7: color three: a chaotic day

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Hace tan solo unos meses, la casa de la familia Han fue destruida gracias a un incendio intencionado de una peligrosa red con la que el menor, JiSung, se había involucrado

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Hace tan solo unos meses, la casa de la familia Han fue destruida gracias a un incendio intencionado de una peligrosa red con la que el menor, JiSung, se había involucrado. La nueva casa de los Han se encuentra un tanto apartada, entonces no suelen verse tanto como antes.

La mañana del sábado MinHo deja a su novio delante de la construcción, junto a su auto, y se encamina junto a JeongIn hacia un parque cercano.

Muchas áreas verdes pueden verse en su camino. Las calles sin pavimentar, montañas alrededor y un cielo nublado que aumenta los fríos de otoño, eso es lo que tienen ese día. Tomados de la mano, JeongIn nunca tendría intenciones de hacerse a un lado.

Se escuchan las aves cuando MinHo abraza al menor, una vez se sienta sobre el pasto. Lleva demasiado tiempo sin estar a solas con su hijo. Demasiado tiempo también sin sentirse en paz.

Sabe que JeongIn lo escuchaba llorar antes. Sabe que cuando vivían solos, en esa pequeña casa azul que luego le rentaba a HyunJin, todo se sentía peor.
Que JeongIn padeciera anemias incurables, gracias a que la salud es solo un beneficio para gente con dinero y no un derecho en su país.
La nevera vacía, el constante temor a ser asaltados, como tantas veces ocurrió en el autobús, camino al trabajo.
JeongIn ni siquiera asistía al colegio en aquel entonces, menos de un año. Y nada habría cambiado de no ser por la señora Kang.

Su hijo ahora es más fuerte, más sano y más limpio, y está seguro, pero es gracias a una mujer misteriosa que ahora MinHo sabe: nunca conoció.

Siente miedo por todo... Porque todo lo que le dicen hace las cosas peor. Porque "están en peligro", porque "es inusual".

Miran las nubes que suponen dar paz cuando son un par pasando, pero hoy son miles que no dejan huecos para que el sol pueda colarse. Y aún así JeongIn termina por dormirse sobre su pecho, con esa tranquila respiración que hace años no portaba. Desde que era un bebé; desde los 2 años, cuando MinHo supo de su existencia.

Recuerda ese día... Era igualmente nublado, pero para nada extraño. Y esa mujer apareció delante de su puerta mientras estudiaba en el salón de su casa. Llevaba el cabello atado en una coleta alta, pero despeinada; MinHo casi no la reconoce. En una mano llevaba un porta bebé para autos y ahí, tranquilamente, se encontraba un pequeño niño azabache durmiendo.

La mujer sonríe triste en ese instante y dice la increíble frase que cambia por completo el mundo de MinHo: es tu hijo.

Claro que no lo entiende y claro que mucho menos lo cree en un principio, pero una vez la mujer frente a él le explica absolutamente todo - desde su motivo para ocultárselo hasta porqué no podía seguirse haciendo cargo - lo acepta como su total responsabilidad, sin molestarse. Incluso si no debería ser su deber puesto que ella había decidido tenerlo sin hablarlo antes con él, lo aceptó. Y se quedó con JeongIn, porque pasados los minutos solo podía enamorarse más de él.

Y no se arrepiente, incluso si ahora se vuelve difícil, porque puede mirar su dulce rostro que en estos momentos ni siquiera luce triste o preocupado, y sigue enamorándose de él. Sigue pensando que vale la pena y que lo daría absolutamente todo por su pequeño, incluso si debe dejar todo lo demás de lado. Lo hará.

Cuando el niño despierta, MinHo saca de su mochila la bolsa que antes de salir de casa llenaron juntos de avellanas y pasitas. JeongIn extiende su mano y MinHo la llena de la mezcla seca. Su hijo en serio ama a los animales y él lo sabe; no puede siquiera ver morir un insecto, a los cuales gran parte de la población les tiene asco. JeongIn no es así, él salvaría incluso a las hormigas que se ahogan en la sopa.

Algunas ardillas se acercan cuando JeongIn se aproxima a las ramas de los árboles, alzado por su padre. Otras solo son más tímidas y dudan. Pero el menor les promete con sinceridad que no les hará daño y luego de un rato puede alimentar al menos a un par.

Ambos se sienten satisfechos y comienzan su camino de regreso a casa de JiSung. Él sale pronto, seguido de su padre y su hermana, a quienes el mayor saluda brevemente para continuamente marcharse con sus niños.

Llevaba tiempo sin verlos, pero no lucen mal. Es agradable saber que les ha estado yendo mejor.

Vuelven a casa para la hora de la comida, justo cuando HyunJin vuelve también de su cita con ChangBin. Ya no se dejan solos y eso le gusta a MinHo, porque al menos no debe preocuparse tanto por él. ChangBin es un buen novio y hace feliz al otro.

Una vez más JiSung duerme. Suele saltarse algunas comidas estos días por ello: por llegar cansado de cualquier lugar y tomar una siesta. Su sueño se ha vuelto más pesado y no despierta sino hasta las tantas de la noche, cuando los demás llegan a la habitación.

Es una tarde normal y tranquila; MinHo nota a HyunJin animado. Lo escucha hablar sobre ChangBin y lo bien que lo hace sentir mientras ambos cocinan la cena y JeongIn dibuja sobre la isla en la cocina, como cualquier otra tarde.

Pero, diferente a otras noches, la hora de dormir se vuelve inusual.

- Vamos por Hannie para cenar, ¿bien? - propone MinHo a JeongIn y el menor asiente.

Ambos se dirigen a la habitación, pero cuando llegan la actitud de JeongIn se transforma.

Han cepillaba su cabello, aparentemente habiéndose levantado hace apenas unos minutos, cuando el niño azabache se abalanzó sobre él, tirando de sus castaños mechones con brusquedad. JiSung se queja, pero aunque intenta apartarlo el agarre del niño cada vez se vuelve más fuerte y doloroso, hasta que toma el cepillo e intenta golpearlo en la cabeza, pero MinHo reacciona y lo aparta.

Abraza con fuerzas al pequeño, esperando que deje de moverse y golpearlos a ambos, pero no parece funcionar. JeongIn no para de patearlo para que lo suelte.

En los ojos de JiSung no hay más que temor y confusión mientras el pequeño grita frases cortas e inentendibles, pero finalmente se tranquiliza un poco y MinHo escucha algo que no le gusta.

- Papi... Ayúdame - pide el niño en pleno llanto.

Su cuerpo está tenso entre los brazos de MinHo y lo entiende: JeongIn no puede controlar lo que está haciendo. Si lo suelta solo seguirá golpeando a su novio y sabe que ni siquiera el más pequeño de los tres quiere eso, así que con un ademán de su cabeza le pide a JiSung que abandone la habitación y él se queda reteniendo al niño sobre la cama.

Lo escucha llorar con fuerza. Escucha que grita y siente que se retuerce, pero mantiene su fuerte agarre con los ojos cerrados. Su hijo no está respirando adecuadamente; hiperventila hasta que minutos más tarde el volumen de su voz se vuelve bajo y solo se escuchan sus hipidos.

- Está bien... Está bien, corazón. Estarás bien - le promete susurrando en su oído.

Lo último que escucha del niño esa noche es el triste "no" que escapa de su voz en un susurro, para continuamente quedarse dormido.

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Fear 。・:*:・✿ Pαɾαɳσια [MinSung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora