Introvert Shield

capítulo dieciséis

Era viernes en la noche y recién volvíamos de la Uni. Ambos estábamos demasiado agotados para incluso hablar. Yeontan ya estaba exigiendo su salida nocturna y ninguno tenía energía.

—Bien —me levanté de golpe del sofá y Taehyung desde la cocina me observó—. Tú ve a sacar a Yeontan para su paseo y yo cocinaré algo. Después veremos una película, ¿te parece? Para que este viernes no sea tan deprimente.

—¡Excelente idea! —se levantó de un sólo salto y fue a buscar la correa—. Ya volvemos.

Salieron y yo me puse a preparar algunas hamburguesas para nuestra cena. Por momentos, Tae era el encargado de darme energía y por otros momentos, era yo, y ese día, me había tocado a mí.

Ya tenía todo listo en la mesita frente al sofá y ellos se tardaban en llegar. Hasta la película ya estaba lista y pausada en la TV.

Escuché la puerta abrirse y los recibí.

—¿Cuál elegiste? —fue el saludo de Tae.

—Una nueva de terror. Me dijeron que ésta es muy buena y que parece real.

Taehyung tragó saliva un momento y me miró.

—¿D-de terror?

—Sí, nunca hemos visto una. Las amo, ¿y tú? —negó con la cabeza lentamente—. Ah, vamos, no va a ser para tanto. Hace mucho que no hacen buenas pelis así.

Se sentó temeroso en el sofá y pronto Yeontan se acomodó en su cama que estaba a nuestro lado.

—Tengo miedo —dijo en un hilo de voz, cuando comenzó a sonar la típica música sugestiva de todas las películas de terror.

—Ppff, no es real. Mira, hasta se le ve el maquillaje y la máscara —intenté calmarlo.

—Mentira, ¡Es horrible, y muy, muy real!

Justo en el momento en el que le dije que mirara, apareció el espíritu maligno de la película y Taehyung comenzó a gritar desesperado.
Se aferró a mi brazo con fuerza y escondió su cabeza en mi hombro.
Era una cabeza y media más alto que yo, pero se las había ingeniado para acomodarse y refugiarse en mis brazos.

—Oye, ¿esto no debería ser al revés? Ese cliché donde a mí me da miedo y te abrazo...

—Protégeme —murmuró y me estremecí. Parecía un cachorrito.

—Ya, ya —lo consolé dándole palmaditas en la espalda.

Así estuvimos hasta que terminó la película. Prácticamente la vi sola ya que, cada vez que estaba por aparecer el espíritu, Taehyung cerraba los ojos y no miraba.

—Vaya, quien diría que el padre era el que tenía el pacto maligno —nos levantamos del sofá y llevamos a la cocina los platos sucios.

—Si, no fue para tanto. Bueno —me estiré levantando los brazos-, me iré a descansar.

—Espera... —me tomó del brazo para detenerme—... ¿puedo dormir en tu habitación? Realmente me da mucho miedo dormir solo en la mía, después de lo que vi.

—Deja encendida la luz, de esa forma los monstruos no aparecen —dije para tranquilizarlo, mientras por dentro me reía.

—Por favoooor —rogó moviendo mi brazo.

—Con una condición.

—Lo que sea.

—Que tú laves los platos ahora.

Se río y asintió muy feliz.
En realidad a mí me tocaba lavar ese día, pero me aproveché de la situación. No sabía si el precio era justo, pero no tenía ganas de lavar.