capítulo catorce

7.1K 775 186
                                    

—¿Quieres venir tú a mi casa a hacer el trabajo? —me susurró Oleg después de escuchar al profesor anunciar que había que entregar un trabajo en grupo.

—Sí, me parece bien.

—¿Y yo estoy invitado?

—No, es demasiado obvio que no lo estás —respondí sin darme vuelta.

—Eres tan distante conmigo, que me dan más ganas de tenerte —dijo el cara de marrano.

—¿Por qué no me dejas en paz de una vez? Te ves como un necesitado mediocre.

—Porque es divertido —se encogió de hombros y chocó los cinco con uno de sus amigos.

Lo miré con desprecio y seguí en lo mío.
Eso era una rutina que siempre, todos los días sin falta, se repetía. Ése tipo había creado una especie de obsesión conmigo; no me dejaba en paz ni un solo día, y era muy desagradable.

Había intentado la estrategia de ignorarlo por completo, como si no existiera, como si fuera un fantasma, a ver si así me dejaba de molestar, pero fue peor. La molestia se duplicó. Me seguía, me hablaba todo el tiempo, me dejaba notitas en todos mis libros.
De esa manera tuve que volver a dirigirle la palabra para que se calmara, pero ya me estaba llevando al límite.

~

—Cuida a tu madre mientras no esté —le dijo a Yeontan mientras acariciaba su cabecita.

Me encantaba que me dijera así. Éramos como una especie de padres y el bebé Yeontan.

—Iré a hacer las compras y no llevaré conmigo el teléfono.

—De acuerdo —alcé a Yeontan y levanté su patita como si estuviera despidiendo con la mano a Taehyung, quien salía del departamento riendo.

Estaba jugando con Yeontan con una pelota hasta que sonó una alarma, seguramente proveniente del teléfono de Tae. Siempre se ponía alarmas para todo, quién sabe para qué era esta vez. Me levanté del suelo y fui hasta su habitación.

Ahora la regla del "jamás entres a mi habitación", se había suspendido. Podíamos entrar a la habitación del otro siempre y cuando no fuera por más de un minuto o si el dueño estaba presente.

Encontré el teléfono en su escritorio y apagué la alarma, pero me quedé fija cuando vi algo interesante. Había cambiado su fondo de pantalla. Ya no estaba la chica que sostenía en sus brazos a Yeontan. Esta vez era una foto donde salían él y Yeontan aún cachorrito, acostados en una cama. Claramente él no sacaba la foto, porque el ángulo era desde un lugar donde otra persona la tomaba.

Sung algo, la de su sueño. La chica que nombró cuando me besó dormido.
Vino a mi mente de repente.

Le preguntaré quién es. Me da curiosidad. Quizás ella sea la verdadera madre de Yeontan.

Llegó de las compras y me acerqué para ayudarlo a llevar las bolsas a la cocina.

—Piensa rápido —me dijo y me lanzó un paquete de algo.

Lo atrapé en el aire y vi que era el paquete de mis golosinas favoritas. Como de costumbre, siempre me traía algo que me gustaba del súper.

—Gracias.

Comenzamos a organizar la mercadería, en completo silencio.

—En un par de días me iré a visitar a mis padres. Es el cumpleaños de una tía de la tía de mi madre.

—Suena divertido —me reí.

—¿Quieres ir conmigo? Mi madre se alegrará de verte.

Me sorprendió su invitación de la nada. ¿Ya estaba la confianza hasta para viajar juntos?

—No creo que pueda, tengo muchos trabajos que entregar, y con Oleg tenemos que juntarnos para terminarlos.

—Oh, está bien.

—Oye —si no era ahora, quizás no iba a preguntar más adelante—. ¿Quién es Sung... algo?

Taehyung dejó de guardar las cosas y me observó con el ceño fruncido.

—Es que —me expliqué antes de que malinterpetara las cosas—, cuando pasó ese accidente del beso, tú estabas susurrando el nombre de alguien. Sung-

—SungRi —me interrumpió.

—Exacto, ése nombre era. ¿Es la misma chica que tenías en tu fondo de pantalla?

—Veo que has estado husmeando de más —volteó y siguió guardando las cosas.

—No, no, no lo malinterpretes —me acerqué a él —, fue sin querer que vi eso. Pero me dio curiosidad saber quién era.

—Nadie importante.

—Vamos, si la tenías en tu fondo de pantalla no creo que no sea alguien importante.

—Es mi ex novia —dijo súbitamente para pronto finalizar el tema. No le gustaba que le preguntara tanto, se notaba en su rostro tenso.

—¿No que nunca habías tenido novia? —cuestioné desconfiada.

—Nunca te dije que no, solo me quedé callado cuando tú hiciste mil preguntas y asumiste que yo lo había negado.

—Qué tramposo, deberías estudiar abogacía en vez de fotografía.

Me respondió con muecas burlonas que me hicieron reír.

—Cuéntame qué tal esa ex novia, ¿por qué cortaron, qué pasó? ¿Aún la quieres como para tenerla en tu fondo de pantalla? —insistí, pero no hubo respuesta.

Taehyung no quería hablar de eso.
Mediante sus expresiones y porque no levantaba la vista, me lo estaba demostrando.

—¿Ella es la madre de Tannie?

Yeontan ladró en cuanto escuchó su apodo y yo me agaché para acariciarlo.

—Con ella lo adoptamos, pero pronto lo abandonó. Ahora tú eres su madre. Yeontan te analizó, observó y finalmente te eligió.

—Oh...

No sabía porqué, pero me dio la impresión de que en ese momento más que hablar de Yeontan, hablaba de él mismo.

—¿Y por qué lo abandonó a Tannie? —seguí su juego.

—Me refiero a que cuando terminamos, ella dejó de ver a Yeontan. Cada uno siguió su camino.

—Y yo te estoy preguntando porqué terminaron.

—Ah, bueno... —vaciló un poco—ella me dejó por quien es ahora su futuro esposo.

Mi corazón se estrujó de todas las maneras posibles y no pude evitar expresarlo con mi rostro.

—P-pero, ¿cómo es posible? —pregunté indignada.

—La separación fue amistosa. Ahora somos amigos —rápidamente terminó de organizar lo que a él le tocaba y se fue de la cocina—. Me iré a bañar.

Taehyung era tímido, y en extremo reservado. Todo lo que me había dicho ahí, era quizás lo más íntimo que me había contado desde nuestra convivencia, pero se notaba que le dolía hablar de eso. En sus ojos podía ver claramente que aún no superaba a esa chica.

Vamos, ¡hasta soñaba con ella y la tenía en su fondo de pantalla!
Miré a Yeontan, quien recibía con mucho gozo mis cariños.

—Yo soy tu madre ahora, así que no los abandonaré ni a ti ni a tu dueño, y siempre los cuidaré.

Introvert ShieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora