uno

6.8K 487 214
                                    



Se encontraba con sus brazos estirados sobre el colchón, boca abajo con su mejilla abultada siendo aplastada contra este. Para él era bastante agradable la sensación de estar ahí tirado desnudo, solo con una fina sábana cubriendo su precioso cuerpo. 

Eran pocas las veces que podía disfrutar de estos momentos, demasiado pocas para su gusto, pero su mánager; por alguna razón, le había dado unos días de descanso sin ninguna razón aparente. Aquello al principio había extrañado demasiado al rubio ¿Por qué tus jefes te regalarían de la nada unas vacaciones? 

Bueno, no encontraría la respuesta, así que simplemente las aceptó y se fue a esa casa perdida en medio de la nada, con esa persona tan especial. 

-- ¡Jiminie! ¿Despertaste? -- La profunda voz ajena inundó la habitación haciendo que el nombrado alzase su rostro, con expresión adormilada y cabellos revueltos. -- Uh... te ves muy guapo. -- Murmuró el de piel canela sorprendido. 

Da igual cuantos años llevase viendo el rostro del chico, seguía impresionándose ante la belleza de este. 

-- Gracias, Tae. Tú también te ves muy guapo. -- Susurró de vuelta el más bajo en un tono coqueto. 

Hacía mucho tiempo que no veía a su pareja, casi dos meses que no podía tenerlo unas horas para él, eso le frustraba. Ahora llevaba cuatro días en su casa apartada de la gran ciudad, estaba contento de estar allí con él, aunque había algo que seguía carcomiéndole por dentro. 

Necesitaba que le tocase, lo necesitaba realmente. 

Él era un modelo, un chico al que le gustaba ser mimado y sentirse deseado, y Taehyung más que desearlo parecía admirarlo ¡que también le gustaba! pero, ugh, tenía necesidades como persona joven. Entiéndalo. 

Ante la mirada de Kim, que estaba de pie a los pie de la cama, Jimin se deslizó por la cama gateando a una velocidad lenta, moviendo sus caderas de lado a lado provocando que la sábana ya no tapasen sus curvas. Tal y como siempre pasaba en estas ocasiones, las mejillas del más joven se volvieron dos luceros, sentía que iban a explotar. -- J-Jimi-Jiminie -- Habló nervioso, no sabiendo qué hacer. 

Las manos del rubio se deslizaron por el torso de su chico hasta rodear su cuello con estas, quedando de rodillas sobre la cama y luciendo una sonrisa coqueta que le representaba. Amaba desbordar lujuria, más con su novio.

Y cuanto le gustaría que dicho chico supiera aprovecharlo. 

Las manos de Taehyung no se posaban sobre su cuerpo para nada, siquiera para una caricia inocente. -- Tae, tócame, no tengas miedo, me gusta cuando lo haces. -- Le dijo con voz calmada, no sabiendo por qué al de ojos avellanas esto parecía costarle tantísimo. 

-- E-es-es que, tú y t-tu cuerpo, yo no-no puedo. -- Tartamudeaba desviando su mirada. 

Por respeto fue que Jimin no suspiró frente a su cara, joder. Llevaba cuatro noches durmiendo desnudo en esa cama junto a él ¡Y Taehyung siquiera le había abrazado! Cuando siempre lo hacía cuando llevaba su pijama. 

El de mejillas abultadas iba a lloriquear en tres... dos... uno... 

-- ¡Kim Taehyung! Necesito tener sexo ¡sexo! Que me maltrates el culo ¿Entiendes? -- 

Los ojos del azabache se abrieron en demasía ante la aquella forma de hablar tan desvergonzada, si bien llevaba en una relación de 6 años con Jimin, seguía sintiéndose asombrado cuando lo hacía. -- P-pero... - 

-- ¿Pero qué? -- 

Tae agachó la cabeza más sonrojado que nunca antes, negando con esta mientras fruncía sus labios, se sentía patético, pero no sabía como actuar en estos momentos. Si había tenido sexo con Jimin, en esos años que tenían como pareja podrían haberlo hecho unas diez veces, para  Tae eran bastantes, y bueno, para Park también eran bastantes, pero bastantes pocas. 

París || Yoonmin KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora