07.

202 18 2
                                    

Jungkook despertó desorientado, se frotó los ojos mirando a su alrededor, luego todo lo acontecido anoche regresó como una avalancha en su memoria.

Sintió la punzada amarga de vergüenza al recordar cómo YoonGi, su profesor,lo había rechazado anoche. Al salir del baño había encontrado la ropa que le
había dejado sobre la cama. Durmió envuelto en su camiseta que le cubría casimás que la mitad de sus muslos, con ganas de haber pasado la noche arropado entre los brazos del mayor.

Necesitaba salir de allí.

Estaba entre la espada y la pared, no quería volver al apartamento de Taehyung,pero tampoco quería permanecer en la casa de YoonGi. Inhaló una vez más él aroma masculino que impregnaba la camiseta antes de contemplar su disfraz tirado en el suelo; con un suspiro se resignó a ponerse la única ropa que tenía.

Bajó las escaleras, todo parecía tranquilo, pensaba escabullirse sin despedidas, ya había soportado suficiente humillación. Caminó lo más suave que pudo paraque sus zapatos no repicaran sobre el piso, su mano se extendía para abrir lapuerta principal cuando su corazón dio un brinco asustado al escuchar la voz de
una mujer a sus espaldas.

–¿Jungkook?

Miró por encima de su hombro, listo para salir corriendo ante la idea de encontrarse con una novia iracunda que YoonGi no había mencionado.

–Me llamo Sonya, soy la novia de Jin, el socio de YoonGi.

Jungkook exhaló aliviado de que la mujer no era quien temía.

–YoonGi y Jin salieron a resolver una situación en la oficina, no llegarán
hasta la tarde. La cocina es por aquí, guapo. Ven, preparé café. –Le dijo con unasonrisa cálida.

Jungkook miró a la puerta y decidió seguir a esta mujer amable, de figura torneada y atlética, con la cabellera más impresionante que había visto. El cabello de Sonya caía hasta su cintura, una melena abundante que le recordó al danzar de las llamas en una hoguera, casi igual que el suyo, Sonya estaba al otro lado de la gran encimera con tope de granito en la espaciosa cocina.

–¿Cómo te gusta el café?

–Negro, con azúcar– respondió con simplesa el menor.

Sonya sonrió y alzó una ceja divertida, le acercó una taza con el oscuro líquido humeante y el terrón de azúcar.

Jungkook se sentó sobre el alto taburete e inhaló su aromática fragancia antes debeber un sorbo.

Sintió los ojos verdes de Sonya contemplarlo, entonces recordó lo que llevaba puesto, aquel traje de estudiante sexy y atrevido. Y entonces extrañó su ropa cotidiana que consistían de blue jeans y sus camisetas retro.

–Era una fiesta de disfraces, –murmuró incómodo señalando su atuendo.

Con una sonrisa animada Sonya exclamó.

–¡A mí me encantan las fiestas de
disfraces! Y déjame decirte que ese te queda de lujo.

Jungkook se sonrojó, agradecido por la amabilidad de esta chica con cabello de fuego. No lo miraba con malicia ni altivez, parecía genuinamente inclinada en
hacerlo sentirse cómodo.

–Gracias –dijo finalmente devolviéndole una sonrisa–. Lo cierto es que yo nunca hubiera elegido esto por mi propia cuenta, la compró mi…

–El mal parido que YoonGi reventó anoche, –su expresión súbitamente severa.

–Es complicado.

–Créeme que entiendo mejor que otras personas lo complicado que resulta cuando alguien actúa como si eres su propiedad y no un ser humano, –dijo Sonya con tono hostil.

Jungkook se removió incómodo en su asiento; alzó la mirada avergonzado de su regazo cuando Sonya posó su mano sobre la suya, dándole un reconfortante apretón.

–No eres el primero ni serás el último, pero es tú decisión hacer todo lo posiblepara evitar que vuelva a suceder.

–No tengo adonde ir, –soltó abruptamente. Jungkook.

–Estoy segura que YoonGi querrá que te quedes aquí– Sonya era casi como una hermana para YoonGi, puesto que él hecho de ser esposa se SeokJin su gran amigo aparte de ser socios la llevo a conocerla y congeniaron a la perfección, Sonya al igual que YoonGi comprarían uno que otro secreto o cosa que les carcomía una de ella era la orientación sexual de YoonGi a decir verdad cuando este se lo dijo ella simplemente se inmutó puesto que ya lo veía venir o lo presentía, pero vamos, ella era una mujer de mente abierta y nada anticuada así que la noticia no le sorprendió del todo y bueno mucho menos ahora al ver a quel chico de hebras rojizas en la casa de YoonGi no le era para nada sorprendente.

–No. No puedo quedarme aquí con él. Es mi profesor en la universidad… Y… Y me dejó bastante claro anoche que podría perder su empleo y yo mi beca si me quedo aquí.

Sonya frunció el ceño al escuchar su respuesta, pero rápidamente cambió él semblante y dijo.

–Pues entonces te quedas en mi casa.

–No… no podría…

–Claro que sí. Y no aceptaré ninguna respuesta sino un sí.

–Pero ni siquiera me conoces.

–Conozco tu situación, mejor de lo que imaginas. No puedo dejar que te quedes con alguien abusivo si puedo hacer algo al respecto. Es un poco alejado de la ciudad, pero es un fin de semana largo, así que tienes unos días libre de clases y yo de trabajo. Tendremos unas vacaciones relajadas… las soluciones siempre se
presentan cuando no te estás obsesionando con el problema.

Jungkook se quedó pensativa, sin duda parecía una mejor opción aceptar la generosa invitación de esta chica que no conocía que volver al apartamento de Taehyung. Su
comportamiento de la noche anterior se debía a lo bebido que estaba, solía
portarse como un malcriado cuando no obtenía lo que quería, pero no creía que intentaría hacerle daño estando sobrio.

Finalmente dijo con voz timida.

–Pero necesitaría buscar mis cosas…

–Pues vamos cuando quieras, los chicos se llevaron el auto de YoonGi.

CLÍMAX - [YOONKOOK / KOOKGI] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora