o c h o

590 105 8
                                    


Caminando a una distancia considerable con Elliot, lo seguia en el interior de la casa -mansión-. Bajando las ecalerad con cuidado y pasando su mirada por todo el lugar, una vez mas, viendo los pequeños detalles en la decoración.

Sus manos puestos por el frente, ambas juntas sobre su vientre. Moviendo sus dedos pulgares por la emoción y ansiedad que le causaba el poder salir por lo menos unos cuantos minutos. De poder ver desde lejos a Rachel cocinar junto a la otra emoleada de la que aun no conocia su nombre y de poder caminar mas de 5 metros a lo largo.

Cuando Elliot se detiene, Kyungsoo centra su atención al frente, viendo la puerta de mafera pintada de un color marfil, que es abierta por el hombre mayor de par el par, dejando ver la gran variedad de colores.

Sin decir palabra alguna camina con cuidado, pasando de Elliot para poner sus pies sobre el camino de madera que hay apenas y sale. Apreciando con la boca entreabierta y los ojos brillantes de emoción la belleza que se le presenta.

Un pasto cortado perfectamente de un color verde vivo, frondosos arboles a la distancia se podían apreciar de distintos tamaños y tipos, además de los arboles plantados más cerca de los cuales los frutos se daban; Desde naranjas, manzanas, peras, etc. Con arbustos adornando los alrededores, en donde distintas flores en conjuntos daban un contraste en una extensa gama de colores; Rosas, Girasoles, Margaritas y más. 

Sus manos se mantienen juntas, apretando sus palmas una con otra sin dejar de caminar, dando pasos lentos para poder ver todo con detalle, viendo a lo lejos una casita de madera, una muy pequeña que esta en lo alto, un par de metros separada del piso. Junto a unos juegos infantiles, una resbaladilla y un columpio algo descolorodios por el sol.

Cuando se da cuenta que Elliot no lo sigue voltea hacia la entrada, viéndolo de pie ahí, sin mover un solo musculo y con la mirada al frente. Alerta a cualquier cosa. Los largos muros son lo siguiente que voltea a ver, rodeados de alguna clase de alambre con espinas, impidiendo que alguien pase por sobre estos, los cuales miden por lo menos cinco metros de largo.

Sin dejar que su día se vea apocado al ver el encierro, decide disfrutar del caluroso clima y del suave pasto. Toma asiento en forma de indio sobre el pasto y ve a su alrededor de nuevo, respirando el aire fresco y tomando su total atención en las aves que pasan por los cielos.

Pasan las horas, el sol se va apagando pero aun no quiere volver y cuando Rachel aparece con una charola llena de aperitivos y comida le agradece, comiendo todo lo que le ofrece hasta sentir su barriga llena y satisfecha. Elliot no lo interrumpe, pero tampoco se va acostumbrado apenas un poco a su compañía lejana y silenciosa.

Cuando se puede ver el atardecer a través de los arboles y sobre estos, sus ojos comienzan a pesar y su espalda a doler por mantenerse tanto tiempo en la misma posición y sin verlo malo se recuesta sobre el pasto, con las piernas encogidas y las manos juntas, el clima fresco fue un gran componente para que sin poder evitarlo cayera dormido en un relajante y tranquilo sueño.



...



La luna brilla junto a las estrellas, las calles llenas de automóviles que avanzan sin problema, en aquella noche tranquila en la que sus pendientes pasaron a segundo plano y de nuevo decidió llegar antes de lo normal a casa.

Su chófer, Spencer; un hombre en sus cuarentas de cabello rubio, rasgos americanos y cuerpo ejercitado, conduce a la velocidad establecida el Cámaro que aquel día estaba disponible, sus demás automóviles tenían que ser lavados.

ʟɪᴍᴇʀᴇɴᴄɪᴀ✞ᴄʜᴀɴsᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora