capítulo veintiocho.

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Aparecieron a escasos metros del palacio, En la punta del monte Më e Lartë, Cargando aún a Chris, Akulli corrió lo que faltaba y depósito al chico en uno de los tantos sillones que Salazar había llevado.
Lo cubrió con la primera manta que vió y se acercó a el:
- Chris, perdóname por lo que voy a hacer.
Y con su onda, lo desmayó. Corrió de nuevo hacia afuera, saltando en el aire y convirtiéndose en el majestuoso fénix azul y emitiendo el llamado de reunión.
Le importaba poco lo que sus hermanos estuvieran haciendo. Tenían que hacer caso al llamado.
Obviamente no se hicieron esperar, Llegaron todos juntos, como si estuviesen esperando el llamado.
Anillo ya los esperaba convertida en humana.
- Excelente decisión hermana, regresar a Dashuri, pero te pasaste de tiempo. Estaba estipulado que regresarían en tres días.
- No ha pasado no siquiera un solo día Toka.
- Eran tres días terrestres.
- Errësirë no específico. Así que aquí estoy. Y requiero de su ayuda.
- No puedes causar tremendo caos y luego exigir ayuda como si nada.
- Toka, Estos momentos requieren sensatez – hablo por fin Dritha. – Suponemos, que Zjaar te contó lo que pasaba, ahora, nosotros queremos que nos cuentes por qué se sucedieron tan variados desastres. Y si Akulli, ya sabemos que es por los cambios en las emociones, Pero queremos saber que acciones provocaron tales muestras de desapego.
- Si me permiten, creo que sus dudas se aclararán si me acompañan al centro del palacio.
Los demás Zoti se vieron con complicidad, y asintiendo, siguieron a Anillo al centro de reunión. Dónde pidieron ver a Chris.
- Zoti i Shenjtë ¿Es un humano?
- Si, Dritha.
- ¿y que hace aquí?
- ¡Hey! ¿no es el humano con el que te vi agarrada de la mano?
- ¿Cuándo me viste?
- El día que iban subiendo al avión, los alcanzo en pleno vuelo.
- Ya…
- Supongo que necesitarás ayuda para devolverlo a la tierra.
- Claro que no Toka, Necesito de tu ayuda más que nadie, se que tienes algunas plantas que sirven para curar a algunos Fénix. Me gustaría que me proporcionaras algunas para el.
- ¿Qué le sucede? – Toka dejo la hostilidad de lado y se mostró francamente interesada.
- Puedes acercarte a verlo.
- No lo sé, nunca he estado cerca de esos, me dan no se que …No pasa nada, así como dijo Errësirë, lo tomé de la mano, y no sucedió nada.
- ¿por qué no se mueve?
- Esta dormido.
Akulli tomó a Chris, y lo volteó boca abajo, y levantó su playera para que sus hermanos pudieran ver el daño. Toka hizo cara de asco, Dritha y Errësirë hicieron una mueca de Dolor, y Gjeth solo observaba, curioso y serio.
-¿Qué creen que sea?
- Nunca había visto algo igual. Es grotesco. – Gjeth había abierto por fin la boca, pero se mantenía alejado.
- entonces, nos estás dando a entender ¿Qué no sabes que le sucedió?
- Pues… se que estábamos viendo a las aves rosadas, cuando se cayó de cara al agua y se lastimó. Desde entonces no ha sanado.
- Lo siento mucho Akulli, pero, las plantas que tengo son para sanar heridas en los animales, ya sabes, heridas leves producidas por combate, o rasguños hechos con ramas…
- Yo sí he visto esto antes.
Todos voltearon a verlo, Errësirë estaba exaltado, casi feliz. Le encantaba el drama y ser el centro de atención:
- Zjaar me lo mostró hace mucho tiempo.
- ¿Zjaar?
- Afirmativo Akulli.
- ¿Cuándo?
- Creo que eras una Zoti Reciente, cuando Zjaar y yo nos dimos una escapada a la tierra. Me mostró a un compañero humano con el que vivía siendo un fénix. Ese humano se denomina brujo… nigromante… y hacía cosas horribles con los demás humanos, sobre todo si recibía algún pago.
- ¿Por qué nunca nos contaste de esto Errësirë?
- A Toka no le gusta nada que tenga que ver con los humanos, Gjeth casi no habla y francamente no le vi el sentido a decírtelo Dritha, por qué sabía que te enojarías.
- Si, y bastante. Prosigue.
- Bueno… Zjaar, en forma de ave, aprendió muchas cosas de los humanos, no solo lo bueno, si no también lo malo, en aquel entonces le llamó mucho la atención lo que las sustancias coloridas que el brujo poseía podían hacerle a otras personas.
Un día, un hombre de la época, exquisitamente vestido, tocó a la puerta del brujo, y ofreció una gran suma de oro por ver muerto a un rey. Para este hombre era imposible hacerlo, pero no para el brujo. Este, sacó de un gran cubo de madera, algunos frascos, hasta que encontró el que necesitaba, era un recipiente de vidrio redondo, sellado con cera, lo abrió, mojó una garra de Zjaar y le ordenó ir a enterrarla al rey.
Salimos volando por la ventana, llegamos con el rey y Zjaar hizo lo antes ordenado. Y si, en menos de una semana el rey había muerto envenenado. Y le salían las mismas ramificaciones de la herida.
Todos estaban anonadados con la explicación, Sobre todo Toka y Akulli, la primera, por ser defensora de la vida, y la segunda por qué simplemente no quería creerlo.
- Ahora – prosiguió Errësirë – Desde que presencié eso, me vi en la necesidad de desarrollar mi habilidad de seguir rastros. No sé seguir señales de magia Zoti.
- ¿Entonces?
- Aprendí a distinguir el olor desagradable que emana la garra de Zjaar.
- ¿quieres decir que… A pesar…
- Si Akulli, a pesar de tanto tiempo transcurrido, la esencia no se fue. Sigue allí. Es el único poder que Zjaar tiene que nosotros no. ¡ y aún funciona! ¡Es extraordinario!
- ¿Me estás diciendo que fue Zjaar el que hizo daño a este humano? – Los ojos de Toka, dejaron de ser verdes, para pasarse al rojo intenso.
- No estoy completamente seguro.
- No lo defiendas.
- Errësirë… Querido, ya que eres el único que ha logrado desarrollar tan bien ese poder, te ordeno que vayas por Zjaar. Y lo traigas sano y salvo.
- Será un placer.

Salazar había visto la nota de Chris, sabía perfectamente que Akulli se había llevado a Chris a Dashuri, y eso lo aterraba. Sus hermanos Zoti podían lastimarla, podrían castigarla por llevar un humano a dónde no debía.
Sin duda proporcionarían el Vdekja Thelbësore aunque él no estuviera presente. Así que decidió dejar a sus amigos en el hotel, y regresar lo más rápido que pudiera.
Salió de la habitación, corrió por el pasillo y entró a un elevador. Pulsó el botón de planta baja, cuando lo vió: el vaporcillo negro que precedía a Errësirë.
- ¡Hola hermano! Cuánto tipo sin verte.
- Hola Errësirë – dijo sin nada de emoción en la voz.
- Supongo que sabes por qué estoy aquí…
- No – contestó, haciéndose el desentendido.
- Bueno… eso no me interesa. A nuestros hermanos les urge verte, así que, con tu permiso o sin el… - Lo tomó de un hombro y, con el mismo vapor de entrada, desaparecieron, dejando atrás un elevador con solo un poco de oscuridad en el interior.

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