-Lo siento, no me gusta ser así.
-Lo sé, Auron, lo sé.
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Donde Auron le agradece las cosas a Luzu con flores.
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Esta historia ocurre a la vez que en Esa Pulsera [Fargexby], historia que hay en mi perfil.
Empieza: 13/10...
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Al terminar la conversación solo quiero volver a tirarme en la cama como llevo haciendo todo el día. Me da igual que me haya pedido perdón, me da igual que lo haya perdonado, lo que dijo me sigue doliendo un poco, pero lo que más me duele es el tono de voz que puso.
Sigue sin querer hablar, y sinceramente no lo entiendo. No voy a juzgarle por nada de lo que haga o deje de hacer, solo me preocupo por él como haría cualquier persona a quien le importara Auron lo más mínimo. Ojalá entrara en razón y dejara de ser tan cabezón por una vez en su vida.
Tras unos minutos de reflexión alguien llama a la puerta de mi habitación y la/lo invito a pasar con un simple "¿Qué quieres?". La puerta se abre y ahí está mi hermana cruzando los brazos y mirándome con ligera preocupación, se acerca a mí y se sienta en el borde de la cama, justo al lado de mis pies.
-¿Te pasa algo? -pregunta con dulzura.
-No, no te preocupes. No te quiero molestar con mis tonterías.
-Ya sabes que nada que te ponga así de decaído es una tontería. Vamos cuéntame, me molestas para nada -mi hermana siempre ha sido tan comprensiva, tan perfecta... Ojalá ser como ella algún día.
-Raúl y yo hemos peleado. Le vi unos golpes muy raros, le pregunté y no me lo quiso contar diciendo que no me debería importar porque no era de mi incumbencia y al final se fue.
Asiente y se tumba a mi lado para abrazarme, cosa que en parte se agradece.
-Ya se solucionará. Piensa que puede ser algo que le afecte bastante emocionalmente y le de ¿miedo? contarlo. Dale tiempo, te lo contará, pero a lo mejor necesita que las cosas se calmen ¿por qué no hablas con él?
-Ya hemos hablado por teléfono.
-Deberíais hablar en persona, es mucho mejor.
Le doy la razón y se levanta porque se tiene que ir a no se donde. La verdad es que cuando me lo dijo esta mañana tampoco me enteré mucho. Yo me levanto también, pero para quitarme el pijama y ponerme algo para salir e ir a casa de Auron a hablar las cosas, no le voy a pedir que me lo cuente, solo quiero que se solucione.
Me pongo el gorro y salgo de mi casa para caminar hasta la de Auron que solo está a un par de calles. Al llegar me planteo las cosas por última vez y luego llamo esperando a que el chico salga a recibirme, se supone que sus padres a estas horas trabajan. Después de unos largos segundos, el chico me abre. Tiene el pelo despeinado y en la zona que antes llevaba maquillaje solo queda un feo moratón.
-¿Borja? -pregunta extrañado al verme.
-El mismo. He venido para hablar bien las cosas y bueno...
-Pasa, hace frío -responde interrumpiéndome.
Le hago caso y paso mientras me quito la chaqueta y me la cuelgo en el brazo.
-Solo quería pedirte perdón por haber insistido en una cosa que no te apetecía contarme -me disculpo sentándome en el reposa-brazos del sofá.
-No hacía falta que vinieras a pedir perdón por nada. El que se ha portado como un gilipollas aquí soy yo, no te tendría que haber gritado así, te podría haber dicho las cosas de una forma mucho más tranquila y menos idiota.
-No te voy a quitar la razón -río un poco quitándole peso al tema-, pero igualmente yo no debería haberte presionado tanto para que me lo dijeras.
Sin previo aviso me abraza y yo, sorprendido, le devuelto el abrazo sin dudarlo. Me agarra con fuerza y su respiración es un poco entre cortada, como si se fuera a poner a llorar, como si estuviera sollozando.
Tras un rato se separa de mí y noto como sus ojos están ligeramente cristalizados por lágrimas, no sé que narices ha sido lo que ha pasado para que tenga esos golpes, lo que sí se es que ha tenido que ser horrible.
-Vamos a mi habitación, prefiero contártelo allí -empieza dándome la espalda mientras se acerca las manos a los ojos para evitar llorar.
-Si no quieres no hace falta.
-Quiero decírtelo, así me quito por fin este maldito peso de encima.
Paso a su cuarto y él se sienta en la cama mientras acaricia a su gato que está medio dormido sobre las mantas de la cama. Me siento en la silla de su escritorio y me pongo delante de él esperando a lo que me tenga que decir.
Tarda unos segundos en empezar a hablar y juega de forma nerviosa con sus dedos, como si se estuviera preguntando si lo que va a decir está bien o mal.
-No se como empezar a decirte esto... -empieza con un profundo suspiro- A veces cuando estás teniendo un mal día, una mínima cosa mal ya te rompe. Lo que quiero decir es que... Lo que quiero decir es que últimamente m-mi padre tiene muchos días así por culpa del trabajo y bueno, cuando la cago pues... Lo paga conmigo.
Necesito unos segundo para procesar lo que está diciendo, lo he entendido todo, de eso no cabe duda, y no se si estoy cabreado, triste o simplemente sorprendido, puede que todas. Ambos nos quedamos en total silencio, yo no soy capaz de apartar la mirada de sus ojos, esos ojos que casi siempre están llenos de energía ahora están cristalizados y decaídos.
Me levanto de la silla y no dudo ni dos segundo en abrazarlo. Ahora si está llorando de verdad y me rompe como nada en el mundo oírlo sollozar de esa forma, en mi vida lo había visto tan frágil como hoy.
-¿Qué he hecho mal? -lloriquea con la cabeza escondida en mi hombro.
-Nada, absolutamente nada. No es tu culpa -lo intento convencer.
-Entonces no sé porqué me pasa a mí. No me lo merezco -me responde.
Tiene razón, sé que la tiene, pero ¿qué puedo decir? Lo que yo diga no va a cambiar nada, solo puedo ayudarle a no sentirse tan mal.
-Claro que no -lo abrazo un poco más fuerte y cierro los ojos.
🌻💛🌻
Si no actualizo es porque últimamente estoy muy ocupada con los estudios y con mi vida social (sí, tengo de eso). Lo siento babies