Otra ola de agradecimiento hacia la pelirroja la inundó al bajarse de la camioneta vistiendo unos pantalones deportivos con estampados de jaguar. Era una opción de ropa mil veces mejor que el apretado y ajustado pantalón de colegial que traía horas otras, ya que para subirse al asiento hubiera sido
imposible debido a lo muy ajustado que le quedaban . La camiseta deportiva era más cómoda que la camisa blanca de colegial sexy, aunque también mostraba la
misma cantidad de piel debido al escote dejando al expuesta sus clavículas.Al pararse frente al edificio, parecían una pareja sofisticada llegando del gimnasio un viernes por la mañana.
Jungkook sacó las llaves de su bolso deportivo, los nervios se apoderaron de ella al recordar lo bruto y salvaje que se había portado Taehyung ayer. Sin poder evitarlo sus manos
comenzaron a temblar, impidiendo que metiera la llave en el cerrojo de la puerta de entrada.Las manos suaves de Sonya tomaron las suyas, lo giró para que estuviera de frente a ella. Buscó los orbes oscuros y brillantes de Jungkook con los suyos.
–Todo estará bien. No podrá hacerte daño.
–Tienes razón, –dijo Jungkook con voz trémula–. Él no es tan malo, solo que ayer se emborrachó demasiado y desde que vivo con él no hemos… ¿sabes?
Sonya lo miró con curiosidad, generalmente cuando una pareja empezaba a vivir juntos estrenaban todas las habitaciones y superficies con maratones de sexo desenfrenado. Pero se guardó sus preguntas, ya habría tiempo para conversar.
–Necesitas calmarte. –La voz de Sonya era serena y reaseguradora–. Vamos arespirar.
Con las manos en las suyas apoyó una sobre su abdomen y la otra sobre su
pecho. Un estremecimiento recorrió la columna de Jungkook mientras inhalaba y exhalaba por la nariz, buscando expandir su diafragma como le indicaba Sonya.Cuando terminaron la serie de 10 respiraciones se sintió más tranquilo. Idealsería que Taehyung siguiera dormido pasando la resaca, y en el peor de los casos seenfadaría con él y lo insultaría un poco, ¿no?Introdujo la llave en el cerrojo, sus manos menos temblorosas que antes.
Jungkook abrió la puerta del apartamento lo más silencioso posible. Taehyung estabadormido en ropa interior sobre el mueble con la televisión aún encendida. Se
dirigió rápidamente a la habitación y recogió sus pertenencias mientras Sonya
vigilaba al hombre durmiendo.En 15 minutos estaban casi listas. Taehyung seguía roncando profundamente,Sonya se encargó de llevar las dos maletas al auto mientras Jungkook terminaba deasegurarse que no había olvidado nada importante en aquel lugar.
Había dejado su mochila lista al lado de la puerta cuando recordó que no había cogido su perfume. Era el único perfume que tenía, pero se lo había regalado sutía; siempre usaba el mismo, era la fragancia que había usado su padre.
Estaba guardando el frasco en la mochila cuando todos los vellos de su cuerpo seerizaron.
–¿Ya hiciste café? –preguntó la voz recién despertada de Taehyung.
Jungkook lo miraba, nauseabundo por el desprecio que le generaba, mudo por laindignación avergonzado que sentía.
–No, Taehyung. No he hecho café. Me voy. Gracias por todo lo bueno, pero desdeel fondo de mi corazón… Vete a la mierda por todo lo malo.
–¿Malo? ¡¿Malo?! Deberías tratarme como a un maldito santo por todo lo que hehecho por ti. ¡Si no fuera por mí estarías viviendo debajo de un puente! –vociferó poniéndose de pie iracundo.
Jungkook sintió su espalda erguirse como si hubiera centelleado un relámpago en suinterior. Ciertamente Taehyung la había ayudado en un momento particularmente
difícil, pero no había nacido de una intención noble y compasiva; era alguien abusivo y petulante cuando no obtenía lo que quería, y se creía dueño de el menor aldarle techo y comida cuando se encontró desamparado.Jungkook se volteó y lo encaró furioso.
