22.

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–¡La comida está lista!

Jungkook y YoonGi se levantaron de la cama al oír el llamado de Sonya.

El aroma de pescado frito despertó el apetito de Jungkook con un gruñido de suestómago. La mesa estaba puesta para cuatro, la colocación de los platos, losmanteles individuales y las servilletas resultaba un atractivo diseño de colores ygeometría.

YoonGi se sentó e indicó la silla entre él y Sonya; SeokJin caminó a la mesa conun gran plato repleto de filetes de pescado que había dorado en el sartén. Elnovio de Sonya resultaba intimidante a simple vista, la combinación de suestatura de dos metros y su masa muscular hacía que todo a su alrededor se vierapequeño. Colocó el plato en el centro de la mesa y se sentó en la silla libre frentea Jungkook.

–Adelante. –Su voz gruesa parecía tan ruda como su apariencia, pero la amablesonrisa que le ofreció suavizaba la energía peligrosa que irradiaba.

–Gracias, esto se ve delicioso –dijo Jungkook  llenando su plato con dos filetes crujientes, arroz blanco y humeante sobre el cual la mantequilla teñía de amarillo por donde se derretía, y medio aguacate con aceite de oliva y sal relleno de tomate y cebolla picada.–Ahora lamento aún más que no bajé a ayudarte –le dijo a Sonya después de probar el primer bocado. –Necesito aprender a cocinar algo así, éste es el mejorpescado que he comido.

YoonGi dijo– si quieres aprender a poner la mesa y lavar los platos Sonya esla maestra, pero el rey del pescado frito y todo lo demás que estás comiendo es SeokJin.

Jungkook alzó las cejas y miró a la otra pareja.

–Es cierto –dijo Sonya–. Si no fuera por mi hombre que hace de la comida una obra de arte, yo viviría de pan, queso y frutas.

–¿Cómo aprendiste a cocinar así? –preguntó Jungkook intrigado.

–Mi madre –respondió SeokJin, la ternura en su rostro evidente–. El mundo se podía estar cayendo a pedazos, pero todo lo malo pasaba a segundo plano cuandoestaba cocinando. Solía escapar a la cocina y acompañarla cada vez que podía.
Me daba cosas que hacer, enseñándome lo que hacía y por qué, explicando sustrucos e inventos.

–¿Y cuál es el secreto de este pescado?– indago Jungkook.

–El secreto del pescado frito es exprimir un limón en un plato hondo, ponerledos a tres cucharaditas de sal, mojar el filete allí y luego empanizarlo con harinade maíz. Y tienes que dejarlo en el sartén hasta que quede dorado.

–¡Vaya! ¡Pues está estupendo! –replicó.

Sonya alzó su copa con vino blanco y dijo– ¡Por el cocinero que más quiero!

–¡Salud! –brindaron los demás.

Después de la deliciosa comida, las dos parejas seguían sentados en la mesaconversando y bebiendo vino. YoonGi y Jungkook estaban recordando algogracioso de la universidad, riendo con la anécdota cuando escucharon elinnegable clic de una foto. Al mirar a Sonya, vieron que ella tenía su teléfono móvil en las manos.

–Se ven demasiado lindos juntos –dijo con alegría al extender la mano y
mostrarles la foto que les había sacado.

En la imagen se veían los dos, riendo con la naturalidad que solo se capturadurante el momento sin posarlo, y la forma en que se miran, delatando su mutuaadoración.

–Ahora me das tu número y te lo paso –dijo Sonya recuperando su teléfono.

–Pero ni se te ocurra publicarlo en las redes Sofi. Sabes que hasta que Jungkook segradúe, nadie puede enterarse de nuestra relación.

CLÍMAX - [YOONKOOK / KOOKGI] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora