❝O32: Note eight❞

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Uhhh, lo que se viene

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Uhhh, lo que se viene.

Bueno, la verdad, nada,
sólo no sabía qué poner
esta vez. Espero no trabar
cuando hable contigo algún
día. ¡Hasta el otro mes, Min!

Estaba ya acostumbrado a aquellas notas, eran ya ocho meses en los que aquella nota firmada con aquel nombre aparecía en su casillero, siempre sin falta

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Estaba ya acostumbrado a aquellas notas, eran ya ocho meses en los que aquella nota firmada con aquel nombre aparecía en su casillero, siempre sin falta.

A veces, cuando no tenía mucho que hacer, se sentaba y leía u observaba todas las notas recolectadas que el anónimo -aunque ni tanto- le dejaba a él.

Era gracioso, porque habían algunas que representaban cosas que sólo sus cercanos sabían, por ejemplo, la famosa cafetería Smile, donde generalmente iba a sentarse a simplemente tomar café y poder estar sólo, claro, antes de JiSung.

Odiaba el hecho de que a veces todo le recordara a él, todo, incluso lo más mínimo, como el agua, porque recuerda la vez que JiSung y él se mojaron en una tremenda lluvia.

O el pan, porque JiSung generalmente desayunaba tostadas con mermelada de fresa, y una fruta.

En fin, todo le recordaba a él.

Pero en el último mes, la etapa de superación había subido de veinte a treinta. Pero no del todo para bien, ni tampoco del todo para mal, bueno, del todo para mal, nada bueno.

—¿A dónde vas?— preguntó Félix al verlo alejarse.

—Me voy a casa, ya no quiero estar aquí hoy.

—MinHo, pero, es la quinta vez en dos días que te saltas clases así, no deb-

—Me voy, dije.— atacó.

—MinHo por favor. Esto no es lo que hubiera querido JiSung.

—No metas a JiSung aquí, YongBok.

Porque de ser así, todo lo que había hecho crecer, se iría, y le había costado mucho tratar de no decaer de aquello, pero para la manera en la que lo estaba llevando, no era nada bueno.

—Lo hago porque estoy preocupado por ti, y porque él también lo estaría.

—Esto no estaría pasando si él no se hubiese ido.— dijo finalmente antes de darse la vuelta.

—Te vas porque sabes que tengo razón.— dijo Félix igualmente.

—Yo también tengo razón, Félix.— dijo devolviéndose hasta donde estaba el menor, enfrentándolo a la cara. —De no ser porque JiSung se fue, yo estaría ahí adentro metido en esa maldita habitación, contigo, con Seo y con él, y lo sabes bien.

—Haz lo que quieras, Lee, pero sabes bien que habiendo estado o no aquí, JiSung jamás hubiese querido esto para ti porque te ama.

—Si me amara tanto como dices, no se hubiera ido, se hubiera quedado con nosotros, o también quieres salir con otro de tus discursit-

Y lo último que sintió en su cara, fue la mano de Félix, dejándole con la cara volteada, sobándose aquel lugar del que el ardor reinaba.

—Ni te molestes en venir a casa hoy.— dijo sin verlo para irse.

—Tampoco es que pensara hacerlo, MinHo.

—¡Bien!

—¡Bien!— dijo ya a lo lejos.

Y fue cuando cayó en cuenta de que se había peleado con quien ama, con quien prometió estar con él siempre, y viceversa.

Quien prometió estar siempre.

Metió la pata, bien adentro.

Metió la pata, bien adentro

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hoodie clown ✧ minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora