencio, con aquél contacto tan íntimo para ambas le estaba diciendo que lo que ella decidiera hacer, sentir o creer... Lauren la apoyaría ciegamente.
___ ¿Quieres saber por cuál carrera me decidí al salir? ___ preguntó entre susurros. Camila río, nadie mejor que su hermosa ojiverde para sacarle aquellos tóxicos pensamientos de su mente.
___ Me encantaría escuchar toda la historia de principio a fin.
Lauren abrió sus ojos como platos.
___ ¿Hasta los distintos traumas? Te cuento que poseo más de un terapeuta y uno que otro psicólogo para calmar la ansiedad desde que te fuiste ___ decidió bromear con algo tan serio porque ya no se sentía presionada, ya no tenía nada por lo cuál sufrir. Camila se levantó de la cama con una pequeña sonrisa en su rostro, tomó un poco de distancia y volvió corriendo para luego lanzarse encima de ella entre risas.
___ ¿Traumas? Tendremos que hablar sobre ello seriamente más tarde, por ahora si quisiera reírme un poco de ti por no saber vivir sin mi ___ comentó de manera arrogante mientras besaba repetidas veces sus labios.
___ Créeme, tan solo con verte todos mis problemas emocionales simplemente desaparecieron ___ confesó mirándola con ternura, como si la morena fuese la octava maravilla del mundo entero.
Camila sonrió hermosamente y besó sus labios. Ambas se acomodaron entre los brazos de la otra y se sumergieron en una conversación que parecía no tener fin, Lauren le contaba todo lo que había pasado en ésos años y Camila la escuchaba maravillada, apreciandola en silencio... amándola aún más si acaso aquello era posible.
•••
La vieja camioneta de tonalidades grisáceas se detuvo frente a una farmacia. El dueño de dicho vehículo se bajó y entró en el lugar de manera despreocupada, sin imaginarse siquiera por un solo segundo que detrás de su auto se hallaba un posible psicópata que estaba siendo buscado desesperadamente en toda la cuidad. Dylan abrió sus ojos paranoico a cada cosa que veía y bajó con cuidado de la camioneta, observó el paisaje sin poder identificar en donde se encontraba y decidió acercarse a un grupo de jóvenes que bebía en algo parecido a una plaza.
___ Disculpen... quisiera saber dónde me encuentro ¿podrían ayudarme? ___ preguntó fingiendo ser algún tipo de turista. Los jóvenes se acercaron a él con bastante ánimo y le explicaron en qué parte de la ciudad se encontraban.
Dylan agradeció la ayuda y se dirigió a la parada de autobuses. Tenía que dirigirse al departamento de la ojiverde, él sabía que ambas debían estar ahí.
Cómo también sabía la dirección exacta de aquél departamento, Sinuhe lo había comentado una vez cuando trataba sacarlo de su falsa ilusión. Pagó el respectivo pasaje y se sentó al final del transporte público, pegado a la ventana, torturandose así mismo mientras oía aquella voz que le exigía acabar con todo y todos.
Negó nerviosamente. Él no podía matar a nadie, no debía matar a nadie... solo tenía que disculparse con ellas, él solo debía disculparse con ambas.
___ ¿Puedo sentarme? ___ giró lentamente y le asintió a la chica que previamente se había comunicado con él. Ella se sentó sonriente y se colocó sus audífonos, saliendo del mundo real con esa simple pero efectiva acción.
Volvió su mirada a la ventana y pensó con extremo cuidado si él podría alejarse del mundo del mismo modo que ella. Pensó una y otra vez si aquella voz que lo atormentaba desde que Alejandro lo marcó se callaria si él oía música y solo de desconectaba del mundo entero.
___ No podría... ella no me dejaría ___ murmuró para sí oyendola hablar otra vez. Aquella voz que se parecía tanto a la de Camila, era ella viviendo en él y se negaba dejarlo en paz.
El autobús se detuvo media hora después y Dylan bajó tratando de ignorarla nuevamente. Ésta vez no se dejaría ganar por ella, caminó como un zombie sin vida por varios minutos intentando ubicar el edificio correcto hasta que finalmente lo vió. Era café y estaba justamente en la esquina de la calle, frente a una cafetería... justo como Sinuhe había dicho una vez.
___ Solo debo disculparme con ellas...
___ Sabes que no es eso lo que quieres... ___ cerró sus ojos tratando de callarla ___ Sabes muy bien lo que debes hacer Camila.
___ No soy ella... no soy ella.
___ Si lo eres... eres ella y aquella mujer que ahora te está robando a tu novia es una farsante que merece la muerte, lo sabes Camila.
___ ¡CÁLLATE!
Varias personas lo vieron como si estuviese loco y éste sólo caminó lejos de la multitud agobiado, y muy perturbado. Llegó frente al edificio y esperó pacientemente para poder entrar, casi diez minutos después una amable anciana salió del mismo sonriéndole a su paso para luego alejarse. Dylan correspondió la sonrisa y entró, subió al elevador, apretó el número trece y esperó.
Apretó el arma en su espalda con una mano mientras que la otra se aferraba duramente en el cuchillo...
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El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron con una lentitud casi tortuosa. Dylan suspiró largamente recordándose una y otra vez su objetivo inicial, se detuvo en la puerta número quince y pensó.
¿Ella estaría ahí? ¿Ambas estarían ahí? ¿Ellas merecían morir?
Tocó la puerta.
Escuchó pasos cerca.
Sacó el cuchillo.
Apretó el arma con fuerza.
Y la puerta segundos después... finalmente fue abierta.

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Ser tú - Camren
SonstigesCamila y Dylan Cabello son hermanos. Camila y Dylan son muy diferentes. Dylan gusta del fútbol, Camila adora los video juegos. Dylan es muy popular, Camila prefiere la soledad. Camila odia el colegio, Dylan lo ama. Camila tiene notas a un nivel p...