Vi cómo todo el cuerpo de Taehyung se tensaba. Estaba claramente nervioso y hasta vi que se había ruborizado.
¿Quién era esa chica y por qué tenía tanto poder sobre él?
—¿Q-qué haces aquí? —cuestionó Taehyung estático, aún en la entrada.
—¡Vine a visitarte, tontito! ¿No me dejarás pasar? —hizo un puchero horrendo.
—Ah, s-si, claro, p-pasa.
Lo miré confundida, ¿ése era Taehyung? ¿El Kim Taehyung que mataba a todas con su sonrisa y su presencia, y el que era extremadamente serio? No lo creía, porque el Taehyung que estaba ahí frente a mí, era como un perrito faldero, tartamudeando con cada palabra que le decía a esa... mujer.
Dejó pasar a la extraña y ésta lo abrazó con mucho énfasis.
—Ah, no sabía que tenías compañía... —me observó por encima del hombro de Tae.
—¿Q-qué? No, no —respondió rápido—. Es una amiga, no pienses otra cosa de ella.
¿Tan idiota ibas a ser?
—Me voy, disculpen —dije y desaparecí por la puerta como un rayo.
Lo que menos quería ser en ese momento era ver a ese estúpido niño nervioso mintiendo.
¿Una amiga, en serio? ¿Con tus amigas te besas así? Tan... tan... agh.
Además, me habían hecho sentir como si fuera un estorbo allí, porque esos dos, sólo con sus miradas, parecía que se iban a besar ahí mismo.
Mi estómago se revolvía y una extraña sensación invadía en mi pecho.
No me gustaba que es mujer estuviera en mi casa. No me gustaba NADA que esa mujer estuviera sola con Taehyung.Me detuve en seco en el medio de la calle y di media vuelta para volver al departamento. Yo no tenía porqué irme de MÍ casa.
Entré de golpe y vi que ambos estaban sentados.
—¿Qué haces aquí? —Taehyung me fulminó con la mirada. Ésa mirada de mierda que siempre me hacía en la Universidad.
—Esta es tanto tu casa como la mía, así que tengo todo el derecho de estar aquí.
—No te olvides que yo pago el alquiler —dijo entredientes.
—Sí, bajo tus reglas, siempre me lo dejaste en claro, pero en ningún lado del contrato invisible dice que puedes echarme cuando te plazca. Así que —me senté al lado de ellos—, aquí estoy.
Ya ninguno se acordaba del beso de hacía unos minutos. Ahora sólo parecía que importaba esa visita.
La mujer comenzó a sentirse incómoda por nuestra tensa conversación.—No te preocupes —la calmó—, ella siempre es así. ¿Quieres algo?
—Ah... agua estaría bien.
Bufé y me reí. Ese chico era tan hipócrita. No tenía problemas de cambiar completamente su personalidad con tal de complacer a los demás. Era irritante.
Mientras Taehyung iba por agua, Yeontan salió de la habitación de Taehyung y fue directo a SungRi. No paraba de saltarle y le ladraba de una manera estridente para que ella le hiciera cariño.
Apenas le daba la atención que Tannie merecía, sus cariños eran mediocres en comparación a los míos.Yo llamaba a Yeontan, pero me ignoraba completamente, anonadado por la llegada de esa mujer. Claro, su verdadera madre.
Traidor. Tú y tu dueño, ambos son unos vendidos y traidores. Pensaba.
Sin darme cuenta, estaba observando detenidamente a SungRi. Me sentí bastante bien conmigo misma, ya que noté que ella no era la gran cosa, y no estaba a la altura de Taehyung tampoco.
No sé si era porque no me caía bien o qué, pero de repente podía ver detalladamente cada una de sus imperfecciones: sus dientes levemente chuecos, su pelo seco atado con una cinta malgastada y sus piernas demasiado flacas y huesudas.
No podía evitar compararme con ella, pero, ¿por qué lo hacía?
De cualquier forma, me sentía bien porque en mi mente yo era mucho más linda que ella, así que no tenía nada que envidiarle en ese aspecto.Lo único que me mantenía inquieta era que en realidad, ella podía tener algo que yo claramente no. Quizás SungRi tenía el corazón de Taehyung y ante eso, ¿yo podía competir?
Me sentía amenazada. Si ella tenía su amor, ¿qué lugar ocupaba yo en la vida de Taehyung? Me sentía ansiosa y no quería que ella siguiera estando ahí.
—¿Estás bien? —me preguntó ella sacándome de mis pensamientos, pero yo sabía que no le importaba si en realidad estaba bien o no, lo hacía más para quedar bien frente a Taehyung.
—Sí, simplemente no me caes bien.
La Lena frontal y directa de siempre, había vuelto y esta vez, potenciada al mil por ciento.
Había dejado de ser así cuando llegué a Corea. Estar con Taehyung me había calmado bastante... pero me equivoqué al bajar la guardia.Ella me miró atónita, no esperando para nada esa respuesta.
—Pero, ¿qué te he hecho?
—A mí nada, pero es a ellos sí les hiciste algo, y por eso no me cierra que estés aquí, a esta hora, molestando.
Sonrió notablemente incómoda y se levantó de su asiento.
—Toma —volvió justo Tae.
—Ah, será mejor que me vaya —se colgó la cartera en el hombro.
—¿Por qué? Acabas de llegar —el Casanova no entendía y su cara de decepción me estrujó el corazón.
¿Por qué quería que ella se quedara?
—No soy bienvenida aquí —me miró para nada disimuladamente y fue hasta la puerta—. Adiós Tae.
Abrió y se fue.
—¿Qué hiciste? —volteó hacia mí, furioso.
—¿No ves que está victimizándose por algo? ¿No te parece rarísimo que aparezca a esta hora? Primero los abandona, después te hace sufrir, ¿y ahora viene como si nada pasara?
—¿De dónde demonios sacaste todas esas conclusiones? Nunca te he dicho nada de eso.
—Me dijiste que había abandonado a Tannie, y eso significa que también a ti, y lo sé por tu comportamiento.
—Será mejor que no te metas de nuevo en mi vida, esto no te concierne a ti.
—Pero Tae-
—¡No te metas en mí vida!
Gritó y salió del departamento para buscar a Sung Ri, seguramente para pedirle que volviera.
Fui a mi habitación enfurecida. No podía creer que se estuviera comportando como un idiota en ese momento.
Me asomé por la ventana de mi habitación, para ver si estaban allí, y en efecto ahí los vi, en la puerta del edificio.Él con sus manos tocaba sus hombros y le explicaba fervientemente algo, seguramente pidiéndole disculpas por mi arrebato.
Ella con la cabeza gacha, negaba.Estúpida manipuladora.
Sin previo aviso, ella lo abrazó por la cintura. Me dolía el estómago y mi garganta comenzó a cerrarse.
Él le correspondió el abrazo y acarició su espalda.Dejé de ver en ese momento. Ya no podía seguir viendo eso, me estaba torturando.
Me acosté en la cama y quise llorar, pero no lo hice. Estaba demasiado enojada como para estar triste. No sé por qué, si ni siquiera éramos algo. Sólo sentía que la familia que éramos estaba a punto de romperse por la llegada de esa extraña.Maldito sentimiento, maldito dolor en el pecho que ya no quiero seguir sintiendo.
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Introvert Shield
FanfictionLena Brown siempre ha creído firmemente que Kim Taehyung es un reverendo idiota, pero no hizo falta mucho para que rápidamente, ese idiota, tuviera un lugar en su corazón. Taehyung es así; da tanto que a veces parece irreal. Es tan inocente, tan tie...