Capítulo veinticuatro.

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July iba de copiloto con Mitch. Al regresar en el jet, no había querido sentarse sola en el área común.
Por alguna extraña razón, se sentía mal al ver los asientos vacíos donde apenas hace dos días, estaban ocupados por sus amigos.
- Mitch… ¿Podría platicar contigo?
- Claro que sí, señorita July.
- Pero no me hables de señorita. Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Háblame como tu amiga ¿si? Por favor.
- De acuerdo. ¿De que quieres que hablemos?
- Tu eres una persona agradable y madura. ¿cuántos años tienes?
- Cuarenta y ocho.
- Bueno, yo, recuerdo que trabajas para mí padre hace bastante tiempo, quiero decir que, no conozco a tu familia y no se si tienes amigos.
- Tengo familia y tengo amigos señorita… - July lo vio con suspicacia – si tengo July. Tu padre no viaja todo el tiempo. De hecho, este es el viaje más largo que he tenido el placer de hacer. Y mi familia y mis amigos están de acuerdo en lo que yo hago. Además la paga es muy buena.
- Bueno, creo que de la paga no podrías quejarte.
- Nunca me he quejado de nada. El trabajo es una bendición. Debemos aferrarnos a el, sobre todo si tenemos familia.
- ¿tu familia es muy grande?
- Tengo dos hijos, ya adolescentes, un chico y una chica, a mi Esposa, y una Hermana mayor.
- ¿Y tus padres?
- Fallecieron hace ya algún tiempo. Pero… ¿a qué viene todo esto?
- Es que… no lo sé … me siento un poco abandonada.
- Yo creo que no.
- Enserio.
- No es abandono July. Te sientes mal por lo que hiciste. Dejaste a tus amigos.
- Ellos… prefirieron a una desconocida en vez de  elegirme a mi. Que me conocen desde nuestro ingreso a la universidad.
- No es de extrañarse, los seres humanos nos afianzamos a nuevas relaciones solo por qué la otra persona tiene algo nuevo, algo fresco. y si la chica nueva es más agradable van a preferirla a ella.
- ¿Estas diciendo que yo no soy agradable?
- No lo digo yo. ¿Qué dices tu?
- Mmm…
July se quedó pensando unos instantes, La verdad es que, desde donde le alcanzaban los recuerdos, nunca había sido tan agradable, mucho menos cariñosa. Se había sentido inalcanzable, siempre respaldada por la fama y el dinero de su padre. Y aunque había terminado en un grupo de chicos que tenían las mismas oportunidades, ella siempre tendría más dinero. ¡ y le encantaba hacer gala de ello! Hasta que llegó Salazar, Nadie sabía de dónde venía, ni por que tenía tanto dinero, pero era especial, era diferente a los otros chicos, fue por el que había decidido unirse al grupo de amigos, Se deshizo en formas de atraparlo ,de conquistarlo, y la verdad era que el la había tenido.
Desde el primer roce de piel ocasional, donde había sentido algo increíble, supo que siempre estaría con el, el tomar su mano, el rozar la piel de sus brazos era algo fantástico que no había sentido con nadie más. Y el se dio cuenta de todo esto, sabía lo increíble que era y se aprovechó de esto. De ser la chica que dominaba a todos con su dinero, paso a ser la esclava, y Salazar no había necesitado ni fama ni dinero, lo único que había necesitado era una gran sonrisa y la promesa de que siempre estarían juntos, pero esa promesa duro menos de un año.
Fue muy duro comenzar de nuevo, intento salir con otros chicos, pero ninguno le daba la sensación que él le daba. Todos eran ordinarios. No tenían nada especial.
Fue una grata sorpresa, cuando, después de mucho tiempo, el volvió a llamarla.
- Salgamos.
- ¡Salazar! ¡Oh por Dios! ¡¡Claro que si!! ¿Qué quieres hacer?
- Vayamos a bailar. ¿Qué te parece si vamos al aurora? Ese lugar te gusta mucho.
- ¡Si! ¡iré!
- Nos vemos allí a las ocho.
- ¿No vas a pasar por mi?
- No. – y colgó.
Y aún así, en vez de sentirse triste por la forma en que el le había hablado se sentía emocionada, por verlo de nuevo, por saber que, una vez más, podría tocarlo.
Fue una enorme decepción, llegar al aurora y que allí estuviera todo el grupo. Los había invitados todos. Y lo peor, fue verlo llegar con una chica que, acepto de mala gana, era más bonita que ella. Vamos, era una tonta, no sabía nada, pero era más bonita y más inocente.
Por ella es que había aceptado la invitación de ir de viaje, quería hacer lo posible para separarlos, y lo logró en cuerpo, pero no en esencia. Aún que el acepto de mala gana volver con ella, aún estaría enamorado de Ann…
- Soy una tonta Mitchell – y rompió a llorar. No escandalosamente, aún conservando su dignidad, no hizo ningún ruido, pero las lágrimas salían abundantes.
- Claro que no Julien. Eres una chica muy hermosa y orgullosa, debes estar contenta con eso. Solo necesitas recapacitar un poco.
- Lo sé…
- Entonces, manos a la obra.
- ¿puedes regresar?
- No.
- ¿por qué?
- La ruta ya está trazada, lo que puedo hacer es hablar con torre de control, y pedir una escala, así, volver a trazar ruta y regresar.
- ¿Tomará mucho tiempo?
- Lo suficiente.
- Demonios. Me deje llevar otra vez.
- ¿por qué no les llamas? O envíales un mensaje.
- Temo que me odien Mitch. Si les llamo me colgarán , si les mando un mensaje solo lo verán y seré ignorada.
- Son pasos sencillos, pero por algo se empieza. Inténtalo.
- Actúe como una estúpida, se que no me perdonarán.
- Sea por el dinero, o por un amor no correspondido, La gente tiende a actuar sobremanera, y es algo normal, Pero a mí forma de pensar creo que es algo hermoso, el tener la capacidad de mostrar las emociones de manera tan intensa. Intente hablar con ellos. Tal vez estén molestos y tarden tiempo en recapacitar, pero si usted es sincera y se disculpa, la perdonarán.
- ¿lo crees?
- Si.
- Eres un buen amigo Mitchell. Mi padre no sabe de lo que se pierde. Voy al baño, me lavare la cara y los llamaré.
- Excelente decisión.- Contestó el Piloto, sonriente.

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