c i n c o

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Uno, dos, tres tono y la voz dulce de su madre se oye a través de la linea. Ahoga un sollozo para no preocupar a su progenitora que habla por el parlante saludando una y otra vez al no obtener respuesta. Mientras Kyungsoo intenta calmar las lagrimas que han surcado de sus labios para que su voz no pueda reflejar aquello.

 — Mamá

¿Kyungsoo?—  Ruidos se escuchan al otro lado, como si algo se moviese junto al repique de pasos— ¡Cariño, es Soo!.

Su madre grita a su padre, quien dejando de lado las cubetas con pescado fresco corre hasta el llamado de su esposa, corriendo sin importarle mojar el piso de su hogar ni mucho menos caer al usar aquellas botas de plástico.  Solo quiere oír a su hijo después de largos días de espera.

Cuando sus padres le saludan puede sentir como una parte del peso que comenzó a sentir desde que despertó en aquel lugar, se desvanece en una gran cantidad. El saber que sus padres seguían tan alegres como siempre hizo que su llanto menguara, plasmando una pequeña sonrisa en sus labios al oír al parlanchin de su padre .

—Las ventas han subido mucho hijo, ahora vendemos cinco veces más y el dinero que nos enviaste la ultima vez nos ayudo a completar para comprar la camioneta que puso en venta el señor Choi.

Contaba su padre, tan contento que podía apostar que ambos se estaban sonriendo mutuamente, acompañado de una mirada soñadora y a la vez incrédula al no creer aun todo lo bueno que en los últimos veces habían pasado. Ahora ya no era necesario utilizar el triciclo para cargarlo de pescado cuando iban a comprarlo, ya no daban doble vuelta por el reducido espacio de este. Ya lo subían todo a la camioneta, que aún que era de segunda mano y la pintura estaba deslavada, les servia de maravilla al ya no tener que cargar las cajas más que para bajar o subir la mercancía.

Tu consiguiendo un buen trabajo hijo y nosotros con nuevos clientes que pagan muy bien, es realmente un milagro.

La voz de su madre se quiebra después de decir aquello, y un nudo en su garganta se forma cuando le pregunta sobre su nuevo empleo, junto a las usuales preguntas que hacen. El si se alimenta bien, si duerme bien y ahora se le suma aquello. Sumándole una mentira más que tiene que mantener ante sus padres al no querer preocuparlos, ni quitarles aquella alegría en nos tonos de voz que hace mucho no escuchaba.

—Estoy muy bien, ahora mas ante tantas buenas noticias. —Suelta un suspiro, tratando de retener el llanto.

Oh! Kyumg, hemos pasado él limite de minutos por mucho.

Su madre se preocupa al ver que han pasado mas de veinte minutos y que muy probablemente su hijo tenga que pagar extra por la llamada. Ya que usualmente las lladas no pasaban de cinco minutos, por que su hijo pagaba a un señor para que le dejase hacer una llamada y este mismo le cobraba una tarifa según los minutos que tardara, como unica opción al no tener cabinas telefónicas cerca de su antiguo hogar. La pocilga.

—No te preocupes mamá, ahora podemos hablar por mas tiempo.

Su madre le hace saber su emoción por ello pero aun así les aclara que es por su nuevo sueldo y él poder pagar un poco mas por las llamadas, diciéndoles que encontró a otro vecino que le presta él teléfono para que no le llamen y que sigan esperando por sus llamadas.

La llamada con sus padres sigue unos minutos mas en donde platican de cosas que quieren hacer con su pequeño negocio, junto a un viaje exprés que podrían hacer para visital Seúl cuando junten él dinero suficiente para los pasajes y poder visitarlo por un par de días. Kyungsoo solo sigue el tema, no queriendo negarse y solo dejar que su mamá vea a futuro.

Cuando la llamada es cortada después de una despedida fraternal y con promesas de volverse a contactar con ellos, Kyungsoo se limpia las mejillas con él dorso de la camisa, secando las lágrimas mientras se pone de pie llamando la atención de Elliot quien esta listo para llevarlo de vuelta a aquella solitaria habitación.

Su corazón se siente cálido al recordar la voz soñadora de sus padres, mientras se recuesta en la cama y oye como la cerradura de la puerta es cerrada por fuera por él hombre de seguridad. Rendido solo extiende sus piernas y brazos, mientras su mente viaja hasta él momento en que llego a aquel lugar, para luego pasar al día en que tuvo aquella conversación con él Señor Park.

Su mente comienza a trabajar, trayendo consigo él recuerdo de aquellas palabras, de aquella petición que estaba considerando llevar a cabo, solo para que sus padres siguieran teniendo lo mejor, que hasta él día de hoy era aquel nuevo comprador que mando Chanyeol para que le comprara a sus padres, junto al dinero extra que les envió de parte de él por sus supuesto nuevo trabajo.

Pero el miedo también esta presente, no sabe absolutamente nada de aquel hombre que duerme con él. Park Chanyeol, ese alto y fornido hombre que duerme a su lado sin pasar los limites, contrario a lo que pensó en su conversación de la noche anterior. 

Vaga en sus pensamientos, en las preguntas que nacen una tras otra al no saber que hacer respecto a todo lo nuevo desde que despertó. Todo paso de la noche a la mañana y apenas trataba de entenderlo, sin poder preguntarle ni hablar con nadie al estar la mayoría de tiempo encerrado solo en aquella habitación. 

Rachel salia a toda prisa después de dejarle una charola de comida,  a Elliot lo acababa de conocer y era alguien grande que le daba cierto miedo por su aspecto serio ante su trabajo, ambos eran empleados de aquel hombre que lo llevo hasta allá y claramente ninguno le ayudaría a responder sus dudas. Mucho menos el jefe de ambos, el señor Park le había dicho las cosas concisas, siendo claro solo para él al dejarlo con muchas dudas aún, ademas, no se sentía con la suficiente confianza y valentía como para hablar mucho con el hombre de cabello azabache, sentía que cuando apenas fuera a hacer la primer pregunta ya estaría temblando de los nervios sin poder verlo si quiera a los ojos.

Brinca en su lugar cuando la puerta se abre sin aviso, dejando ver a Park vestido con los primeros botones abiertos, con el saco en una de sus manos y el cabello levemente despeinado. Sus grandes ojos lo observan aun con miedo, deslizándola de a poco hacia sus pies cuando se da cuenta que aquel azabache le observa como si de su presa se tratara. 

La puerta es cerrada de nuevo,  ahora siendo ellos dos como cada noche, en un incomodo silencio mientras el mayor se acercaba y el bajito tan solo se encogía en su sitio. 

Una noche más en su nueva vida, junto a aquel apuesto pero temible hombre que dice quererlo para él.


























(...)

Nat_Ji7
16.11.20
_Sin Editar_

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ʟɪᴍᴇʀᴇɴᴄɪᴀ✞ᴄʜᴀɴsᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora