Flowers To Thank You [Luzuplay]

6

La forma en la que su mirada está fija en el espejo es tan deprimente. Está vacía y no muestra ni una pizca de tristeza o dolor, excepto cuando le pongo el algodón en la espalda intentando curarle un poco la herida que recorre casi la mitad de esta, que se muerde los labios y cierra los ojos para contener un poco el escozor del roce del algodón lleno de agua oxigenada con su espalda.

-Ya no queda nada -lo anima cubriendo con unas gasas la herida para que no le roce con la camiseta cuando se la ponga.

-No tenías por que curarme  -responde cuando termino.

Se levanta y se mira la espalda en el espejo para luego soltar un profundo suspiro lleno de cansancio. A pesar de que intenta no expresar nada, en sus ojos puedo ver el dolor que está intentado esconder, quiero decirle que va a pasar, que se va a solucionar antes o después, pero no sé si eso va a pasar en un futuro cercano.

-¿Se lo has dicho a tu madre?  -pregunto mientras observo como se pone la camiseta intentando no rozar la zona improvisada de gasas.

-No, no quiero involucrarla en nada. No puede durar mucho más esto... -dice como si se intentara auto-convencer- ¿Verdad?

Se vuelve para mirarme y me rompo, me mata la forma en que me lo ha dicho y la pregunta.

-Si te soy sincero... No lo sé, lo que sí se es que sepas que siempre tienes un lugar en mi casa y a mi lado. 

Asiente y se acerca a mi para darme un corto abrazo y luego un beso en la frente. Me mira a los ojos y pasan unos cuantos segundos, o tal vez minutos en silencio, no es un silencio incómodo, sino un silencio en el que se intentan decir todas esas cosas que no se  pueden expresar con simples y mundanas palabras. 

-No te merezco -susurra rompiendo el contacto visual y con ello el silencio.

-Eso no es verdad -lo intento convencer.

Me agarra la mano y la acaricia suavemente para luego salir del baño e ir directo a sentarse en su cama, justo al lado de su gato, que no se ha movido en la hora que llevo aquí, sigue durmiendo como antes.

Voy con él y me siento a su lado para luego apoyar la cabeza en su hombros y poner la mano en su pierna. No sé lo que está pensando, en realidad me encantaría saberlo, pero aunque lo supiera no podría interpretarlo porque no he sufrido lo mismo que él, también me gustaría saber cuanto lleva ocultando esto tan bien como para no darnos cuenta ninguno, pero no me atrevo a preguntarle.

-¿Sabes? -empieza- Hasta hace a penas unos meses no me había dado cuenta de que existe algo por lo que luchar. Durante un año me había estado martirizando diciéndome a mí mismo que no podría con lo que me venía, que las cosas irían a peor y que nunca saldría de ese pozo oscuro y profundo en el que me había metido, pero me he dado cuenta de que las cosas no son siempre así. 

-Nunca son así -respondo con toda la sinceridad del mundo-, siempre hay una salida, a lo mejor peor o mejor, pero siempre se puede mejorar.

-Tú eres mi salida -admite con una ligera sonrisa ladeada-. No sé que habría hecho sin ti, aunque no lo sepas, me has ayudado mucho más de lo que te imaginas.

Me quedo callado, con el único ruido de su respiración de fondo, mirando el ligero movimiento que hace su pecho de arriba a abajo, de abajo a arriba, pensando en qué responder ante lo que me ha dicho, y sencillamente no encuentro palabras para decirle lo que le quiero decir, no sé ni qué decirle, solo sé que nada de lo que escucharía sería malo.

-Creo que voy a dormir un rato, estoy bastante cansado.

-Lo que quieras, entonces me voy.

Cuando estoy dispuesto a levantarme de la cama su mano agarra mi muñeca, lo que provoca que me gire.

-Quédate, por favor -pide con una voz típica de niño pequeño.

-Si quieres...

Asiente y se tumba haciendo un gesto para que me tumbe a su lado y así lo hago. Puedo notar el calor que irradia cuando me pasa el brazo por encima y me abraza acercándome un poco más hacia él. Puede que lo oyera susurra algo o solo hacer un simple ruido, pero es lo último que recuerdo antes de quedarme completamente dormido. Ha sido un día demasiado largo para los dos, más para él que para mí.

Mientras desayuno, no puedo evitar pensar en lo que pasó ayer, en la mezcla de sentimientos que ni siquiera sabía que podrían llegar a manifestarse con tanta fuerza dentro de mí, en como me quedé dormido y cuando despertamos ya era casi de noche, en la mirada de su padre pegada a la nuca cuando me despedía para irme ami casa y sobre todo en las ganas que tenía de escupirle cuando cruzamos la mirada mientras cerraba la puerta y oía como saludaba a su hijo con el tono más seco que he oído en mi vida.

Termino de beberme el zumo y me levanto dispuesto a irme al instituto para evitar centrarme tanto en el asunto y en la rabia interior que me provoca. Cuando estoy a punto de salir de mi casa mi madre me para.

-Borja, mañana vamos a ir a la ciudad para una cosa de tu hermana y de paso vamos de compras, si quieres puedes decirle a Raúl que se venga con nosotros -ofrece con una sonrisa orgullosa de su oferta.

-Sí, se lo preguntaré. Me voy, llego tarde -respondo mientras me coloco bien el gorro.

-¿Estás bien? No sueles estar tan desanimado -se preocupa.

-Tranquila, no es nada, es solo que no he dormido muy bien esta noche. Nada más.

Asiente no muy segura de su contestación y por fin puedo salir de mi casa para respirar el fresco viento de las mañana invernales de enero.

🌻💛🌻

No me he muerto jajajaja, no hay tiempo para más, lo siento. Yo os amo 🥺😔.

-SunflowerPana 🔥🌻

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