–Tú no me ayudaste por tu corazón rebosante de nobleza Taehyung, tu te
aprovechaste de una situación catastrófica para mí, una situación que me dejó completamente vulnerable. Si realmente me quisieras, no me trataras como lohaces. Tú no quieres un novio, tú quieres un esclavo. Y no pienso quedarme ni
un minuto más contigo. Sobre todo después de lo salvaje que fuiste anoche.¡¡Cosificándome como si fuera tu derecho!!–¡Eres mí novio! Y te di tu espacio por tres semanas. ¡Tres semanas! Pero eresun egoísta, solo piensas en ti.
–O sea… si te hubiera dicho que ya no quería ser tu novio ¿me hubieses echadode tu casa? ¿Eso es lo que dices? ¿Tengo que acostarme contigo por obligación?Pues olvídalo, me voy a un sitio donde no tengo que pagar mi estadía con mi cuerpo, a menos que yo quiera. –Lo último lo dijo como si veneno goteara de su
lengua, pensando en cuánto hubiera querido pasar la noche entera haciendo elamor con YoonGi.Algo en sus ojos debió delatar sus pensamientos porque el enfado de Taehyungescaló súbitamente.
–¿Te acostaste con él? ¿Te follaste el tipo que me entró a coñazos anoche Jungkook?
–¡Sí! ¿y a ti qué te importa?
La vena en la frente de Jungkook pulsaba visiblemente por su ira.
–¿Así me pagas todo lo que he hecho por ti? ¡Maldito ingrato!– Antes de que Jungkook pueda reaccionar, Taehyung se abalanza sobre él, rodeando sucuello con las manos. Lo empuja contra la pared y empieza a gritar –¡Maldito,puta! ¡Eres una maldita puta! Una y otra vez lo golpea contra la pared, huele acerveza rancia, sus labios en una mueca furiosa que revela sus dientes, su miradaes trastornada. Jungkook se desespera por recuperar el aire, necesita respirar, Los bordes de su visión se están desenfocando y entonces hizo lo que no pudo hacer
anoche, alzó la pierna con fuerza, dándole un rodillazo en las bolas.
Taehyung emite un chillido y suelta al menor para acunar su entrepierna. Jungkook cae derodillas, con una mano en el cuello, tosiendo, su garganta ardiendo, traga aire a
bocanadas para llenar sus pulmones de oxígeno mientras apoya la otra sobre elpiso para mantener el equilibrio y no caer a un lado. Con ojos llorosos gatea hacia la puerta del apartamento, peroTaehyung ya se ha recuperado y se abalanzanuevamente sobre él. Lo arrastra por el suelo, volteándolo para arrodillarseencima de su cuerpo y empieza a jalar violentamente la camiseta que lleva
puesta. Cuando lucha contra él, conecta el puño cerrado sobre su rostro, desorientándolo por unos momentos mientras un intenso dolor irradia desde unlado de su cara.El grito feral que salió de la boca de Sonya lo distrajo, miró desconcertado como una mujer pelirroja entró a su apartamento un segundo antes de sentir la patadaque apuntó a sus costillas. Se encorvó sobre su costado y Sonya aprovechó la
posición de jarra de su brazo para engancharlo con el suyo y hacer palanca conla otra mano, usando el peso y el ángulo de su cuerpo para quitarlo encima deJungkook. Su técnica logró que Taehyung cayera de espaldas sobre el piso, Sonya
rodeó sus pies hasta estar parada cerca de su cara, no dudó por un momento y pateó su rostro con la fuerza y puntería cierta que le hizo perder el conocimiento por unos valiosos segundos, su figura ahora inerte y tendida en la sala.Sonya no perdió el tiempo en ayudar a Jungkook a levantarse. La pelirroja cogió la mochila y metió el hombro bajo su brazo para ayudarla a salir de allí antes deque Taehyung pudiera levantarse.
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CLÍMAX - [YOONKOOK / KOOKGI] +18
FanfictionQuien diría que en un bar, para ser mas especificos en una fiesta de antifaces, cierto joven de veintidós años tendrían un encuentro inmemorable y fogoso con alguien mayor que él. Un rubio muy apuesto. Jeon Jungkook esa noche se llevo una gran sorp...