capítulo siete

7.2K 758 105
                                    

Sin preocuparme demasiado, porque ya había tenido un día bastante malo, me puse unas zapatillas y así como estaba salí para comprarle el bendito helado a Taehyung.
Me tardé bastante en encontrarlo porque parecía que todo Corea del Sur compraba la misma marca, pero al cabo de media hora, ya estaba de vuelta en el departamento con el pote.

Cuando volví, vi que Taehyung estaba sentado en la mesa comiéndose, con una actitud demasiado soberbia, el ramen que estaba de mi lado de la heladera.

—Ah —dijo haciéndose el sorprendido—, bueno, es una pena que justo me vieras. Tenía hambre y esto fue lo único que encontré —se rió como un niño pequeño, con las piernas cruzadas.

Ahí vi por primera vez, desde que había llegado a Corea, la verdadera personalidad de Taehyung. Ésos ojos pícaros, ésa actitud inmadura; ése era él realmente. Simplemente un niño juguetón.
Me senté enfrentada a él y puse las bolsas de compras sobre la mesa.

—Está bien, no me molesta que lo comas. Si era lo único que había, es entendible —me encogí de hombros.

—¿C-cómo, no te molesta? Este ramen era tuyo —estaba desconcertado.

—Lo sé, pero no me molesta. Sabía que faltaban muchas cosas para comer, así que compré varios potes de helado y mucho más ramen también. Para los dos, obviamente.

—Pero... ¿No te molesta que me coma tus cosas?

—Ay Taehyung, estoy acostumbrada a compartir. Tengo un hermano que me roba todo lo que yo guardo para comer y no me hace daño compartir la comida.

Él se sorprendió de que yo me lo hubiera tomado tan bien. Su propia venganza lo había dejado mal a él mismo.
Me dio mucha satisfacción ver su cara de culpa, pero no le dije nada.

—Entonces, ¿hoy te fue bien? —asintió lentamente mientras se terminaba el ramen.
En el último bocado, la sopa del ramen se le cayó por la boca y me reí ruidosamente.

Quizás no me enojé con Taehyung porque necesitaba hablar o estar con alguien y olvidarme de mi día, no lo sé, pero esa fue la primera vez que el ambiente se sintió tranquilo y en paz, no como en una zona de batalla.

—Ese día puse la alarma a esa hora porque quería empezar a levantarme temprano para la Uni, para acostumbrarme.

Me sorprendió que él sacara primero el tema.

—Oh... así que fue por eso. Siento haber entrado a tu habitación, pero es que era insoportable escuchar tus ronquidos, los aullidos de Yeontan y la alarma a la vez.

Se rió y volvió a asentir.
—Discúlpame por reaccionar tan mal en ese momento, y ahora. No acostumbro a compartir mis cosas o mi espacio con nadie...

—Está bien, creo que es cuestión de tiempo para que nos acostumbremos a la presencia del otro.

—Sí.

—Por cierto, ¿Quién es Sung algo? —me había ganado la curiosidad. Tanto la foto de su fondo de pantalla, como sus murmullos, y después los mensajes y el beso, me habían hecho querer saber más.

Su rostro cambió por completo y volvió a ponerse a la defensiva.

—¿Por qué?

—Estabas balbuceando ese nombre antes de... ya sabes.

—¿De qué? —me miraba impaciente.

—Del beso que me diste —solté rápidamente y casi susurrando.

—¿¡QUÉ!? —su rostro se tornó rojo e hizo una mueca de asco que me hizo sentir bastante mal.

—Oye, no es para tanto, fue un accidente.

—Oh, no. Rompí mi reputación. Juré que sólo iba a besarme con mujeres lindas —apoyó la cabeza en sus manos y yo no pude sentirme con el autoestima más bajo.

—Eres un imbécil.

Se rió y se levantó de su asiento para pegarme con el puño cerrado en el hombro. Mi cara de desconcierto era hasta cómica.

—Descuida, no te lo tomes tan a pecho. No estás mal, pero para mí eres como un hombre más, así que no debes preocuparte —se rió burlonamente antes de volver a su habitación.

¿Acaso yo no era lo suficientemente atractiva para llamar su atención?
Sacudí mi cabeza para sacar ese pensamiento.

Él no es la definición de un "hombre" para mí, así que su opinión no cuenta realmente.

Pero sí, un poco me había ofendido.

Su estúpida sonrisa cuadrada había comenzado a irritarme. Yo había bajado la guardia y él ya era el mismo idiota de hace dos semanas atrás.
Lo que menos quería en ese momento, era estar con él, pero no tenía alternativa. Debía hacerme la idea de que vivíamos juntos, e iba a ser por bastante tiempo.

Introvert ShieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora