Capítulo cinco. Inicia la verdadera historia

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Hace bastante tiempo, Los Zoti se vieron en la necesidad de reunirse.


Akulli presenció desde el océano, una vez más, como Zjaar desaparecía en un gran destello celestial. Partía a otra de sus tontas aventuras.


Así que con su propio Destello especial, dio el mensaje a sus compañeros para verse de nuevo, en la cima del gran Monte "Më e Lartë". Donde tenían su base.


Llegaron justo al inicio de ocaso.


La solemne Dritha fue la primera en llegar, arrastrando la cola de su vestido de seda, seguida del caballeresco Errësirë. Siempre vestido formalmente. El tercero fue Gjeth, envuelto en una brisa fresca; y dejando manchas de barro en el limpio suelo de mármol, Arribó Toka.


Al final llegó Akulli, arrastrando con ella una ligera lluvia por haber salido precipitadamente del océano central.


Se habían convertido en humanos, hermosos hasta el extremo. Pero se veía que estaban molestos, tenían cara de una gran impaciencia, veían a Akulli esperando respuestas. Ella no se hizo esperar.


- Una disculpa, queridos hermanos, por haberlos hecho volver antes de tiempo. Es Zjaar de nuevo.


- ¿Ahora que hizo? - preguntó Errësirë enfadado.


¿Quemó alguna de mis parcelas otra vez? - Toka palideció de pronto.


- ¡ No, no! Tranquilos hermanos, no es eso.


- Menos mal - suspiro Dritha, mientras ella y Gjeth se veían con complicidad.


- Verán, estaba en el océano central, comandando una oleada de calamares, para restaurar un torreón de coral, cuando lo vi desaparecer de nuevo.


- ¡ay no!...- Toka estaba claramente decepcionada - quizá regresó de nuevo a la tierra, en los últimos cien años se ha escapado para allá, no sé qué le ve de bueno al planeta ese. ¡Es horrible!


- Pero si nunca has ido! - comentó Errësirë divertido - como podrías decir qué es horrible si no has querido acompañarnos, todos hemos ido para allá al menos tres veces, para ver qué hay de nuevo y sobre todo que algo nos pueda beneficiar, pero tú te has negado rotundamente.


- Con todo lo que me cuentan, no es necesario ir. Ya me imagino el caos que esos humanos hacen de su pobre planeta, y eso que es una raza reciente.


- Pero el problema por el que los llamé no es por eso. Si no por lo que pueda seguir trayendo Zjaar. Las últimas veces que ha ido, nos ha traído varios tipos de animales, para que los salvemos de tan tremendo planeta en que viven. Ya no somos solo Fénix como antes, ahora hay todo tipo de animales, todos traídos de allá, y tengo pánico de que llegue a traer algo innecesario, o tal vez algo más fuerte.


- Pero todo lo que ha traído del planeta tierra es hermoso - discutió tímidamente Gjeth - me encantan las liebres, son tan veloces... y una pareja de pajaritos parecidos a los Asgjë, llamados ruiseñores, y cantan bellísimo.


- Y gracias al Universo que Dashuri tiene una atmósfera igual a la tierra, si no, esas pobres criaturas no hubieran sobrevivido. A mi me gustaron las lombrices rosadas del barro, saben riquísimo. Y también los escarabajos verdes... oh y las marm..


- Ya basta Toka. - interrumpió Akulli - no vamos a repasar cada ser vivo que Zjaar a traído, tenemos que estar expectantes para ver qué es lo que traerá de nuevo.


- Seguro traerá un nuevo espécimen a vivir. Algún mamífero. Esos le gustan más - Dritha seguía igual de calmada.


- Creo que, más bien, nuestra Akulli está celosa.


- ¿Celosa yo? Toka ¿Estás loca?


- Tal vez un poco, pero, desde que Gjeth y yo somos pareja, y Dritha y Errësirë empiezan a pasear juntos, he visto como deseas lo mismo con Zjaar.


- ¡¡Claro que no!! - y a pesar de que casi gritó, él rubor de sus mejillas delataba que era cierto.


- Bueno chicos, creo que eso es todo. Vámonos.


- Toka, deberías esperar a ver qué dicen los demás, no tomes decisiones por tu cuenta, no eres la única Zoti. ¿Desean aportar algo más?


- Yo sí - dijo Gjeth levantando la mano - me gustaría que volvieras a llamarnos cuando Zjaar regrese, quisiera ver si trae algo nuevo.


Los demás asintieron quedamente, dando la razón a su compañero. A Akulli no le quedó de otra que tragarse su desencanto. Desde la orilla del Monte, vio como sus compañeros se alejaban, unos caminando, otros volando, cada quien a su ritmo,



Ella se quedó mucho más tiempo. Molesta. A la espera de un nuevo espécimen. Y teniendo fe en que fuera algo igual de simple que lo anterior nombrado.


Poder ElementalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora