hoodie clown ✧ minsung

❝O27: Note three❞

Uh, fue un largo mes este,
¿no lo crees?
Bueno, la verdad es que me
aburro de escribirte una vez al
mes, pero bueno, sólo paciencia.
En fin, ten bonito mes, y recuerda:
siempre sonríe, a todos nos encanta
esa preciosa risa y sonrisa que tienes, MinHo.

Hoodie Clown.

Y ahí estaba, terminando de leer esa carta que ahora mensualmente comenzaba a llegarle, y no es que le incomodara, no, simplemente era algo raro el hecho de que alguien le dejara notas, era algo que aún no procesaba.

Y casualmente todas llegaban justo el día en que JiSung se fue, la misma fecha, siempre.

—Sí, está bien.— ChangBin se acercaba hablando por teléfono, parecía un poco conmocionado y cuando vió a MinHo, entró en pánico. —A-adiós, m-m-mamá.

—¿Estás bien? Parece que viste un fantasma.— dijo MinHo dejando la carta en su casillero.

—S-sí, estoy... estoy bien, Min. ¿Félix?

—Fue de visita a la casa de sus hermanas, dijo que te dijera que volvería en unos días, no tardaría mucho.

—Oh bien —suspiró. —¿Qué harás hoy?

—No lo sé, de seguro ahogarme en mis penas, como todos los días.

—Ay, por favor. ¡Salgamos!— sugirió Bin. —No puedes vivir ahogado en tus penas toda tu vida.

—Claro que puedo, mírame. Tsk.

—Hoy saldremos, iremos a pasear con Soonie y Doonie.

Los dos habían emprendido viaje hasta su próxima parada. El aula de artes, al menos empezaría con pie derecho ese día.

En artes habían varias subdivisiones: canto y baile, dibujo y pintura; y composición y producción. MinHo, ciertamente se había ido por canto y baile, Félix igual, y ChangBin por composición y producción.

Dentro de cada especialidad escogías llevar una de las dos, o bien las dos.

—¿Y Dori?

—¿Quién es Dori?— preguntó frunciendo su entrecejo.

—¡Mi tercer gato, ChangBin!

—¿No tenías dos gatos?

—Idiota.— dijo y cambió el rumbo hasta el salón de baile.

Si bien MinHo estaba en un sesenta por ciento decidido a vivir en sus penas día a día, se estaba acostumbrando, pero en un cuarenta por ciento se sentía un poco más válido de poder salir nuevamente y disfrutar un poco.

Había vuelto a releer la carta que JiSung dejó antes de haberse enterado que se había ido, y muy claramente dictaba: “Volveré por ti, Min”, y no mentiría, esperaba que eso realmente pasara, pues lo seguiría esperando.

Cuando puso play a la música, comenzó a moverse a su ritmo. Era una melodía suave, llena de sentimiento, dolor y muy en el fondo, rencor.

MinHo movía sus brazos,  su cabeza al mismo compás que sus piernas. La sala era suya en ese momento, estaba solo, sin nadie quien pudiera molestarlo.

Sentía que bailaba por él, por algo que disfruta, algo que no quería soltar, porque realmente lo ama. Era la misma melodía, tan calmante, nostálgica y tranquila, justo como de sentía.

Y para cuando terminó, se vió en el espejo de la gran sala. El baile es su pasión.

Y unos aplausos que no esperó se hicieron presente.

—Lo haces increíble, Min.

Esa voz.

Reconocible a sus oídos, por supuesto.

Quién lo diría.

—Gracias, HyunJin.— dijo levantándose y limpiándose un poco su pantalón. —¿Por qué estás aquí?

—Aquí estudio, además también estoy en danza.

—Lo sé, pero me refiero a que, aún es temprano, me sorprende que hayas aparecido a esta hora.

—Si quieres me voy.— dijo dando la vuelta para ir hacia la puerta.

—No hace falta, descuida. Baila, estaré por ahí y volveré cuando sea hora de comenzar.

Fue lo último que se escuchó para dejar salir aquella sala, dejando a HyunJin solo.