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Vistiendo un pantalón de color crema, una camisa de mangas largas de color azul cielo y sus fieles pantuflas, Kyungsoo bajaba las escaleras entre saltos, siendo seguido por Elliot a su paso, quien solo veía al frente con la espalda recta sin prestarle demasiada atención al nuevo y extraño comportamiento del joven. Por el contrario, Rachel solo reprimía una sonrisa al ver al lindo y bajito tan alegre, muy diferente a como había estado desde que llego.

El castaño mantiene una sutil sonrisa en sus pomposos labios, llegando hasta el ultimo escalón en donde da un salto mas grande, caminando de prisa hasta Rachel, quien a despegado sus ojos de sus labores para voltear a ver el gran reloj que esta a pocos metros de distancia. Apenas eran las ocho de la mañana, aun faltaba una hora para subirle el desayuno a aquel chiquillo que desbordaba energía.

—Señora Rachel— Él castaño le llama, llegando a su lado— ¿Puedo pedirle un favorsototote?— Sus redondos ojos brillan, como un cachorro en espera de su premio.

—Claro Señor— La mujer le observa expectante, sintiendo como su pobre corazón se derrite ante la ternura que muestra el chico frente a ella.

—¿Me prestaría su lugar de trabajo?— Rachel lo mira desconcertada así que Kyungsoo rápido vuelve a hablar.—Me refiero a la cocina, quiero cocinar la cena ¿Si?— esperanzado la mira, batiendo sus largas pestañas.

La mucama asiente a su pedido no muy convencida, sin preguntar nada que no le concierne y evitando problemas en su trabajo, solo pone una condición , ella se quedara en todo momento por si es que necesita un poco de ayuda. Kyungsoo acepta feliz, corriendo hacia la cocina que esta impecable-mete limpia. Sus pies se mueven de un lado a otro en el amplio y reluciente lugar, abre de par en par las puertas de la nevera y su boca se abre ante la sorpresa de ver la gran cantidad de comida. 

Mordiendo su labio inferior y apoyando su peso en una de sus piernas, se pregunta que platillo sera el indicado para preparar, tarda un poco en decidir entre tanto, hasta que se decide por hacer distintas cosas por si las dudas. Tenia que ponerse en marcha, tan solo faltaban 12 horas para la cena.

Cuando se pone a contar las horas se da una palmada en el rostro, cierra de nuevo las puertas de la nevera y voltea hacia donde Rachel le mira.

—Bueno, pero primero hay que desayunar— Dice, sonriendo apenado y con las mejillas levemente sonrojadas.

Rachel asiente, sin entender muy bien lo que el joven pensaba hacer, fue hasta los compartimentos que había sobre las encimeras y de ahí comenzó a sacar distintos alimentos. Kyungsoo por su parte la observa, para después ofrecerse a ayudar en la preparación y ser aceptado con un poco de duda; de nuevo.

La mujer prepara un omelete de huevo con algunas especies y verduras, al tiempo en que Kyungsoo lava algunas fresas para preparar un delicioso batido. Terminan un cuarto de hora después y cuando el castaño ve que solo un plato esta servido sobre la barra de la cocina su ceño se frunce. Camina con dos vasos llenos de su reciente preparación hasta la barra y los deja sobre esta.

—Coma conmigo Rachel.—pone sus mejores ojitos de borrego a medio morir.— Le he servido un poco de batido, ande- le dice, señalando los vasos. 

La mujer esta a punto de negarse y excusarse con tener que hacer sus deberes, pero cuando esta por hacerlo decide ver al menor a los ojos y siente como los nervios y miedo se apoderan de su cuerpo cuando ve los redondos ojos a través del cristal de las gafas llenarse de lagrimas.

—Muchas gracias, señor.— se apresura a sentarse el un banquillo y tomar entre sus manos el vaso con batido.

Kyungsoo sonríe tan grande que puede sentir sus ojos cerrarse, lleva sus puños hasta sus ojos con cuidado y despeja cualquier rastro de lagrima, brincando feliz en su sitio.

—¡Elliot, usted también venga a acompañarnos!— Grita, sabiendo que el hombre no esta demasiado lejos.

Y como si de una película en reversa se tratara, la escena de un triste Kyungsoo a punto de llorar se repite cuando Elliot se niega.  Usando un arma un poco más sucia pero necesaria para lograrlo.

—Le diré el señor Park que me ha hecho llorar— dice entre hipidos, un actor digno de un Oscar.

Elliot suspira pesado, viendo la manipulación misma en aquel pequeño cuerpo que hasta hace unos días ni siquiera hablaba. Toma asiento enfrente de la mucama y se lleva el baso a los labios, bebiendo un gran trago.

Kyungsoo aplaude feliz, corre para tomar un par de platos y un vaso más y así servir para todos una rica porción. Con cuidado los pone frente a sus acompañante y espera a que prueben el primer bocado para así comenzar el también y desayunar junto a su única compañía en los últimos días.

Ríen cuando un bigote de leche se queda sobre los labios de Elliot, más cuando este refunfuña. Pasando un rato agradable hasta que los platos quedan vacíos y Rachel tiene que volver a su trabajo.

Después de largas semanas, llenas de aburrimiento y soledad puede disfrutar de un agradable y divertido desayuno, en compañía de personas que trabajan día a días, tal y como solía hacerlo él antes de ser llevado a aquella casa-mansión. La piel rasposa de sus manos estaba sanando de poco a poco y en su cuerpo iban desapareciendo las muestras de su desnutrición  por falta de alimento.

Su vida parecía ir mejorando, o solo tal vez su aspecto.

Aún no entendía a ciencia cierta el porque de su repentina aparición en aquel lugar, de su secuestro aquella noche en el que el recuerdo comenzaba a volverse mas nítido. Lo que tiene claro es que no le gusta la soledad, que el estar encerrado en una habitación es un castigo, las comidas solo es un recuerdo y sus padres una razón. 




















ɴᴀᴛ_ᴊɪ⑦

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01.02.21

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NT: Cortito pero necesario:) S/E

ʟɪᴍᴇʀᴇɴᴄɪᴀ✞ᴄʜᴀɴsᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora