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Jungkook se reacomodó la ropa, entrando antes al baño para asearse de la caudalosa
evidencia que había quedado entre sus piernas.

YoonGi seguía semidesnudo, acostado sobre la cama; le dio unas palmadas alcolchón, invitándo al menor a acostarse a su lado.

–Prometo portarme bien –dijo con voz inocente; el menor alzó una ceja incrédulo,pero no pudo resistirse. Estaban acostados, cada uno con la cabeza apoyada sobre el brazo mirándose ala cara.La zozobra que rondaba por la mente de Jungkook no lo dejaba en paz, y aunque noquería arruinar este momento soltó la pregunta que lo acechaba–. ¿Y ahora quépasa?

YoonGi no pilló la carga de aquella pregunta, por lo que simplemente
respondió.

– Ahora descansamos hasta que nos llamen a comer.La expresión de Jungkook ensombreció, y su gesto no pasó desapercibido.–¿Qué pasa Jungkook? ¿Qué es lo que te preocupa?

–Todo… Nada… No lo sé… –exhaló
frustrado–. No sé qué estamos haciendo. Ynadie mejor que yo sabe que mi situación es un poco complicada. No quiero seruna carga para ti y tampoco quiero que pierdas tu trabajo por mi culpa. Es un fin de semana largo, no eterno, la próxima semana tenemos que volver a la realidad.Yo necesito volver a clases y continuar con mi trabajo para la beca…

–Aunque no lo creas, he pensado al respecto. Y creo que tengo una solución.Jungkook lo observó atento, calladamente esperando a que continuara.–Atendemos nuestras obligaciones en la universidad como siempre, sin revelar nuestra relación. Yo soy tu profesor y tu eres un alumno. La parada del autobúsno está lejos de aquí, puedes ir y venir a tu conveniencia, y así no nos ven llegando y saliendo juntos de la universidad. Necesito sacar otro juego de llavespara que las tengas, pero hasta que las saque te puedes quedar con las copias deSeokJin – YoonGi siguió hablando, pensando en voz alta, mientras tanto Jungkook lo escuchaba,mudo de asombro.– Entonces YoonGi le preguntó– ¿Te parece bien?

–¿De verdad quieres que me quede a vivir contigo?

YoonGi lo miró con absoluta seriedad.

– Yo sé que has pasado unas semanas
muy difíciles últimamente, pero si tuvieras una habitación, un apartamento o unamansión en donde pudieras vivir en este momento, aún te pediría que te quedes avivir conmigo. – acercó al menor hacia él y enredó una pierna entre las suyas, susrostros a pocos centímetros de distancia–. No sé qué me has hecho Jungkook, pero
me he vuelto adicto a ti. Tantas fantasías que has despertado, y ahora, que tetengo realmente aquí, no lo puedo creer, en cualquier momento voy a despertar solo en mi cama y todo esto ha sido un sueño.

Jungkook lo besó conmovido y preguntó.

– ¿No es muy rápido esto? ¿Todo lo que hasucedido entre nosotros?

–Creo que lo que existe entre nosotros ha sido una bomba de tiempo que venía en cuenta regresiva desde hace meses, por lo menos para mí lo ha sido. No sé siaquella noche en el bar mi subconsciente te reconoció detrás del antifaz, es laúnica explicación racional que le doy a la manera en que reaccioné cuando mebesaste. Y lo cierto es que desde la primera vez que entraste a mi clase, megustaba mirarte, eres un chico hermoso. Cuando abres la boca para intervenir,me deslumbras una y otra vez con tu inteligencia y perspicacia; pero lo que sellóla atracción prohibida que he sentido por ti fue el día que ese chico…, ese quetiene unas algas tatuadas en el brazo, en fin, el que preguntó…

–Cómo podía aprender a escribir código Python en una noche– dijeron
simultáneamente. Jungkook se acordó de ese día, y así como ese día, no pudocontener la risa; entre carcajadas dijo– y tú le dijiste que se fuera al Polo Norte,que allí una noche duraba seis meses. YoonGi sonreía de oreja a oreja, su risa música a sus oídos. Cuando Jungkookparó de reír le preguntó– ¿y eso qué tiene que ver?

–Qué tú fuiste el único que se rio con mi respuesta.

–Sí, creo que desde ese día no le agrado mucho a Jimin.

–El caso es que la risotada tan espontánea y desinhibida que soltaste aquel día,por algo que había dicho, fue un momento agridulce para mí, porque de no sermi alumno… te hubiese invitado a tomar un café en ese momento.

Un torbellino de mariposas se arremolinaban en el pecho de Jungkook, el hecho deque este hombre, a quien admiraba y respetaba desde la primera clase que viocon él, quería que vivieran juntos en su casa y que mantuvieran su relación unsecreto, porque le importaba más que estuvieran juntos a desechar la relación, lo tenía por las nubes.

Sumado a ello que la química sexual entre los dos era absolutamente explosiva,y que estaba explorando con él maylr los límites desconocidos de expandir susexperiencias sexuales al territorio tabú de intimar con más personassimultáneamente, era mucho qué absorber en poco tiempo, pero al menos era
algo que la hacía sentir bien.

Se preguntaba qué pensaría su tía al saber de esta nueva y atrevida faceta en suvida. Sonrió pensando en ella, seguro le diría “al que no está invitado no le tieneque ¡importar un pepino con quién te desvistes! Es tu cuerpo, y tú haces lo que te
guste y lo que te haga feliz.”

Había momentos que la extrañaba tanto que sentía el corazón estrangulado en supecho. Respiró como le había enseñado Sonya, manteniendo a raya la nostalgia
abrumadora que amenazaba con ahogarlo. Contempló a YoonGi, reconfortadoen el cálido color avellana de sus ojos. Sentía como los suyos amenazaban condesbordar sus emociones encontradas, la alegría de estar a su lado, de contar con
un apoyo, refugio y afecto; y la tristeza de no poder compartir esta alegría con sutía.

–¿Qué está pasando por tu cabeza?

–Que me siento demasiado feliz de estar contigo, pero también triste… Sé que lehubieras agradado a mi tía.

YoonGi  envolvió al menor en un abrazo y luego le hizo preguntas en las que Jungkook
recordó los momentos más felices que vivió con su tía.

CLÍMAX - [YOONKOOK / KOOKGI] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora