CLÍMAX - [YOONKOOK / KOOKGI] +18

30.

A pesar de que el último semestre de clases de Jungkook se sintió como el más largo
de todos, el día de su acto de grado por fin llegó.

El sonido de sus zapatos replicaron en el suelo hacían eco al andar por el pasillo
solitario. Prácticamente todo el mundo estaba en el paraninfo, la ceremonia
tardaría poco en comenzar; pero había algo que quería hacer primero.

YoonGi estaba cerrando la puerta de la sala de profesores para alcanzar al
resto de sus colegas y los alumnos que en menos de diez minutos se estarían
graduando, entre ellos su novio clandestino, cuando lo sorprendió la voz de
Jungkook en el pasillo.

Miró a ambos lados, cerciorado de que estaban solos y dijo– mi amor, ¿estás
bien? ¿Qué haces aquí? La ceremonia empezará dentro de poco.

–Sí, ya sé, es que quería darle un regalo a mi profesor favorito.

–¿Ah sí? –dijo en tono divertido, picando el señuelo.

–Sí profe, quería darle las gracias por todo lo que me ha enseñado este semestre.

–Pues el placer ha sido mío –respondió YoonGi, contemplando a Jungkook
ataviado con su toga y birrete. Los calzados negros contrastaban contra el material
negro y satinado atrayendo su mirada a sus piernas ataviadas con unos elegantes
Pantalones de vestir. A medida que sus ojos lo recorrían de los pies a la cabeza, notó que las manos de Jungkook jugaban con la pieza que cerraba la cremallera de la toga. El
sonido de los dientes de metal abriendo al ver como deslizaba la cremallera
hacia abajo despertó su erección; pero descubrir que lo único que llevaba puesto
debajo de su bata de graduación era solo aquellos pantalones desamaciado ajustados a sus muslos, sin una camisa u camiseta puesta dejando al libre expuesto sus pectorales al igual que su torso desnudó.

Sin pensar que estaban en pleno pasillo de la universidad, frente a la sala de
profesores, donde cualquiera pudiese doblar la esquina y encontrar a un profesor
besando a su alumno a punto de graduarse, manoseado su cuerpo, provocando los picos erguidos de sus
pezones a medida que su miembro se volvía más y más rígido. Si eso no era
suficiente, entonces Jungkook se arrodilló en el piso frente a él, quitándose el birrete
de la cabeza y desabrochando sus pantalones con picardía hasta sacar el pene
hinchada del mayor y metérselo a la boca como si fuese lo único en esta vida capaz de
saciar su hambre.

Su lengua acariciaba el frenillo bajo su glande a medida que metía y sacaba su
longitud de su boca.
Los ojos marrones y brillantes de Jungkook contemplan fijamente la mirada avellana y ojos gatunos de YoonGi
mientras su miembro rígido entra y sale del paraíso de sus labios. Su boca lo
recibe una y otra vez en el abrazo húmedo de aquella caverna oscura y cálida.

Poco a poco trata de tragar más de su longitud. YoonGi siente su saco
apretado, lo tiene a punto de ebullición con su atrevido y delicioso provocación.
El sabe que están jugando con fuego, alguien pudiese pillarlos en cualquier
momento, pero en ese instante lo único que le importa es el menor y lo que le está
haciendo.

Sus manos bajan hasta su cabello, acariciando sus rojizos mientras se folla su bello rostro.

–¿Te gusta profe? –pregunta con la boca llena de su grosor.

YoonGi gimió su respuesta, penetrando su boca lentamente hasta tocar el
fondo de su garganta–. Más que sobresaliente joven Jeon.

YoonGi agarraba su cabeza con suavidad, follando la dulce boca de Jungkook
mientras el menor lamía la parte inferior de su tronco y lo rodeaba desde la base con
sus manos, bombeando su miembro rígido.

Una pequeña voz en la mente de YoonGi le decía que lo que estaban haciendo
estaba mal; era obsceno como un hombre de su edad disfrutaba tanto de este
Joven que apenas tenía 22 años; era un perverso al permitir que su mejor
alumno se arrodillara ante su profesor en medio del pasillo de la facultad y se lo
mamara con tanto gusto minutos antes de graduarse. La bata colgaba abierta por
la mitad, revelando el atuendo inapropiado y exquisitamente provocador. En
aquella posición sólo alcanzó a tocar sus suaves pectorales, estaba seguro que su
humedad impregnaba la parte interna de sus muslos, deseaba probar y beber
toda, pero ya habrá tiempo para eso. Él estaba tan cerca, verlo y sentirloasí lo
empujarían por el borde en cualquier momento. Cuando la suavidad de su mano
envolvió la piel sensible de sus bolas prensadas y jaló suavemente, su orgasmo
surgió de su centro. Eyaculó cinta tras cinta de leche blanca y espesa dentro de
su boca y el menor lo bebió con gusto, tragando el líquido salado y viscoso.

Jungkook se relamió los labios al ponerse nuevamente de pie. Ambos se terminaron
de subir las cremalleras cuando el sonido rítmico de unos pasos llegaron a sus
oídos.

YoonGi tomó a Jungkook de la mano, huyendo sigilosamente en la otra dirección.
Sus corazones aún resonaban en sus pechos al llegar a las puertas del paraninfo.

Besó al menor cerca de los labios, un gesto íntimo y fugaz antes de decir– eres una
fuerza formidable Jungkook, ahora entra allí que te lo has ganado. Después te daré
tu regalo.