Capítulo 1

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¿Por dónde empiezo? Han pasado seis años desde que mamá llegó a la casa de Sol y Diego para pedir perdón ¿Lo recuerdan? después de eso, entré a la universidad estudié, aquello que más amo, bellas artes. Fue en ese lugar que conocí al "Pequeño" Marck, cuando lo conozcan sabrán porque el apodo.

Entre nosotros fue una química casi que enseguida y perfecta, nos conectamos casi que inmediatamente y desde mi primer día en la U, él se convirtió en mi escolta personal y mi guía, a Stephan no le molestaba mi cercanía con Marck, eso hizo todo perfecto para que nuestra amistad creciera y se fortaleciera.

Quizás porque se dio cuenta que era caballeroso y jamás hacía o decía algo que me dañar, también podría ser porque era hijo del hombre que, ayudó a mis padres a encontrarme el día que mi abuelo de raptó, por las razones que sea el dúo, se convirtió en trío hasta el día de hoy.

Marck estudiaba Pediatría y llevaba dos años más adelantado que yo, así que él salió mucho antes, eso no fue impedimento para que nuestra amistad siguiera después de él salir de la universidad.

Con Stephan llevó siete años de novia, somos algo así como novios desde los 18años y lo hicimos oficial cuando cumplí los 23. Los primeros años no fueron un noviazgo como tal, Stephan no clasificó en la misma universidad que yo y eso nos alejaba en cierta manera. Pero los fines de semana estábamos, siempre juntos, cines discotecas y demás.

Éramos cómo dos amigos, una relación abierta, él no me acosaba con mis amigos y yo menos con las suyas, aunque, mi único amigo era Marck y a él, mis padres le tenían más confianza que a Stephan.

Esa era razón la que llevamos tanto tiempo juntos, ambos demoramos para aceptar que sentíamos algo. Si aún no nos casamos era simple, él era algo holgazán, amante de las fiestas y parrandas, su padre se negaba a apoyarlo en nuestro matrimonio hasta tanto no mostrará indicios de responsabilidad, algo que la naturaleza no había dotado a Stephan "Responsabilidad".

Yo también tenía mis defectos, lo poco ordenada, era una, demasiado directa y seca a la hora de decir las cosas, mamá decía que no aceptaba mis errores y que no sabía pedir perdón y menos bajar la cabeza o disculparme.

Sus padres, me pusieron la difícil tarea de que Stephan, empezara a trabajar con su padre y ¿Qué creen? Pues qué soy una mujer de retos y a los 26 años Stephan colgó los días de rumbas interminables y se volvió todo un hombre de negocios, al lado de su padre.

Meses después, me pediría en matrimonio y hoy dos años después me preparaba para convertirme en su esposa, en dos días. Mis padres no estaban en la ciudad, ellos y mis hermanos, se habían tenido que ir a Berlín, con el tío Tristán y volverían esta noche con él.

Me habían dejado con él pequeño Marck y le hicieron prometer que no haría una locura, que no me dejarían sola con Stephan y Marck sabía cumplir las promesas. Por algo papá y mamá confiaban ciegamente en él.

No tenía mucho tiempo para estar a solas con Stephan, su trabajo le quitaba gran parte del tiempo y en casa, los gemelos siempre estaban al lado nuestro, a veces pensaba que era mi madre quien los enviaba. Sabía que ella no estaba convencida que Stephan y yo fuéramos el uno para el otro, mamá decía que estábamos confundiendo los sentimientos. No era el caso, yo amaba a Stephan y sabía que mi amor era correspondido.

— ¿Qué tal este? — dije saliendo del baño y mostrándole a Marck el vestido que llevaba puesto.

En estos momentos el me ayudaba con la maleta de viaje, tenía buen gusto para esas cosas, decía que había aprendido eso de su madre. La ceja rubia se alzó y me miró de arriba abajo unos instantes, para luego negar y volver a mirar al techo. Fruncí las cejas preocupada, algo le sucedía, pero lo conocía tanto que sabía, no me lo diría. Marck era toda sonrisa, jamás se enojaba o por lo menos yo nunca lo había visto cabreado.

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