capítulo nueve

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A pesar de que ya conocía muy bien el camino a la Uni, aún iba con Taehyung, pero obviamente no caminábamos juntos.
Yo como siempre, a dos metros de distancia debido a su "reputación."
Aunque no habláramos, me gustaba ir con él porque me sentía acompañada.

En la Universidad tenía compañeros de mierda, menos uno que parecía era de Rusia. Ese día decidí sentarme a su lado, para ver si así podía encontrar algún compañero de estudio.

El más detestable cara de marrano, vio que me acercaba a ese chico, y se sentó detrás nuestro. Seguramente algo tramaba.
Dicho y hecho, en medio de la clase, el cara de marrano deslizó hasta mí una hoja de papel doblada con algo escrito. La recibí, pero no la abrí hasta que el profesor se distrajo.

En cuanto leí lo que ese imbécil había escrito, guardé el papel en uno de mis libros y, asqueada, di media vuelta sobre mi banco.

—Eres repulsivo. No vuelvas a dirigirme la palabra.

Él y sus amigos se reían tan fuerte a las carcajadas, que el profesor les tuvo que llamar la atención.

—¿Esos tipos te molestan? —preguntó alguien en Inglés y me alegró que fuera el chico ruso.

—Sí, desde el primer día me han tomado como punto parece, pero no te preocupes, algún día, cuando menos lo esperen, me voy a vengar.

El chico se rió y me asintió. De lo que hablamos después de clase, pude saber que se llamaba Oleg y vivía hacía tres semanas, al igual que yo, en Corea del Sur. Me sentí aliviada al saber que no era la única que estaba pasando por lo mismo. Quedamos en seguir sentándonos juntos los próximos días, para ser compañeros de estudio.

Salía de mi edificio cuando vi a Taehyung caminando hacia la salida del campus. Casi lo saludo con la mano hasta que lo vi con más de diez personas caminando a su lado.

Vaya, él es el popular aquí. ¿Ésa es la reputación de la que tanto habla?

Me vio y me lanzó una mirada amenazante. Claramente la entendí y lo ignoré. No debía ni acercarme, ni mirarlo, ni mucho menos saludarlo.
Pasaron semanas así.

Siempre veía al "rompecorazones" Kim Taehyung, rodeado de mujeres en busca de sus "citas en el departamento".

Incluso, había días en los que tenía que quedarme estudiando en la biblioteca o en una plaza durante toda la tarde, porque el señor Taehyung tenía en la misma tarde, de tres a cinco citas con distintas mujeres.

¿Cómo hacía el muy PROMISCUO para tener toda esa energía?
Sentí escalofríos y asco. No quería hacerme esa imagen mental.

Cuando Taehyung me avisó que podía volver al departamento, después de una de sus citas, rápidamente al llegar dejé mi bolso en la mesa, del cual se salieron todos los libros. Lo dejé así y fui directo al baño, porque tenía una emergencia... ya saben.

En cuanto salí, observé que todo el comedor, la cocina y el pasillo estaban desordenados.

—¡Que te quedes sin energía por esas citas, no quiere decir que debas ser alguien tan desordenado! —dije al aire ya que no sabía dónde estaba Taehyung.

Tomé mi bolso de la mesa, guardé los libros que se habían salido y entré a mi habitación.

Otra de las reglas que había impuesto, era que siempre que viera todo desordenado, yo era la encargada de ordenarlo.

Basta, eso sí era ser una esclava. Así que decidí, que como tenía bastante tiempo libre mientras él estaba con esas mujeres, podía conseguir un trabajo de medio tiempo. Así tendría dinero y podría pagar mis cosas, y de esa forma no sería la esclava del rompecorazones.

~

Volví a sentarne junto a Oleg. Me recibió con una sonrisa y me sentí cómoda. Sacamos nuestros útiles, pero en el momento en que saqué mi libro de esa clase, me di cuenta que no era.

Abrí la tapa y leí que decía: "propiedad de Kim Taehyung."

Mierda, ¡Me equivoqué de libro!
¿Por qué carajo debían tener el mismo color de tapa? Seguramente me equivoqué ayer cuando levanté esos libros de la mesa.

Necesitaba con urgencia ese libro. El examen era en dos semanas y necesitaba resaltar todo lo importante que decía el profesor.
Salí de la sala con el libro bajo el brazo mientras apuraba el paso. Lo bueno de estar en la Universidad era que a los profesores ni siquiera les importaba si salía a mitad de la clase.

Sabía que la regla era que no se me ocurriera acercarme a él, pero esto era de vida o muerte. Me importaba muchísimo más mi futuro, que la reputación de Taehyung.

Leí en la entrada del edificio de Arte los horarios, y vi que Taehyung estaba en la clase 50, en Historia del Séptimo Arte.
Llegué a la puerta del aula y le envíe un mensaje.

Lena
Necesito hablar contigo. Trae el libro.

Taehyung
???

Lena
En tu mochila. Nos equivocamos de libro, aquí tengo el tuyo de Historia del Séptimo Arte.

Taehyung
???

¿En serio? ¿Eso era lo único que se le iba a ocurrir responder?

El desgraciado me hizo esperar media hora hasta que su clase terminara. Al salir, me tomó del brazo y me llevó rápidamente a quién sabe dónde. Él conocía mucho mejor el campus que yo al parecer.

—¿Qué te dije de hablarme aquí? —miraba paranoico para todos lados.

—Era de vida o muerte. No me disculparé. Dame mi libro.

—Ahora tendrás que hacer como que quieres una cita conmgio.

—¿Qué? Ni se te ocurra, promiscuo.

—¿Promiscuo, yo? —se río secamente y sacó un papel doblado del bolsillo de su pantalón—. No soy yo el que tiene en su libro esta nota —aclaró su garganta y sonrió oscuramente—: "¿Quieres salir conmigo, gringas? Te aseguro que no podrás caminar por los siguientes tres días. Puedo hacer que te-"

Bruscamente le quité el papel antes de que siguiera leyendo. Ése era el asqueroso mensaje que me había dado el cara de marrano.

—¿Y yo soy el promiscuo?

—Vete a la mierda. No tengo porqué darte explicaciones.

Al ver mi rostro de desagrado y vergüenza, automáticamente cambió su actitud.

—Espera, ¿alguien te está molestando? —se puso serio, pero era otra expresión, una que no había visto desde que éramos niños.

Le arrebaté el libro de su mano y le di el suyo.

—Listo, ya hablamos lo suficiente en público como para que piensen que estamos acordando una cita —dije y me alejé apresuradamente.

Idiota. ¿Por qué todos los coreanos son tan imbeciles? Con razón mi mamá se casó con un Inglés.

Introvert ShieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora