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Entró como una tormenta, violento y resonante, un rugido feral escapa de su
boca como un trueno, mientras que su puño conecta como el impacto de un
relámpago aterrizando sobre su primer objetivo, la quijada de Taehyung, cuya
expresión de sorpresa se transforma en una de dolor al recibir el puñetazo de
YoonGi.

Luego coge a Jimin por la cabeza, atrapándolo en una llave y le da un
rodillazo en el abdomen, gira el cuerpo debilitado del chico y lo empuja contra
Taehyung, los dos muchachos caen sobre la mesa frente al sofá.

YoonGi tiene la mente ofuscada de ira, esta a punto de abalanzarse sobre ellos,
quiere patearlos y golpearlos hasta que sean una masa inerte únicamente capaz
de sentir dolor; pero antes de que pueda seguir, Jin intercede entre su amigo y
los dos chicos gimoteando en el suelo.

YoonGi trata de apartar a Jin, pero moverlo a él es como intentar derribar a
una montaña.

La voz grave de Jin atraviesa la niebla roja que tiene cegado a YoonGi–. Yo
sé lo que quieres hacer hermano, créeme que te entiendo, pero no es la manera.
Vamos a sujetarlos y arreglar esto de una vez por todas.

YoonGi jadea, la adrenalina aún corriendo por su cuerpo, pero sabe que Jin
tenía razón.

Se voltea buscando a Jungkook. Sonya lo había alcanzado cuando empezó la lucha y
están de pie en el marco de la puerta que lleva a la cocina, sus brazos rodeando a
Pelirrojo en gesto protector.

Sonya  suelta al menor cuando YoonGi va hasta él, toma su rostro entre las manos y
pregunta asustado– ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? ¡¿Qué te hicieron?! El rostro de Jungkook se arruga en una mueca y rompe a llorar. YoonGi lo abraza
fuerte contra él– ¿Por qué no me avisaste? –murmura contra su cabello.

Jungkook alza el rostro, mirándolo con ojos llenos de miedo–. Iban a publicar el
video en Internet.

–Igual debiste confiar en mí… En nosotros…

–Perdón.

–Ya, ya –dijo limpiando las lágrimas de sus mejillas con los pulgares –me
aseguraré de que no vuelvan a salirse con la suya.

Jin y Sonya habían hecho trabajo rápido de sujetarlos, utilizando bridas que
habían tomado de la guantera de su auto antes de subir. Taehyung y Jimin
estaban sentados hombro a hombro en el sofá, cada uno con las muñecas atadas
a sus espaldas, pero en vez de sujetarles las piernas del mismo modo, Jin había
sujetado la pierna izquierda de Taehyung a la pierna derecha de Jimin, de manera
que si alguno quería levantarse para hacer algo, no podrían lograrlo sin
coordinarse juntos.

Sonya cerró la puerta lo mejor que pudo después de que Jin la había derribado
con una patada, encendió la televisión y subió el volumen.

–¿Donde tienen sus móviles? –preguntó YoonGi.

Ambos chicos lo vieron con mirada desafiante– ¡Que te den! –espetó Taehyung–.
Cuando la policía y mis padres se enteren de lo que me has hecho no sólo
perderás tu miserable trabajo, ¡sino que irás a la cárcel!

JinZ rio ante el berrinche del chico desde la silla donde se había sentado frente
al mueble. El barítono de su voz silenciando al muchacho.

–Ni tu papi, ni la policía te ayudarán aquí espinilla –dij Jin.

Sonya se acercó a Jin por detrás, deslizando una suave caricia por la anchura
de su espalda. Su voz había adoptado un tono más dulce que el caramelo, pero la
mirada en sus ojos marrones era asesina.

–Creo que es la primera vez que aprenden una lección, cariño.

–Así parece –respondió Jin sonando sus nudillos.

CLÍMAX - [YOONKOOK / KOOKGI] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora