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El sonido de los pájaros, junto al ruido que hacen las hojas de los arboles provocado por el viento al balancearse y el sonido casi inexistente en los pasillos fuera, era lo único que llenada aquella  habitación en la que él joven castaño estaba mas que aburrido y harto.

Los días pasaban en una constante rutina, viendo el sol del amanecer a través del ventanal, para después hacerse el dormido una vez que el señor Park comenzaba a despertar, abriendo de nuevo los ojos y quitando los edredones una vez el pelinegro abandonaba la habitación. Se daba una corta ducha antes de que Rachel entrara a dejarle el desayuno, agradeciendo de forma breve antes de que la mujer saliera apresurada como siempre a hacer sus demás tareas. Comía la mayoría de los alimentos y luego se sentaba en el sofá junto al ventanal, pasando así sus tarde viendo los arboles, las flores y a las aves volar.

Sus ojos jamas se despegaban del cristal, aprovechando que era lo único que tenia como mediador para ver el mundo exterior. Cuando el sol se ocultaba por completo y las estrellas comenzaban a hacer su aparición junto a la hermosa y brillante luna era cuando se despojaba de las prendas que llevara para quedar únicamente en ropa interior. 

La ropa que usaba la había llevado Elliot apenas hace tres días atrás en unas cuantas bolsas de compras y Rachel se encargo de acomodarlas en el espacio vació del gigante closet. Prendas básicas pero de apariencia cara por los detalles, el material y las costuras. Desde pantalones de mezclilla con playeras sin estampados hasta pantalones formales y calzado de todo tipo. Viendo inecesario la parte del calzado si no le era permitido salir ni a los jardines.

Cuando quedaba semidesnudo guardaba de nuevo las prendas perfectamente dobladas, levantando las colchas sobre la cama bien hecha para meterse debajo y cubrirse del inexistente frió, en espera de que el señor Park llegue.

Como en aquel momento en el que el seguro de la puerta fue quitado por fuera y el pelinegro entra como siempre, con los primeros botones desprendido y con el saco de su traje sobre uno de sus brazos. Atractivo, inalcanzable y misterioso.

Los cinco días después de la llamada a sus padres pudo pensar un poco mejor la situación en la que ahora estaba, considerando que pasa la gran mayoría del tiempo solo y encerrado. También pudo perderle un poco el miedo al alto hombre y pudo apreciar un poco mas lo atractivo que era, sin dejar de lado todo lo bueno que hizo por él y sus padres, sin pedírselo pero lo hizo de cualquier forma.

La piel desnuda de sus hombros se eriza apenas y los oscuros ojos del recién llegado paran en él, quien se encoje en su sitio mientras intenta cubrirse mas con la tela suave. 

Chanyeol camina un par de pasos en su dirección, pero antes de que pueda llegar si quiera al borde de la cama uno golpes en la puerta se escuchan, da el permiso para que entre cuando ve que el menor esta bien cubiertos, esta vez sin dejar mas que la parte de la nariz para arriba. 

Rachel pasa con la cabeza gacha, llevando una de esas mesitas que ocupa para llevarle el desayuno, seguido de ella entra otra mucama desconocida para Kyungsoo; Joven y de cuerpo delgado, con rasgos asiáticos por sus pequeños ojos.  Esta va con las manos ocupadas igual que Rachel. Ambas al parecer llevan la cena, algo nuevo en su aburrida rutina.

Rachel y la joven desconocida se retiran apenas y dejan los alimentos sobre la cama con cuidado, sin levantar la cabeza en ningún momento y dando una  venia de 90° a Park antes de salir de la habitación, dejándolos solos de nuevo, ahora con un exquisito olor a comida recién hecha, lo que provoca que el estomago de Kyungsoo gruña reclamando por comida y que Chanyeol suelte una corta y suave risa.

—Hoy quise cenar contigo, espero no te moleste— Chanyeol dice, al tiempo en que avienta el saco a cualquier sitio y se sienta frente al castaño, a los pies de la cama dejando la comida entre ambos.

Kyungsoo no responde, atento a todos los movimientos del pelinegro que destapa los platillos y se los acerca junto con los cubiertos, un poco cohibido los acepta, acomodándose mejor con la espalda recargada a la cabecera de la cama.

Siempre cena solo, como sus otras dos comidas del día, Chanyeol siempre llegaba después de que Rachel le llevara la cena y de que esta misma regresara para recoger los platos utilizados. Por primera vez en muchos años comería en compañía de alguien que no fuera  su viejo y amable vecino. 

—Decidí dejar el trabajo para otro día, así podre cenar contigo y hablar un poco.

El tono de voz que usa el pelinegro es suave, a pesar de que posee una voz ronca se oye sutil en su habla, algo que Kyungsoo agradece muy en el fondo, poniendo atención al mas mínimo detalle desde que llego ahí. Desde el día en que estuvo mas consiente de donde estaba y que pensó en todas las posibilidades posibles de como escapar de ahí, siendo ninguna viable al estar las veinticuatro horas del día vigilado, aun cuando Park dormía los dos guardias en la puerta se mantenían ahí.

La idea de hablar con el pelinegro era buena, relativamente si es que quería saber un poco mas sobre el y poder convencerlo de que lo dejara salir por lo menos al jardín o a la cocina. Lo que mas extrañaba de su día a día era el poder cocinar.

Así que mientras pinchaba un poco de pasta y la enrollaba con el tenedor, asintió sin verlo, incapaz aun de verlo a los ojos sin sentir su cuerpo temblar y su piel erizarse.

—Cuéntame tus gustos, quiero saber que es lo que mas te gusta.

Chanyeol sonríe cuando ve los esponjosos labios manchado de la salsa de tomate, pero se abstiene de hacer cualquier movimiento que pueda asustar al menos. Habían avanzado demasiado aquella semana que llevaban juntos, o eso era lo que sentía.

—¿Y usted me contara los suyos?— Kyungsoo pregunta una vez a pasado el bocado.

—Me parece justo,  cariño— puede ver las mejillas del castaño colorearse y eso hace que su humor mejore a un 100%

Kyungsoo entre tartamudeos habla, contando primero que su color favorito es el azul de tono pastel, le dice su comida favorita que es justo lo que comen ahora  pero que preferiría prepararlo el mismo. Algo que Chanyeol anota mentalmente , a su pequeño le gusta cocinar y no duda en que lo hace de maravilla.

—Ahora le toca a usted— El plato de comida esta ahora vació, a hablado un poco de más pero no le importa demasiado.

Chanyeol asiente, tomando una servilleta junto al plato para pasarla por su boca en toques suaves, para así comenzar hablar un poco, tan solo un poco en un intento de que Kyungsoo se sienta un poco mas tranquilo con el, pues lo creía que necesario para hacerlo sentir mas en confianza.

Comenzó por lo básico como el castaño, diciendo su color favorito, el cual era negro (nada predecible para Kyungsoo). También le dijo sobre su comida favorita, sobre la carrera que había estudiado y por ultimo lo que mas le gustaba en la vida. Algo que provoco un fuerte sonrojo desde la punta de las orejas de Kyungsoo, sus mejillas y cuello.

—Pero tu Kyungsoo, tu me gustas. Me gustas mucho.











ɴᴀᴛ_ᴊɪ⑦

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30.11.20

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ʟɪᴍᴇʀᴇɴᴄɪᴀ✞ᴄʜᴀɴsᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora