◤𝕾𝖆𝖞𝖔𝖓𝖆𝖗𝖆 𝕸𝖔𝖔𝖓 𝕿𝖔𝖜𝖓 ©◥⎝⎝𝕷𝖎𝖇𝖗𝖔 ⌗②⎠⎠

l 16 Destiny l

—¿¡Cómo!?

      Nadie sabía nada de eso, ni siquiera los guardianes de aquel árbol que fue destruído hace siglos. Todos empezaron a temer de que, la vida del fragmentado corría peligro. Lust fue a dónde Hell y lo agarró del cuello de la camisa, para acto seguido mandarlo al suelo. ¿Ya debieron imaginarse la ira que tiene en estos momentos el lujurioso, verdad? Pues el de humo recibió aquel golpe con orgullo.

      Los dos guardianes del Omniverso se reían a carcajadas, ¡Ya era hora de que alguien le diera su merecido al desgraciado! Hell se tuvo que levantar a duras penas, a pesar de ser humo, seguía siendo un esqueleto, le dolía ciertas cosas, pero otras la soportaba, de todas maneras él es un general de guerra.

     Se limpió la suciedad, decidió que ya era hora que algunos misterios se revelarán hacía los amigos del esqueleto que juró proteger. Les hizo un ademán a los presentes para que le siguieran. Caminaron por el enorme espacio, Crawden, Revenge e Inferno iban delante, Lust seguía por detrás al de humo, seguido de la pesadilla, el soñador, los nativos de X!Tale, los otros del equipo Bad Guys, el Destructor y el pintor de pacotilla.

       Al cabo de unos seis minutos de una extenuante caminata, llegaron a un pedazo de tierra flotante que tenía un palacio al estilo japonés tradicional. Dream estaba un poco confundido, pero aún así le tenía confianza a Hell. El mencionado se acercó al precipicio de dónde antes estaba el pedazo de tierra, dió unos golpes con el pie y se hizo una plataforma con el pedazo en donde estaban. Este se elevó hasta llegar a encajar con la orilla de la isla, caminó hasta las escaleras del palacio, donde estaban unos guardias con armaduras de samurais, al notar la presencia de los intrusos, les apuntaron sus lanzas contra ellos.

—¿Quienes se atreven a poner pie sobre este templo?—preguntó uno de ellos.

    Hell hizo una mueca de disgusto, puso un dedo sobre la punta de la lanza, haciendo que bajará, ya que le estaban apuntando al rostro, de inmediato tomó con agilidad la lanza y la apuntó al primer guardia, el otro al ver esto sacó su katana con la intención de matar, sin embargo su objetivo se vió frustrado debido a que Hell logró darle una patada en la mano y arrebatarsela.

—Deberían concentrarse más en sus entrenamientos—arrugó sus fracciones—¿Acaso ya se olvidaron con quién se meten? ¿O es que no prestaron atención a ninguna de mis indicaciones?

—¡General Inferno!—los guardias se arrodillaron ante él—¡Misericordia por favor!

      Hell chasqueó la lengua en señal de disgusto—Si no estuviera corriendo contra el tiempo, personalmente me encargaría de ustedes por idiotas—suspiró—, pero haré una excepción.

      Los guardias le dieron libre el paso a el de humo y a sus acompañantes, el interior de este palacio era un tanto sencillo; ni muy galante, ni muy pobre. Dream no entendía porque los había llevado ahí, su hermano estaba en las misma situación, al igual que el lujurioso, sin embargo, los guardianes del Omniverso no estaban extrañados con el lugar.

        X!Chara examinaba el sitio con detenimiento, ese lugar era mucho más grande que en dónde actualmente está habitando el ególatra de X!Gaster. A lo lejos vió que alguien entraba por un umbral en medio del enorme salón: una mujer de piel blanca pero no pálida, sus ojos parecían lazulis brillando en una cueva iluminada por la luna, su cabello era castaño pero sus puntas eran de un celeste brillante. Sus ropas consistían en un kimono o yukata de diferentes tonalidades de azul, y llevaba una corona como la del soñador, solo que está tenía un diamante azul en el centro en ves de la "S" . Ella al ver a los visitante, caminó con paso rápido hacia ellos, el de humo la vió y se acercó antes de que ella llegará a dónde se encontraba. Se arrodilló ante ella, pero aquella mujer se agachó y le dió un fuerte abrazo. Los Guardianes del Omniverso veían tal escena con una cara neutral, conocían la relación que esos dos tenían, no podían darle algún golpe a Hell porque tiene la protección de ella y de toda la seguridad del palacio, y no quisieran pasar de Guardianes a fugitivos por una cosa tan ridícula, por ende Crawden tenía que intentar calmar a su hermano de gliches, antes de que  una masacre de comienzo allí mismo.