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Jungkook lo miró, contemplando la mirada cálida de este amante inesperado,cautivado por lo ojos avellana y gatunos del mayor. Parte de él quería decirle su nombre y
refugiarse en su abrazo, pero su vida ya estaba lo suficientemente complicadacomo para sumarle más. Así que en un intento de ser casual, simplementerespondió.

–Es más interesante sin nombres, –le dio otro beso cargado de pasión
y antes de que pudiera reaccionar, Jungkook abrió la puerta y se perdió entre lamuchedumbre.

–¡Hey! ¡Espera! –dijo YoonGi tomado por sorpresa. Salió tras el menor, pero setropezó con un tipo que le dijo bruscamente.

–¡Ya era hora hombre! Apártate que
tengo que mear–.

YoonGi lo miró por un instante, decidió ignorarlo y siguió su marcha, un anhelo en el pecho por no dejar escapar a aquel chico de cabellera rojiza misterioso que le había desarmado.

Caminaba entre el gentío en el bar, los chicos y chicas disfrazados estaban
bebiendo y meciendo sus cuerpos al compás de la música. El ruido era
ensordecedor y la penumbra no le dejaba discernir entre aquella multitudenmascarada.

Tras buscar sin éxito a el chico de cabellera rojiza llamtiva, se riñó a sí mismo. Era un hombre de 35 años ya, no era la primera vez que tenía un encuentro casual, entonces ¿por qué
tenía tantas ganas de encontrarlo?

Sé dirigió hasta la barra y bebió un chupito, el calor del licor escaldando sugarganta.

Otras chicas con disfraces provocadores se le acercaban, pero no estaba interesado, algo en su voz y en sus ojos lo tenía hechizado y estaba frustrado al no saber porqué. Finalmente se dio por vencido y salió del local.

Caminaba hacia donde había aparcado su auto; giró la esquina para entrar a un callejón cuando vio a una pareja de chicos en la oscuridad, uno de ellos estaba con la espaldacontra el muro, mientras que el otro chico de pie frente a el otro. No era nada nuevo encontrarse a jóvenes buscando callejones oscuros para intimar. YoonGi hubiera seguido de
largo, pero reconoció esa cabellera rojiza llamativa además de ser liso. Lo que lo dejó
plantado donde estaba y fuego iracundo corriendo por sus venas era quecualquiera que viera esa escena sabía que el no quería que lo besaran.

El hombre  tenía al menor presionado contra la pared, un brazo contra su abdomen,
aprisionando los brazos de el menor entre sus cuerpos, y con la otra mano le sujetababruscamente la cara, volteándolo por la fuerza para encararlo mientras intentaba
desesperadamente de soltarse.

YoonGi se le nubló la visión y en pocas zancadas se acercó a aquel
desgraciado. Lo agarró desprevenido por el hombro y lo giró hacia él, clavándoleun puñetazo en el estómago. Al desdoblarse por sacarle el aire, le enganchó la quijada con otro puño furioso, dejándolo tendido en el piso.

Estaba en el suelo gimoteando, entonces YoonGi lo reconoció. El chico al cual habia golpeado no llevaba puesto el antifaz, y bajo la luz del farol reconoció a Kim Taehyung, era
uno de sus alumnos, quien ya estaba repitiendo por segunda vez una de lasmaterias que enseñaba de Ingeniería en Computación.

Por suerte, YoonGi tuvo la sensatez de reaccionar rápidamente y se subió su propia máscara que había dejado colgando alrededor de su cuello.

Volteó para ver dónde estaba aquel chico de cabellera rojiza. El menor seguía de espaldas contra el muro
con la respiración acelerada, lo miraba con sorpresa muda. El menor también estaba sin su antifaz y supo instantáneamente quién era. Él también era su alumno…
Jeon JungKook.

¡Mierda! ¿En qué lío se había metido?Una cosa era impedir una agresión, pero era otra muy diferente entrarle acoñazos a un estudiante. Y otra cosa más para agregar a la lista de actosinaceptables era follarse a uno de sus estudiantes. Si alguien se enteraba, no había lugar a dudas que perdería su empleo.

Sin embargo, éste no era el momento para analizar todas las posibles
consecuencias, tenía que actuar y asegurarse que ese patán no volviera aacercarse a Jungkook.

Primero la miró al menor, se acercó y acarició sus hombros de manera consoladora;le preguntó con voz serena, como quien no quiere espantar a un animal
asustado.

–¿Estás bien?–.

Él menor lo contempló con ojos grandes, volvió la mirada a Taehyung en el suelo y luego a él. Asintió con la cabeza.

–Sí, –dijo en un hilo de voz.

YoonGi podía ver el miedo en sus ojos; y sintió otra ola de furia repotenciadaal imaginar qué pudo haber pasado si él no se habría cruzado con ellos, qué le
habría sucedido a el menor si no lo hubiera vuelto a encontrar.

En esos instantes, Taehyung había recuperado el aire y estaba nuevamente de pie.

–¿Qué es lo que te pasa, cabrón? –dijo arrastrando las palabras, poniendo en
evidencia su estado de embriaguez–. ¡Suelta a mi chico!

YoonGi giró, la furia había reemplazado enteramente la ternura con la quehabía revisado segundos atrás el estado de Jungkook.

Sus movimientos ágiles y rápidos tomaron otra vez al borracho desprevenido.Enterró el puño nuevamente en su estómago. Taehyung exhaló lastimosamente,
desdoblándose hacia su atacante, la única razón por la que no caía de rodillas alsuelo era porque YoonGi lo tenía sujetado; se acercó a su oído y le susurró
amenazante.

–Debes aprender a comportarte como un hombre de verdad, jovencito. Si meentero que le pones un dedo encima a Jungkook, o cualquier otra persona  sin suconsentimiento, te voy a enterrar en una tumba tan profunda que ni los perros encontrarán tu cadáver. ¿Entendido?–.

Taehyung solo pudo gemir su asentimiento.

YoonGi lo soltó, dejándolo caer al suelo donde permaneció acurrucado,
recuperando el aliento. Se dirigió hacia Jungkook y lo tomó de la mano, llevándolocon él hasta su auto.

CLÍMAX - [YOONKOOK / KOOKGI] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora