Capítulo diez.

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Salazar aparcó el vehículo fuera del Aurora. Eran las 8 en punto. La visita al zoológico les había tomado más tiempo del que pensaban y eso que habían hecho parte del recorrido en auto.
Ann estaba nerviosa, fuera del bar había mucha gente esperando entrar. Salazar la tomó de la mano y caminaron hacia un grupo que estaba a medio camino de la entrada, dos chicos y dos chicas, muy guapos todos, muy bien vestidos. Se podía ver que vivían bien, que, al igual que Salazar, el dinero no era problema.
- ¡¡Hey chicos!! ¡¡Llegamos!! - exclamó Salazar alzando la mano y soltando a Ann.
- ¡¡Hola!! - dijeron todos al unísono.
- Miren chicos, ella es mi amiga Ann. Ann ellos son July, Diane, Charly y Chris. Los mejores amigos que he tenido.
- ¡Basta hombre! ¡Haces que me sonroje! - dijo sonriente Charly extendiéndole la mano para saludarla formalmente.
Ann tardó unos segundos en comprender el gesto, pero terminó dándole la mano. El chico quedó satisfecho. Diane le dio un beso en la mejilla y un pequeño abrazo. Chris, se acercó, y al igual que Diane, le dio un beso en la mejilla, pero no un abrazo.
July… sólo hizo un gesto de asentimiento con la cabeza.

Ann los observo a todos mientras platicaban, Charly era un chico negro, alto, musculoso, con cabello rizado y un poco largo, de labios carnosos. Barba corta y bien delineada,y con una gran sonrisa. Diane, era una chica rubia, de cabello dorado y largo, muy delgada, ojos verde claro y rostro amable. No dejaba de sonreír.
Chris era un chico muy apuesto, también rubio, con cabello dorado y corto, Ojos verdes, mirada intensa, labios delgados y rosados, Alto, y delgado pero con señales de que hacía ejercicio. Y July… July era una chica muy sexy, morena, alta, de cabello negro largo y lacio, ojos café - Amarillo. Y voluptuosa. Era la única que iba descubierta. Todos llevaban pantalones, botas y abrigos. Ella, además de eso, llevaba un top, que dejaba al aire su vientre plano y un ombligo con arete de plata.
Todos se veían muy animados y lanzaban de vez en cuando miradas animadas a Ann, excepto July, ella la miraba molesta, la observaba de arriba a abajo, casi con odio. Eso la sorprendió, pero como Salazar estaba muy animado, no le dijo nada.

Por fin entraron al bar, un lugar grande, con pisos de madera, mesas altas de metal con sus respectivos bancos, una barra de madera oscura, meseros vestidos de negro por doquier llevando en las manos pequeñas charolas plateadas con servicios de lo más variado, luces de colores intensos y gente, mucha gente. La mayoría bailando en masa en el centro del caos.
Los chicos seguían platicando, Ann estaba a punto de sentarse cuando Diane la tomó de la mano y la arrastro a la pista.
Se encontraron frente a frente, rodeadas de todo tipo de personas. Y sin más, Diane comenzó a moverse, sacudiendo las caderas y levantando los brazos, Ann no sabía que hacer. Solo la veía.
- ¿No te gusta bailar? - dijo gritando
- No se como hacerlo - respondió Ann del mismo modo.
- ¡Solo sigue mis movimientos, es divertido!
Así lo hizo, y al ritmo de una música muy mezclada y luces estroboscópicas, las dos chicas se zarandeaban. Pasaron cerca de quince minutos así, y sin avisar, la música cambió. Se volvió una tonada suave y romántica. Las luces bajaron de tono, volviéndose azules y rosas.
De la nada apareció Charly y tomó por la cintura a Diane. Y empezaron a alejarse bailando lentamente, Ann se quedó quieta, frente a ella estaba Chris, tendiéndole las manos.
- ¿Me permite este baile señorita?
-No... se bailar
- No se necesita saber mucho, yo te guío.
Ella tomó sus manos y él la atrajo lentamente, hasta que quedaron igual a las otras parejas, abrazados demasiado cerca. Ann se sentía avergonzada, nunca había estado así de cerca de otro ser. Su cabeza estaba recargada en el hombro de él, y él, tenía sus manos cerradas a su cintura. Podía sentir su respiración lenta y acompasada rozar su cabello. Del cuello del chico emanaba una framgancia muy especial...Olía delicioso. Empezó a ponerse roja, y de pronto recordó a Salazar, giró la cabeza y no lo vio bailando, vio a lo lejos la mesa que habían escogido y tampoco estaba allí. Decidió preguntarle al chico con quien bailaba.
- Discúlpame, pero, ¿dónde está Salazar?
- ¡Oh! salió del bar junto con July.
- ¿Por qué?
- No lo se, tal vez fueron a discutir,
- ¿Discutir?
- ¿No lo sabes? Ellos fueron novios hasta hace un mes, Él terminó con ella, y se fue de viaje, y por la cara que puso July cuando te vio, debo suponer que está celosa de que apareciera con otra chica tan pronto.
- No… no entiendo mucho.
- La música está muy alta... ¡ELLOS ERAN PAREJA! ¡SE QUERÍAN! ¡PERO ÉL SE FUE! ¡Y REGRESÓ HOY CONTIGO! ¡JULY ESTÁ ENOJADA!
- ¡¡ya !!
Fue un golpe duro, Akulli entendió él por qué Zjaar no se interesaba en ella, tenía a chicas terrestres con las que podía hacer lo que quisiera, y ella no era necesaria. Nunca había visto en ella a una pareja potencial, solo a una amiga, a una compañera Zoti.
No pudo evitar derramar una lágrima. Chris la vio y con el pulgar limpio su lágrima.
- Lo siento, no era mi intención hacerte llorar. ¿Quieres que paremos?
- No, estoy bien, sigamos haciendo esto. Es que recordé algo, pero no es importante, quiero aprender y divertirme…
Siguieron bailando, pero esta vez, Chris la abrazó más fuerte, se sintió un poco mejor, o al menos, un poco reconfortada.
Terminó la ronda de música romántica, y continuaron con la mezcla anterior, y fue cuando decidieron parar e ir a sentarse.
En la mesa ya estaban todos. Incluidos Salazar y July. Ambos se veían molestos, pero no dijeron nada.

Tomaron unos tragos y se burlaron de Ann por pedir limonada con miel. Y se rieron aún más cuando el mesero se la entregó.

Llegó la hora de regresar al hotel, y se despidieron de todos. Él más efusivo fue Chris. Que ahora sí le dio un abrazo, y cuando estaba a punto de soltarla, le puso un papelito en su mano y en susurros le dijo "llámame".
Todos se fueron muy contentos, a excepción de July. Zjaar iba manejando, muy serio.
No salió una sola palabra de su boca, hasta que estuvieron en la privacidad de su respectiva habitación.
- ¿Qué dice la nota? - fue lo primero que salió de su boca, su expresión seguia siendo tosca.
- ¿La que me dio Chris? No se, no entiendo.
- ¿Puedo verla?
- Claro - dijo entregándole el cuadrito de papel. Zjaar lo extendió, era él numero de teléfono del chico.
-Es su teléfono privado.
- No entiendo.
- Es un número especial, se usa para hablar con una persona por medio de estos aparatos. - de su pantalón sacó un teléfono móvil y se lo mostró.
- No se como se usa.
- Es fácil. ¿Ves el número en el papel?
Lo escribes igual en la pantalla del móvil, pulsas el botón verde y si la otra persona quiere hablar contigo, ella también pulsara su botón verde, y hablarán.
Todo esto lo dijo con el semblante serio, parecía no tener expresión.
- Lo hago ya… ¿O cuando?
- No, ese es mi móvil, mañana te conseguiré uno, y podrás hablar libremente con él, sin que los molesten. - sin saberlo, fue aumentando progresivamente la voz.
- No es necesario que me hables asi, perdóname por no entender nada, pero sabes que necesito aprender muchas cosas…(suspiró)  se que estas molesto, pero tu situación no tiene nada que ver conmigo.
- ¿Y tú que sabes?
- Chris me dijo… algunas cosas.
- Ese maldito bastardo. No se podía guardar nada ¿eh?
- No tienes que enojarte tampoco con él, sí hubieras sido claro conmigo, nada de esto estaría sucediendo.
- No necesito decirte nada, es mi vida, yo sé lo que hago con ella, no tienes que entrometerte.
- Mira quien lo dice, él que me convenció de venir a la tierra con él.
- No te convencí, en cuanto te pregunté aceptaste, ni siquiera lo pensaste por un segundo. Ahora, ¡venías conmigo! ¡eres mi amiga! ¡¡y en menos de un segundo te alejaste y te pusiste a bailar con Chris!!
- ¡Ah! Ya entendí, estás celoso... Cómo puedes estar diciéndome estas cosas, ¿cuando tú fuiste el primero en irse con July? Si soy tu amiga, ¿Por qué te molesta? Si siempre que vienes a la tierra has tenido parejas, ¿que hay de malo en que un humano hombre esté interesado en mi?
- ¡¡Hay mucho de malo!!
- ¿¡Mucho!? ¿¡Cuanto!?
De tres zancadas estuvo frente a ella, la tomó de la cintura, la levantó en el aire hasta tenerla frente a él y le dio un beso.
Un beso fuerte, y desesperado.
Akulli lo golpeó en los brazos con los puños cerrados, pero no logró nada. La tenía fuertemente abrazada. Pasaron unos segundos, Zjaar la soltó lentamente, no dejaban de verse a los ojos. Los dos ruborizados hasta las orejas…
Despacito, Akulli tomó su abrigo, y se dirigió a su habitación. Entró y se encerró.
Zjaar se quedó solo en la sala, con sus pensamientos revueltos.

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